Conflicto
La Complutense tensiona el 4-M: repara a los rectores represaliados por Franco en la recta final de la campaña
Malestar en la universidad por el veto al acto de Leopoldo López por «la crispación política», mientras el Consejo de Gobierno de este martes aprobará una moción de memoria histórica sobre los rectores republicanos
Hay malestar en la Universidad Complutense. Y tiene que ver con el hecho de que la decana de Políticas y Sociología de la emblemática universidad suspendiera el acto organizado por la Asociación Universitaria Libertad sin Ira, en el que iba a participar el líder opositor al régimen chavista Leopoldo López y el motivo por el que se ha hecho: la «crispación política que se está produciendo al calor de las elecciones de la Comunidad de Madrid». La situación «hacía imposible controlar la seguridad» para la decana. Sin embargo, en los círculos universitarios no se entiende muy bien que sea éste un argumento de peso para suspender un acto del líder venezolano y hoy mismo el Consejo de Gobierno de la Complutense aborde cuestiones relacionadas con la Memoria Histórica en mitad de la campaña electoral madrileña.
En concreto, el órgano de Gobierno de la Universidad recoge como uno de los puntos del orden del día la reparación con arreglo a la Ley de Memoria Histórica de los rectores que fueron cesados por orden del Ministerio de Educación en 1939, al acabar la Guerra Civil. En concreto, se trata de los rectores Claudio Sánchez Albornoz, Jorge Giral y Fernando de los Ríos.
«El argumento que esgrime la decana de Políticas no se aplica para excluir del orden del día el acuerdo de reparación de la Memoria Histórica cuando estamos justamente a una semana de las elecciones de la Comunidad de Madrid», lamentan fuentes universitarias. «La Ley de Memoria Histórica es de hace 14 años ¿y se acuerdan ahora de reparar a unos rectores? La secretaría general introduce en el orden del día una asunto político, a pocos días de las elecciones, cuando se podía haber tratado desde 2007. Hay un doble rasero a la hora de tomar decisiones, se considera inoportuno abordar en un clima de crispación el acto de Leopoldo López, pero ese argumento no es el mismo que desaconseje abordar un problema surgido en 1939», lamentan fuentes universitarias.
El rectorado de la Complutense, no obstante, se ha desmarcado de la decisión de la decana de Políticas y tanto lo ocurrido en la antigua facultad de Pablo Iglesias como los contenidos del orden del día que se abordarán hoy en el Consejo de Gobierno, que se celebra el último martes de cada mes, no guardan relación, ya que la reunión, en la que participan representantes de la comunidad universitaria fue convocada al menos con cuatro semanas de antelación. Sin embargo, algunos profesores universitarios consideran que no estuviera de más si se hubiera eliminado este punto del orden del día atendiendo a los criterios que se han aplicado en la facultad de Políticas.
Los representantes de los estudiantes, por su parte, han lamentado que se tuviera que suspender el acto por cuestiones de seguridad. «No es la primera vez que se tiene que dejar de hacer un acto de estas características. ¿Por qué la universidad no tiene medios suficientes para garantizar la seguridad en una convocatoria como ésta?», se pregunta Enrique Ugedo, miembro del Consejo de Gobierno de la Universidad Complutense.
El sindicato CSIF ha criticado el hecho de que «se utilice a las universidades como arma política. Se está haciendo un uso partidista del las instituciones que son públicas, cuando deberían permitir actos de todas las sensibilidades y opiniones», asegura su portavoz sobre universidades, Elena Cermeno.
«Me entristece que una universidad pública tome partido. Debemos favorecer el debate y la libertad de expresión. Es cierto que hay que hacer justicia histórica a unos rectores de 1939, pero lo que están sufriendo algunos países en Latinoamérica está sucediendo ahora. Me parece triste que vengan de países donde no se les deja opinar y ahora tampoco puedan hacerlo en un país libre como España», añade.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, también fue muy crítica ayer con lo ocurrido en la universidad pública más antigua de Madrid. «Es intolerable que Leopoldo López no pueda dar su conferencia en la Complutense y que Interior arremeta contra la oposición en lugar de procurar la libertad de expresión».
Más aún, cree que «es llamativo y resulta paradojico que una persona como Leopoldo López, después de haber sido tortuosamente encarcelado en Venezuela, venga a su nuevo país y los mismos le sigan persiguiendo aquí».
Mientras, hoy, la institución académica aprobará reparar la memoria de los tres rectores que pertenecieron a la Universidad Central, como se llamaba entonces.
Es el caso del Claudio Sánchez Albornoz, rector entre 1932 y 1934 y un hombre con gran actividad política durante la Segunda República. De hecho, fue diputado en tres legislaturas, ministro de Estado y Vicepresidente de las Cortes. Además, fue embajador en las Cortes durante la Guerra Civil y al acabar la contienda partió al exilio hacia Argentina, donde tuvo una intensa actividad académica y presencia en los órganos de la República en el exilio.
José Giral, Licenciado en Ciencias Químicas y Farmacia, fue nombrado rector tras la proclamación de la II República. Fue ministro de Marina y llegó a ser presidente del Gobierno en los primeros días de la Guerra Civil. Se exilió a México.
Fernando de los Ríos fue rector en 1936 durante un periodo corto de tiempo. La Guerra Civil le sorprendió en Ginebra y ocupó para el Gobierno republicano la embajada española en EE UU. Allí vivió su exilio.
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