Entrevista
Emilio Viciana: «Decir que la universidad pública agoniza es una exageración»
El consejero de Educación de la Comunidad de Madrid cree que el caso Begoña Gómez es una mancha en la Complutense que desaparecerá. «Limitaremos el uso de pantallas para proteger a los niños», dice
El próximo año traerá cambios significativos al panorama educativo madrileño. De hecho, Emilio Viciana dice que está ilusionado con los nuevos colegios que integrarán primero y segundo de la ESO, una medida que responde a las demandas de muchas familias y que promete transformar el modelo educativo actual. En marcha están los cambios en la regulación del uso de pantallas y la optimización de la jornada escolar partida, tres pilares clave que buscan mejorar la experiencia educativa. Todo, en 2025.
¿Está contento con los presupuestos de 2025 para su departamento?
Si lo estoy. Hemos hecho un esfuerzo conjunto en el Gobierno para cuadrar unos buenos presupuestos. Sobre todo, se ha conseguido mantener las políticas que veníamos desarrollando.
¿Habrá fondos en 2025 para que los profesores vuelvan a las 18 horas lectivas anteriores a la crisis?
Hemos planteado a los sindicatos una propuesta muy buena: a partir del año que viene, todos los profesores de Secundaria, tutores y otros perfiles estarán trabajando 19 horas. La vuelta a las 18 horas sería progresiva. Creo que nuestra propuesta es razonable y podría haber puesto fin a las movilizaciones hace tiempo. Sin embargo, los sindicatos han decidido mantenerlas, algo que respetamos. La negociación sigue su curso.
¿Cuántos colegios de la Comunidad de Madrid están solicitando convertirse en Ceipso de tal manera que los niños puedan permanecer hasta 1º y 2º de la ESO en los colegios?
Son muchos los que lo están solicitando. Estamos gestionando estas peticiones con mucho cuidado porque no todos los colegios cumplen los requisitos necesarios. Queremos ser muy exigentes con esta medida, que es ambiciosa y beneficiosa para mejorar el rendimiento académico, combatir el abandono escolar y abordar problemáticas como las bandas o la soledad. Hemos pedido a los centros que sean ellos quienes soliciten este cambio y estamos enviando técnicos para verificar que cumplen los requisitos. La idea es ir de manera progresiva: el año que viene se implementará en primero de la ESO y al siguiente se incorporará segundo, siempre garantizando que el proceso se realiza correctamente.
Hasta hace poco, el 80% de los colegios tenía jornada continua. ¿Está habiendo reticencias por parte de los centros para cambiar a la jornada partida que propone la Comunidad de Madrid?
En todo momento hemos defendido la autonomía de los centros y la voluntariedad de esta medida. Queremos que sean los propios colegios quienes decidan si dan este paso. Para ello, estamos impulsando y apoyando a los centros interesados, además de haber implementado un cambio normativo que fomenta la jornada partida. Somos conscientes de que esta medida responde a las demandas de muchas familias. Además, numerosos estudios internacionales, como el reciente informe de la OCDE, respaldan este modelo, señalando que mejora los resultados académicos y reduce el abandono escolar. Creemos que es una apuesta valiente y beneficiosa tanto para las familias como para los estudiantes.
La Comunidad también trabaja en un decreto sobre el uso de pantallas. ¿Qué puede adelantarnos sobre esta regulación?
Al igual que con la jornada partida, estamos adoptando un enfoque decidido. Contamos con el respaldo de estudios científicos y la experiencia de otros países, como los nórdicos, que han reducido el uso de tecnología en las aulas tras observar sus efectos. La Comisión de Pantallas, creada en la Asamblea, ha presentado sus conclusiones, y estas serán clave para tomar decisiones contundentes. Queremos limitar el uso de dispositivos en la educación para proteger a los menores, siempre cumpliendo con las competencias digitales que establece el currículo.
¿Respecto al cambio en el modelo de bilingüismo, ¿qué resultados están obteniendo?
Este cambio está siendo objeto de evaluación a través de un estudio que forma parte de un contrato adjudicado el año pasado. Este análisis, que se desarrollará durante cuatro años, permitirá valorar el impacto del programa bilingüe de forma oficial.
