Defensa

Madrid homenajea, 18 años después, a las víctimas del Yak-42

El Ayuntamiento inaugura un monumento en memoria de los 62 militares que fallecieron al estrellarse su avión cuando regresaban de Afganistán

«Fueron héroes, verdaderos héroes. Héroes generosos y valientes. Su vida fue un ejemplo para todos y su muerte no fue en vano, porque ayudaron a construir un Afganistán mejor». Con estas palabras, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha recordado esta mañana a los 62 militares que en 2003 fallecieron al estrellarse su avión en Turquía cuando regresaban de Afganistán. Lo ha hecho, acompañada por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, en la inauguración del primer monumento levantado en la capital de Españaen memoria de las víctimas del Yak-42.

Así, 18 años y siete meses después del siniestro y cinco años desde que el Consejo de Estado decretara la responsabilidad patrimonial del Ejecutivo en la que es la mayor tragedia de las Fuerzas Armadas en tiempos de paz, el Ayuntamiento de Madrid ha concluido finalmente este memorial, que aprobó en febrero de 2017 la anterior corporación. Y es ese «espíritu de unanimidad» política el que ha resaltado el alcalde madrileño mientras la portavoz de Más Madrid en el Consistorio, Rita Maestre, asentía entre el público. Además de ella, también han estado presentes representantes políticos de todos los grupos, quienes han acompañado y arropado a un nutrido grupo de familiares.

Porque el monumento, tal y como ha explicado su autor, Diego Manuel Novo (hijo de uno de los fallecidos), «cierra un círculo que nunca quisimos empezar» y que, en cierto modo, arrancó hace justo 19 años, cuando partieron de España hacia Kabul y «jamás volvieron». Por ello, la inauguración se ha realizado con honores militares (autoridades, banda de música, homenaje a los caídos, corona de laurel, himno...) para honrar la memoria de esos «62 héroes», como han coincidido todos en calificarles.

59 nombres y tres líneas en blanco

El monumento en cuestión está formado por cuatro muros de hormigón y en cada uno de sus elementos hay detalles «escondidos» en honor a las víctimas. Se accede por un angosto pasillo entre dos muros negros que simboliza la «tragedia», el cual lleva al espacio principal, un lugar abierto presidido por dos muros blancos de 62 cm de grosor, como el número de fallecidos. En uno hay 62 huecos de cinco formas diferentes, según el lugar donde estaban destinados (Zaragoza, Madrid, Burgos, Valencia y Sevilla). Huecos que, como ha dicho Novo, “nunca podremos rellenar”. Y en el otro, los nombres de los fallecidos. No de todos, pues las familias de tres de ellos rechazaron incluirles. En su lugar, tres líneas vacías entre medias.

El monumento muestra los nombres de 59 de los 62 fallecidos, pues los familiares de tres de ellos no quisieron incluirles
El monumento muestra los nombres de 59 de los 62 fallecidos, pues los familiares de tres de ellos no quisieron incluirlesAlberto R. RoldánLa Razón

Junto a las identidades de los uniformados, una leyenda: “El Ayuntamiento de Madrid en honor a las 62 víctimas de la mayor tragedia del Ejército español en tiempos de paz [...] Que sirva este lugar para mantener viva su memoria». Una obra, ha destacado Almeida, que supone un símbolo de «gratitud hacia estos 62 héroes y al conjunto de nuestras Fuerzas Armadas».

Pero hay un elemento más en este memorial y es un poema que escribió la madre de uno de los militares fallecidos. Se encuentra grabado en una losa junto a la pared con los nombres de las víctimas y ha sido la ministra de Defensa la que, una vez acabado el acto, lo ha leído junto a la autora. Un texto cuyo final dice: “Luchamos, madre, luchamos por conseguir un mundo mejor”.