Opinión
¿Quién es esa mujer?
Viendo "La pareja perfecta", no puedo dejar de preguntarme: "¿Es esa Nicole Kidman?"
Llevo cinco días viendo «La pareja perfecta» y todavía no estoy demasiado convencido de si la actriz que veo cada noche es Nicole Kidman o no. La realidad es que, debido a esta duda, ha pasado a importarme muy poco la trama de la serie y su argumento, las desavenencias de una familia acaudalada norteamericana, para intrigarme más quién es la protagonista que aparece en la pantalla y que, se asegura, que es Nicole Kidman.
Es cierto que en los títulos de crédito puede leerse su nombre y que la plataforma anuncia el estreno mencionando a la actriz, pero cuando uno se sienta delante de la pantalla, le entran severas dudas. ¿De verdad? ¿Es Nicole? ¿No lo es? Es cierto que la chica borda la interpretación, que lo hace muy bien. Es más, que, por lo menos, lo hace tan bien como lo haría la espléndida Nicole, pero dónde está aquella cara de «Moulin Rouge», «Eyes Wide Shut», «Dogville», «El pacificador», «La traductora» o, incluso, la infame «Días de trueno». ¿A dónde ha ido a parar?
Una de las lecciones que nos deja el Hollywood dorado es que una vejez honesta ofrecía a los espectadores la formidable oportunidad de reconocer a los actores a lo largo de los años sin invertir en luces de neones para publicitar sus nombres. El calendario abrasaba sus rostros, como el del pobre Montgomery Clift en aquel accidente automovilístico, pero, nunca dejabas de identificarlos. Katharine Hepburn, Gary Cooper, Ava Gardner o la glamurosa Gene Tierney. Su luz trascendía las arrugas. Permanecían eternos en su declive crepuscular y el tiempo no terminaba por robarles la identidad del rostro. De eso se ha encargado el bisturí del cirujano plástico de las estrellas de hoy, probablemente la figura más mefistofélica del siglo XXI. Alguien que promete juventud y que lo único que hace es escamotearnos los mitos. Y dejarlos con una duda: ¿Esa es o no es Nicole Kidman?
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