Elecciones 28-M
Debate electoral en Madrid: el fracaso del «todos contra Ayuso» de la izquierda y Vox
Más Madrid y Podemos enfangan el debate electoral de Madrid al utilizar las muertes de la pandemia contra la presidenta, que optó, como Lobato, por un perfil más sosegado
El debate electoral celebrado este miércoles entre los candidatos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid ha reeditado el escenario vivido en 2021 con motivo de los comicios anticipados del 4-M. No estaban ya en el plató de Telemadrid Pablo Iglesias ni Ángel Gabilondo ni las promesas de ambos de reeditar la coalición PSOE-Podemos de Moncloa en la Puerta del Sol, pero las tres formaciones de izquierdas –también la cabeza de cartel de Vox– insistieron en buscar la confrontación directa con la presidenta regional y candidata del PP. Un todos contra Ayuso que vino a responder al dibujo postelectoral en el que coincide la mayoría de las encuestas, con la líder del PP en disposición de lograr la mayoría absoluta en la Asamblea de Vallecas.
Mónica García fue la primera en tomar la palabra. Se dirigió a los madrileños «preocupados por Madrid». «Hay quien en estas elecciones plantean mucho ruido. Yo me resisto: quiero hablar de los médicos, pediatras y residencias de Madrid». Y le lanzó una pregunta a Ayuso: «¿Cuántos madrileños hay en exclusión social?». Ayuso comenzó diciendo que «Madrid es el motor económico de España gracias a los madrileños. Nuestra sanidad, servicios públicos y transporte son los mejores de España. En los próximos años, va a crecer en un millón de habitantes, y la clave va a estar en la vivienda y el pleno empleo, frente a los que quieren subir impuestos, votar a ETA y dar casas a okupas».
«Sueño con un Madrid que vaya mejor. Merecemos un debate sosegado y las ideas claras. Puede que escuchen insultos esta noche. De mi boca no saldrán», auguró Lobato. Mientras, Monasterio aseguró que «Madrid no es el infierno que dice la izquierda ni el paraíso que nos cuentan a diario». «¿Creen que ha mejorado la Sanidad, que hay más seguridad, que es más fácil llegar a fin de mes?», lanzó. Por último, Alejandro Jacinto cree «que Madrid se merece un cambio. Se pueden bajar los alquileres, tener aire puro, psiquiatras y pediatras... Podemos dejar atrás una etapa que ha hecho daño a los vecinos de San Fernando, a los pediatras, a los taxistas, a las mujeres de la Cañada Real...».
El primer bloque estuvo dedicado a la economía. «Madrid puede y debe ser un cañón», dijo Lobato, que recordó que la región es la «32 de Europa» en lo económico. Y Ayuso contraatacó: «Tenemos el mercado más paritario. Somos la región en la que, los que menos tienen, menos impuestos pagan». Recordó que el impuesto de patrimonio es un ataque a Madrid, que ha ahuyentado 1.900 millones de inversión. García recordó que hay 1,5 millones de madrileños en exclusión social. «La miseria la han traído ustedes, que llevan gobernando 28 años». Y reivindicó su apuesta por la creación de 50.000 «empleos verdes». Tanto ella como Jacinto la atacaron por su política impositiva frente a los «ultrarricos»: «Si no tienes más de un millón de euros, no te interesa la política fiscal de Ayuso», dijo Jacinto. Monasterio subió los decibelios del debate, al dirigirse a Lobato y sus recetas económicas «Usted, alguien del PSOE, que nos han dejado el mayor nivel de deuda, que nos están llevando a la miseria, se le debería caer la cara de vergüenza».
Vivienda y Transporte
En materia de Vivienda, Ayuso buscó la confrontación con el Gobierno de Sánchez y reiteró su intención de no aplicar la ley aprobada desde La Moncloa en esta materia dentro de los márgenes legales y de no fomentar la okupación: «Hemos desregulado, hemos liberado suelo, fomentamos la colaboración público-privada y no insultamos a las empresas a las que llama la izquierda “los del ladrillazo”. Tampoco con la ley de Sánchez y Bildu, que interviene los precios de los pisos y fomenta la okupación». También en materia de Transportes, donde denunció las 300 incidencias en un solo año de Cercanías, que es una materia competencia del Gobierno de Sánchez. En este terreno, subrayó su propuesta estrella: «Vamos a dejar dos tarifas: la A y la B, para ahorrar en todos los de la B 180 euros al año, con la mayor ampliación de la historia de Metro».
