Libros que desafían la discapacidad
Libros que desafían la discapacidad
Javier Alcázar acaba de fundar Lecturia, la primera editorial en Madrid especializada en la adaptación de libros a Lectura Fácil
El acto de abrir un libro y empezar a leer puede resultar sencillo, y en ocasiones, hasta solemne. Sin embargo, no para todo el mundo es así. Existen personas mayores, con discapacidad, extranjeras con dificultad por entender el idioma, que padecen enfermedades mentales o demencia, que no han terminado la escolarización o sin hábito lector. Para todas ellas, esto resulta todo un reto. Con el único objetivo de eliminar barreras que impidan el conocimiento, el acceso a información o al simple placer que ofrece la lectura se creó Lectura Fácil. Una metodología utilizada para adaptar todo tipo de textos y libros a un formato en el que todas aquellas personas con dificultad lectora o un nivel bajo de comprensión lectora puedan entender. Una rampa al conocimiento necesaria para el 30% de la población, como lo son las físicas que permiten a las personas discapacitadas el acceso a los diferentes espacios.
Es por esta necesidad por la que nacen a nivel nacional Asociaciones de Lectura Fácil por todo el territorio. La primera en la ciudad condal y hace ya nueve años en la capital. Todas ellas se basan en tres pilares: la adaptación de todo tipo de textos –desde leyes, cartas de servicios de Ayuntamientos, bases de concursos, formularios, temarios de oposiciones, presentaciones de museos…– y literatura. La dinamización de clubs de lectura con diferentes colectivos y despertar el interés por la lectura en personas no lectoras. Y por último, dar formación sobre los dos primeros a entidades y particulares. Y es, precisamente de estos cursos de formación, de donde han nacido dos de las adaptaciones que ya ha publicado la joven editorial Lecturia. La única en Madrid especializada en Lectura Fácil.
Detrás de un proyecto así, solo puede estar una persona apasionada por los libros y sensibilizada con la discapacidad. Javier Alcázar, su fundador y director, recuerda estar enamorado de los libros desde pequeño. Pero no sólo por su afición a la lectura y que compartía con toda su familia, también por su devoción por el libro como objeto de colección. Por ello, Biblioteconomía y Documentación fue la primera carrera que estudió sólo por la idea de trabajar entre ellos. Así fue durante años, algo que compaginó con un voluntariado en una asociación de discapacidad. «Descubrí que era un mundo fascinante y que nada tiene que ver con esa idea de ayudar sin más, sino que te construye de una manera totalmente diferente como persona», confiesa a este periódico. Desde entonces, esa relación con la discapacidad orientó todas las decisiones de su vida. Estudió trabajo social, trabajó como profesor de jóvenes con discapacidad intelectual y cuando sintió que echaba de menos los libros descubrió un encuentro de Lectura Fácil en 2016. «Me quedé alucinado, juntaba mis dos pasiones. Aprendí lo que era, me formé y estoy a punto de presentar un doctorado sobre lectura fácil», apunta entre risas.
Tras años de trabajo, de descubrir lo desconocida y necesaria que era esta metodología y adaptar un par de libros a lectura fácil para otras editoriales, se despertó en él la idea de montar la suya propia. Y hace solo dos semanas recibió el Premio Archiletras 2023 a la iniciativa lingüística en el ámbito empresarial. En lo que va de año ya son tres los libros publicados: «Mendel el de los libros» de Stefan Zweig , «Trafalgar» de Benito Pérez Galdós y «Cuentos de la Alhambra» de Washington Irving. De la adaptación de este último se ha encargado María Peralta, presidenta de la Asociación de Lectura Fácil de Madrid y discapacitada visual. «Lo que hace Javier es muy necesario. Además de permitirnos que haya libros adaptados nos da acceso a sitios a los que no tendríamos de otra manera. La lectura fácil abre las librerías y las bibliotecas, porque sin ella serían espacios a los que nunca iríamos», y añade, «además de permitirnos adquirir más conocimientos, leer otros tipo de libros y que tengamos más autoestima».
Como dinamizadora de clubs de lectura, Peralta recuerda las numerosas veces que ha escuchado que estos eran los primeros libros que leían en sus vidas o que por fin escribían bien los libros. «No podemos olvidar que la literatura y los libros son para que mucha gente disfrute, pero para muchos otros es una barrera continúa. Debemos democratizar el acceso a la lectura». Algo que comparten los dos es la premisa de que estas adaptaciones no pierdan la esencia de los originales. Para lograrlo, Alcázar cuida hasta el mínimo detalle sin olvidar las pautas indispensables a seguir en cada adaptación: un tamaño de letra adecuado, interlineado establecido, líneas con una extensión concreta, un lenguaje y estructuras sintácticas sencillas, evitar el uso de frases pasivas y organizar el contenido de forma lógica y fácil de seguir.
«El aspecto es igual de importante, tiene que apetecer leerlo. Las páginas deben ser limpias, con un diseño bonito y con un papel de calidad», señala. En «Cuentos de la Alhambra» tuvo claro que eran necesarias unas ilustraciones a la altura. Por eso escogió a Pablo Cadenas de Llano, arquitecto e ilustrador, como el responsable de sumergir al lector en La Alhambra. Los próximos en entrar en imprenta serán «El gran Gatsby», «Las hermanas Bunner» y después de verano estarán disponibles «Los amantes de Teruel», «El Zorro» y «El bordon y la estrella».
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