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Liderazgo organizacional
“En épocas adversas, la principal ventaja con la que puede contar una empresa es con su capacidad de adaptarse”
En esta entrevista, el experto en liderazgo organizacional y gestión de empresas, Ignacio Campoy, nos desvela qué tienen esas empresas que son capaces de hacer frente a las complicaciones y salen fortalecidas de las mismas.
La primera pregunta es obligada: ¿resistencia es sinónimo de resiliencia?
Pues no necesariamente, porque la resiliencia implica capacidad de adaptación ante circunstancias adversas, pero, y aquí está lo más importante, no sólo se trata de adaptación, sino de salir fortalecido. En un contexto como el actual, las empresas resilientes son aquellas en las que han trabajado esta característica a través de sus actitudes y sus capacidades. Conceptos básicos como la misión, la visión, los valores, las creencias, la cultura, las alianzas estratégicas, la improvisación y el aprendizaje organizacional son elementos básicos que conforman el ADN corporativo de una empresa resiliente.
¿Cómo puede desarrollar una empresa su resiliencia?
Depende de la Organización quedarse estática o crear oportunidades, generar acciones y predisponerse o no para manejar un entorno de dificultades. Pasar a la acción requiere primero adoptar una serie de actitudes como es el caso de la adaptación a la nueva situación, orientación a las soluciones y el manejo del optimismo. Igualmente, es fundamental desarrollar una serie de capacidades como el autocontrol, la asunción de responsabilidades y ser capaz de configurar el futuro.
Existen una serie de elementos que son esenciales en la resiliencia organizacional y que pasan por querer cumplir el propósito empresarial a pesar de todo, contar con líderes y profesionales totalmente resilientes y, por supuesto, contar con el compromiso total de todos los profesionales en la aportación de las soluciones. Se nos olvida que remontar es tarea de todos y que no es algo asociado a un determinado rol profesional.
“Resiliencia implica capacidad de adaptación ante circunstancias adversas, pero, y aquí está lo más importante, no sólo se trata de adaptación, sino de salir fortalecido”
Es inevitable para cualquier organización enfrentarse a momentos difíciles. La trayectoria de cualquier empresa o corporación no es lineal, dicho de otra manera, en algún momento le va a tocar lidiar con cambios imprevistos…
Efectivamente, a lo largo de la carrera profesional y empresarial se van a dar situaciones difíciles y una de las recomendaciones fundamentales que hago es evitar etiquetarlas como situaciones imposibles de superar. Asumir la nueva situación y buscar soluciones es clave, insisto, y para ello hay que recordar, de alguna manera, lo que la propia empresa hizo en el pasado para salir de una etapa similar.
También sirve de ayuda investigar y poner en práctica lo que otras empresas hicieron, o están haciendo para salir de esos momentos difíciles con los que podemos sentirnos identificados. Se trata de ir más allá de lo evidente y abrir la puerta a todo tipo de soluciones.
Las empresas, en momentos adversos tienen pensamientos y sienten emociones disfuncionales, sienten incertidumbre, inseguridad, rabia, desesperación y esto lejos de ayudar supone un autoboicot hacia la búsqueda de soluciones.
Entonces ¿qué es lo que deben tener en cuenta?
Pues por decirlo de una forma muy clara, una empresa funcional es la que se guía en su comportamiento por pensamientos, emociones y sentimientos constructivos, -gratitud, convicción, optimismo-, enfocada al crecimiento y evitando rumiar y dar vueltas a aquello que no le permite avanzar. Las empresas con una mentalidad fija tienden a quererse mantener en el status-quo. Las que, por el contrario, adoptan una mentalidad de crecimiento no tienen miedo a afrontar las situaciones adversas para poder adaptarse y seguir vivas.
“Una empresa funcional se guía por pensamientos, emociones y sentimientos constructivos, se enfoca al crecimiento y evita dar vueltas a lo que no le permite avanzar”
Pero claro, el miedo es humano y cuando este nos invade nos bloquea…
Efectivamente, el más valiente no es el que no tiene miedo, sino el que a pesar de él decide seguir adelante. Por eso yo siempre digo que la clave está en “hacer a pesar de”. Es decir, la resiliencia tiene mucho que ver con sobreponerse al miedo, porque sólo así podemos afrontar con éxito la situación difícil. Sócrates hacía una serie de preguntas que actualmente estarían vigentes.
¿Qué podemos hacer para resolver la situación?
¿Qué más es posible hacer?
¿Cómo podemos mejorar?
¿En quién podemos fijarnos para aprender a afrontar o resolver la situación?
¿Si no tuviésemos miedo qué otras cosas haríamos?
¿En conclusión?
Pues, de forma muy directa, la conclusión que me atrevo a avanzar es que en épocas adversas, la principal ventaja con la que puede contar una empresa es con su capacidad de adaptarse antes de que las circunstancias la obliguen a cerrar.
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