De manera preliminar e informal, las valoraciones que hemos recibido de colegios e institutos son positivas. Sin embargo, hasta que no tengamos los resultados oficiales, no podemos realizar una evaluación definitiva.
¿Cuál está siendo su experiencia con la introducción de la danza en los colegios?
Muy positiva. Estamos muy contentos con los efectos que está teniendo, no solo en los alumnos, sino también en los profesores. La acogida ha sido excelente, y hemos recibido una avalancha de solicitudes para implantar esta actividad en más centros.
Sobre la financiación universitaria, ¿realmente está en peligro la supervivencia de la universidad pública, como dicen los rectores?
La financiación universitaria es un tema complejo. El modelo actual, basado en transferencias nominativas, está obsoleto. Este sistema permite a las universidades gestionar los fondos con autonomía, pero carece de un mecanismo eficiente de fiscalización y control. Una de las grandes carencias es la ausencia de una contabilidad analítica homogénea entre las universidades de la Comunidad de Madrid.
Hemos abordado este tema con los rectores. Algunas universidades tienen sistemas similares, pero cada uno está adaptado a su realidad y no son compatibles entre sí. Por eso, el primer paso es establecer un modelo uniforme de contabilidad analítica que sea útil para las universidades, la Consejería y Hacienda. También queremos avanzar hacia una financiación por objetivos, con carácter finalista y basada en indicadores de cumplimiento. Esto permitirá comprobar que los fondos se utilizan para los fines previstos. Además, es fundamental que esta financiación sea plurianual para facilitar la planificación a medio plazo, algo que los rectores nos han solicitado reiteradamente.
¿Cree que la universidad pública agoniza, como se ha dicho?
Creo que hay un gran nivel de exageración. Hay que matizar que no todas las universidades están en la misma situación. Por ejemplo, la Universidad Complutense y la de Alcalá enfrentan mayores retos debido a la antigüedad de sus infraestructuras y a que muchos de sus edificios son de carácter protegido, lo que complica las labores de conservación y mantenimiento.
¿El crecimiento de la oferta de universidades privadas en Madrid supone una amenaza para la universidad pública?
No lo veo así. Hablo siempre del sistema universitario madrileño en su conjunto, compuesto por universidades públicas excelentes y privadas de gran calidad. Este ecosistema atrae a estudiantes de toda España y del extranjero.
Si no existieran las universidades privadas, las públicas tendrían dificultades para atender la demanda. Ambas se complementan, y es sorprendente la cantidad de proyectos colaborativos que desarrollan juntas.
¿Cree que las universidades públicas han visto como una prueba suficiente de apoyo que usted firmara el convenio María Goyri, de contratación de profesores ayudantes doctor, pese a que usted dijo que era un convenio trampa y que hipotecaba a la Comunidad?
Firmamos el Convenio María Goyri porque era algo que generaba preocupación entre las universidades debido a la presión generada por la Ley de Universidades, que las obliga a contratar más profesores. Las universidades nos manifestaban su inquietud porque, aunque deben cumplir la ley, carecen de recursos suficientes. El Ministerio diseñó un convenio que obliga a las comunidades a asumir el grueso de la financiación, una trampa que implica hipotecar a la Comunidad por unos 2.000 millones de euros en los próximos 35 años. Este convenio supone que los profesores ayudantes doctores se estabilizarán a los seis años, con un coste que será mayor del estimado inicialmente, ya que no se han considerado factores como los sexenios o trienios. Aunque hemos trabajado desde junio en alternativas, el Ministerio se ha negado a realizar cambios, obligándonos a firmar. Es importante que los madrileños entiendan esta situación y el contexto en el que se dio.
¿Cómo cree que va a afectar el caso de Begoña Gómez a la reputación de la Universidad Complutense?
El caso es una mancha en la reputación de la universidad que estoy seguro de que desaparecerá. Es fundamental analizar si hubo trato de favor motivado por el parentesco con el presidente del Gobierno. Nuestra Ley de Universidades debe establecer mecanismos para prevenir situaciones similares en el futuro.
¿Hace cuánto que no se reúne con la ministra Pilar Alegría?
Pilar Alegría está ausente de la educación. No aparece, no hace ningún tipo de intervención, no toma ningún tipo de medida y el único que da la cara de vez en cuando es el secretario de Estado. Lo único que se está haciendo es repartir fondos de la UE y ponerse las medallas.
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