Amunt Valencia

En ocasiones escribir una columna de hedonismo y de buena vida como llevo haciéndolo años en este periódico, tiene poco sentido ante la tragedia de nuestra gente. El mundo es injusto, en especial cuando está gobernado por ineptos. O directamente amorales. El vino puede llegar a ser amargo como las penas del cante. Y aunque sea un pobre homenaje me gustaría fijar la mirada en un vino de Valencia. Sabiendo que muchos tendrán poco ánimo para levantar la copa, por si acaso para ese trasiego que nos adormezca la denuncia y la impotencia.

Desde este rincón recordamos una mistela tradicional, o ese protocolo que supone añadir alcohol no totalmente fermentado al mosto de uva. La Cuva Vella se traduce como barrica vieja en castellano. Y una de estas precisamente y por azar se encontraba un vino dulce de Moscatel de Alejandría, que contenía verdaderas evocaciones a las notas tostadas, pasificadas, caramelizadas, propias de un vino de licor. Tras el hallazgo en 1980, el vino se va conduciendo y aunque se refresca con Moscatel joven, es el compendio de muchas añadas precedentes. Un vino para reflexionar, pues siendo dulce resulta complejo y

antiguo. Tanto como las sucesivas generaciones que han soportado la terrible gota fría, y que tienen que seguir llorando muertos y apagar con solidaridad la rabia frente a los ganapanes.

Bodega: Valsangiacomo.

Vino: Cuva Vella 1980

D.O.: Valencia

Precio: 40,80 euros