Alejandra Jacinto sacó músculo en este capítulo al exhibir su experiencia como activista. Apostó por intervenir los alquileres, duplicar la vivienda oficial y crear una Inmobiliaria Pública madrileña. En algunas de estas recetas, como la relativa a la intervención de los alquileres, coincidió la cabeza de cartel de Más Madrid: «Yo sí quiero regular los precios y poner freno a los fondos buitres». Tanto Mónica García como Rocío Monasterio colaron en este punto polémicas relativas a otra administración, en este caso el Ayuntamiento de Madrid. Si García atacó a Martínez-Almeida por haber «hundido» Bicimad –«ya lo arreglará Rita», señaló–, Monasterio lamentó que el Gobierno del PP en el consistorio de la capital haya mantenido restricciones al tráfico privado: «Todos ustedes están en la agenda 2030, son la izquierda caviar, piden libertad, pero no dejan entrar a los madrileños con su coche antiguo». Monasterio cargó duramente contra las recetas de las formaciones en materia de Vivienda: «Lo que traen es el modelo cubano, la ruina y la expropiación». Y agitó el problema de la okupación: «Están aterrando a la gente mayor: lo que hay que hacer es que aquel que ocupa se quede para siempre sin ninguna ayuda social, no se puede premiar al delincuente». Lobato lamentó que Madrid sólo tenga «un 1% de la vivienda pública frente al 20% en algunas regiones europeas». Para hacer frente a este reto, lanzó una medida «made in Sánchez»: «Mi compromiso es una ley de vivienda para descontar 300 euros en el alquiler para jóvenes y familias vulnerables». En Transporte, contratacó al anuncio de Ayuso de establecer dos tarifas: prometió unificar todas, «no queremos una clase A y una clase B», señaló.
Más tensión en el debate sanitario
El epígrafe dedicado a sanidad, educación y servicios sociales se preveía caliente. García pidió a Ayuso que le «mirara a la cara: he visto que ha insultado a los médicos que nos han salvado en la pandemia. El 28-M nos jugamos la Sanidad o Ayuso». «Ustedes dieron orden de no trasladar a más de 7.000 personas de las residencias durante la pandemia. Pida perdón», acusó Jacinto a Ayuso. La candidata le dio el libro escrito por el exconsejero Alberto Reyero sobre la gestión de la pandemia, que Ayuso rechazó. García utilizó la misma baza: «Usted les dejó morir indignamente». Y Ayuso calificó de «miserable» utilizar esas muertes. «En el resto de España ha sido la pandemia. En Madrid ha sido Ayuso». También reprochó a Vox «relacionar inmigración con delincuencia: es una gran mentira». Unas palabras derivadas de la intervención previa de Monasterio «Me equivoqué al hablar de que cada mena nos cuesta 400 euros... Nos cuestan 6.400 euros al mes» dijo, ganándose reproches también de los candidatos de izquierda.
En el bloque relativo a la posición de Madrid en España, Ayuso elevó el debate a la arena nacional, al denunciar que el Gobierno central «indulte y libere a violadores». «Atropellos jurídicos» que, a juicio de Ayuso, se resumen en que «Sánchez odia a Madrid y a una España unida». Frente a ello, García exhortó a Ayuso a no «confrontar con el resto de España», Lobato apostó por un «liderazgo colaborativo» –«no nos queda ni un amigo»– y Jacinto rescató de nuevo la polémica vinculada con el hermano de la presidenta –bajo la chaqueta, de hecho, llevaba una camiseta con la cara del familiar de la presidenta–. Por su parte, Monasterio atacó a los demás candidatos por «defender un multiculturalismo que ha llevado a otras regiones al fracaso».
La última parte giró en torno al futuro, proyectos y pactos. Jacinto lamentó la ausencia de Más Madrid en una candidatura conjunta, si bien García no respondió: «Tenemos que mirar al futuro y lograr el primer Gobierno de coalición progresista». Por contra, Ayuso sí respondió a Monasterio, que le reprochó anteriormente «cortar toda comunicación, quizá por no aparecer en la foto con Vox». «Ustedes han ido contra la prosperidad», dijo, en referencia a su negativa a apoyar sus presupuestos. «Ha sido un año durísimo para la Comunidad de Madrid. Mi Gobierno ha estado solo. Y pese a eso, el pueblo madrileños nos ha dado más votos que a toda la izquierda junta».
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