El número de la Lotería que ha hecho felices a perros que fueron abandonados

El segundo premio, casi tan destacado como el Gordo, trajo alegría a loteros y afortunados de 35 localidades en toda España. Con el número 58303, la emoción se extendió desde Andalucía hasta Galicia, pasando por Extremadura, Madrid, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana y Asturias. Gracias a esta fortuna expansiva, la asociación protectora de animales Gatocan de A Coruña ha distribuido casi 100 millones de euros entre clínicas veterinarias, colaboradores y adoptantes de perros.

Rebeca Vázquez, socia de Gatocan, contribuyó a este chaparrón de millones al adquirir participaciones en la administración El Filón de Oro. Emocionada, confiesa que la noticia la sorprendió mientras hacía compras navideñas, y aún no ha contado cuánto ha ganado. Como acogida de uno de los perros del refugio de Gatocan, Vázquez se convirtió en socia, un gesto que cambió su vida. Cada participación ahora vale 25,000 euros, y la celebración llega a todos los que tienen perros, asegura.

Vázquez, que acogió a un perro del refugio de Coirós, un pueblo cercano a A Coruña, planea irse de vacaciones con su familia gracias a esta inesperada fortuna. Beatriz Martín, fundadora de Gatocan, afirma que muchos dentro y fuera de la asociación resultaron afortunados, y aunque los animales no podrían estar mejor, la Lotería de Navidad brindará mejoras adicionales para sus huéspedes peludos.

Pablo Seivane, gerente de El Filón de Oro, se enorgullece con su camiseta de celebración en la Rúa Nueva de A Coruña tras repartir más de 162 millones de euros con el segundo premio de la Lotería de Navidad. Este éxito se suma a una racha positiva que ya lleva un par de años. Además de beneficiar a Gatocan, también vendió suerte a la Asociación Provincial de Amas de Casa, con más de 300 socias y una sede cercana a su establecimiento.

Fortuna para las amas de casa

Lupe Rivera, trabajadora de la asociación de amas de casa, relata que compran lotería a Pablo desde hace más de 15 años. La noticia de la fortuna llegó a través de una socia, y aunque Lupe no estaba siguiendo el sorteo, pronto se enteró de la buena nueva. En la asociación de amas de casa y en Gatocan, el día tiene un sabor agridulce para algunos socios y empleados que, aunque suelen comprar participaciones, este año decidieron no hacerlo.