Sucesos
Asaltos a viviendas, robos con agresión... la inseguridad vuelve a las calles de Batán
Asaltos a viviendas, robos con agresión... tras nueve meses de relativa tranquilidad, los indicios apuntan al centro de menores de Casa de Campo
Después de nueve meses, de enero a septiembre, de relativa tranquilidad, la sensación de inseguridad ha regresado a las calles y zonas verdes de Batán y Casa de Campo. Como explican los vecinos, la vida en estos barrios del distrito de Latina parece entrar en un bucle. «Primero, llega una ‘’hornada’' de chicos menos conflictivos. Después, poco a poco empiezan a hacer de las suyas. A los 8 o 10 días, las cosas pasan a mayores y comienzan a salir noticias en prensa. La Consejería de Políticas Sociales reacciona y traslada a los internos más conflictivos. Estamos una semana tranquilos... y, después, vuelta a empezar», afirman a LA RAZÓN desde la Asociación de Vecinos de Casa de Campo Unidos.
Efectivamente, las miradas apuntan al centro de menores extranjeros no acompañados («menas») de Casa de Campo. Un centro que, en principio, tal y como anunció en su día la Comunidad de Madrid, iba a echar el cierre este pasado mes de noviembre, momento en el que los internos serían trasladados a un nuevo recurso en el distrito de Barajas. Algo que, finalmente, no ocurrió: el Gobierno regional argumentó que la crisis migratoria obligaba disponer del centro de Casa de Campo para recibir a nuevos menores procedentes de Canarias, Ceuta y Melilla.
«La sensación es de que la inseguridad va por oleadas: dependiendo del número de internos que haya y su conflictividad, así va a ser la vida en el barrio», aseguran los afectados.
Peligro en el Metro
En la misma tarde de ayer, cuatro coches de Policía Nacional rodeaban el centro mientras interrogaban a varios menores. Al parecer, los agentes habrían acudido al ser llamados por los responsables de la institución. ¿El motivo? Jóvenes procedentes de otros recursos públicos de acogida estarían «aleccionando» a los recién llegados sobre cómo cometer robos. Hay que recordar que, durante este mismo mes de diciembre, uno de los internos fue detenido por agredir a una trabajadora y a un vigilante de seguridad del recinto.
Lo cierto es que, en las últimas semanas, se han registrado desde robos con fuerza hasta robos con agresión. Una de las zonas más conflictivas se encuentra en los andenes del Metro de Batán, donde el parte de incidencias se ha disparado. La última, la semana pasada. Una joven de 24 años sufrió un esguince de tobillo tras ser empujada por las escaleras por otro joven que le robó el móvil. También en el suburbano, unas chicas sufrieron el robo de su iPhone, si bien, en este caso, la Policía dio con los ladrones en el recinto de la Venta del Batán, que, en ocasiones, es utilizado como «refugio». A estos sucesos, hay que sumar un atraco a cargo de dos menores, con arma blanca, en la calle del Olivillo.
Por otro lado, se han registrado también robos con fuerza. Uno de los más recientes, avanzado por LA RAZÓN, se produjo en un local dedicado a las mascotas en la madrugada del pasado 16 de diciembre. Los asaltantes robaron un ordenador portátil valorado en 1.500 euros, 500 euros de recaudacion y diverso material de oficina por valor de más de 300 euros, entre los que se encontraban objetos punzantes como tijeras. En total, más de 2.000 euros en pérdidas.
De acuerdo a las cámaras de seguridad del local, y a la declaración de un testigo, los responsables son dos chicos muy jovenes, posiblemente menores, de aproximadamente 1,70 de estatura. En torno a las 5:00 horas, reventaron el cristal con la ayuda de la tapa de una alcantarilla y varias piedras.
Con anterioridad, se produjo otro asalto en un bar de la calle Villamanín. Según denunciaron los dueños en Telemadrid, les rajaron los toldos. No era la primera vez que les pasaba. Hace unos meses, les destrozaron botellas, vajillas e incluso la máquina registradora.
Asaltos a viviendas
Según ha podido saber LA RAZÓN, además de estos dos establecimientos, también se han producido robos con fuerza en una heladería y en una autocaravana.
Con todo, uno de los delitos que más preocupan a los vecinos son los asaltos a viviendas a través de los balcones. Algo que se habría llevado a cabo mientras los dueños de las casas duermen. En uno de los casos, uno de los jóvenes que accedió al interior hizo sus necesidades en el suelo.
Así, rara es la semana en la cual no se produce algún suceso como los relatados hasta ahora. «La excusa que han puesto no es verdad: si posponen el traslado porque ha habido una mayor llegada de menores, se entiende que no lo cierren, pero no que no abran el nuevo centro de Barajas. Lo peor que le puede pasar a un representante público es perder su palabra», afirman desde la asociación.
Por eso, hoy más que nunca, los vecinos de Casa de Campo y Batán exigen que el Gobierno regional «cumpla con su compromiso. Si anuncias a bombo y platillo una medida, debes cumplirla». Y ese compromiso, además del traslado de los jóvenes, es el de recuperar el antiguo albergue Richard Schirrmann, punto de reunión para «mochileros» de todo el mundo. «Cuatro años después de abrir el centro de menores, es evidente que no está funcionando. Y tampoco para los propios menores, que deben estar en un sitio adecuado para ellos, no en plena Casa de Campo», concluyen.
✕
Accede a tu cuenta para comentar