Ahora Madrid

Pacto de silencio

La formación cierra filas para evitar la «huida» de Carmena en la reunión de grupo más tensa de la legislatura. La alcaldesa cederá con Mayer y Valiente pero, a cambio, exigió a sus concejales que limen internamente sus diferencias antes de que éstas salgan a la luz.

La habitual cita del grupo municipal sirvió ayer a Carmena para pedir a los concejales de Ahora Madrid que mantengan una imagen de unidad
La habitual cita del grupo municipal sirvió ayer a Carmena para pedir a los concejales de Ahora Madrid que mantengan una imagen de unidadlarazon

La formación cierra filas para evitar la «huida» de Carmena en la reunión de grupo más tensa de la legislatura. La alcaldesa cederá con Mayer y Valiente pero, a cambio, exigió a sus concejales que limen internamente sus diferencias antes de que éstas salgan a la luz.

Hay una especie de pacto de silencio en torno a la reunión que celebró ayer la alcaldesa, Manuela Carmena, con sus concejales de Ahora Madrid. Hubo acuerdo para presentar este encuentro como de «normalidad» dentro de las «reuniones habituales que mantienen» cada dos semanas. Pero no fue una reunión más, ya que generalmente suelen durar poco más de una hora, y la de ayer excedió las tres. Había muchos y escabrosos temas que tratar, después de los desencuentros y criterios diversos que se han producido en los últimos días en el seno de la formación que ocupa el Gobierno del Ayuntamiento de Madrid, especialmente focalizados en dos de los ediles de gobierno: Celia Mayer y Mauricio Valiente.

En referencia a éste último, ayer se decidió que, de momento, se le mantengan las competencias en materia de Derechos Humanos, pese a que todos los concejales de la oposición sin excepción han pedido en pleno que se las quiten. A cambio de una postura conjunta de Ahora Madrid en este asunto, la alcaldesa habría pedido a Ganemos –la facción más radical de cuantas componen la candidatura de «unidad popular»–, que reconsidere su postura en torno al dictamen, no vinculante, del Comisionado de la Memoria Histórica, con la propuesta de cambio de nombres de 47 calles de la ciudad, y que los de Ganemos han puesto en solfa acusando al Comisionado de «colocar en el mismo plano homogéneo a víctimas y verdugos». Antes de que se celebre el pleno para debatir esta cuestión, habrá reuniones internas para consensuar una postura común que lleve a apoyar el dictamen del Comisionado, extremo que no se antoja precisamente fácil. Otra de las cesiones de Carmena se referiría a Celia Mayer, en torno a la que también se llegará a un acuerdo para incrementar presupuestariamente el nuevo área de Políticas de Género y Diversidad que ella encabeza. Con estas cuestiones saldadas, nadie se atreve a asegurar que en la reunión de ayer se zanjaran totalmente las discrepancias internas en la casa de los líos de Ahora Madrid. Por eso, y saltándose la costumbre, los concejales de Ahora Madrid también quedaron en reunirse más a menudo, para saldar cuanto antes los enfrentamientos que puedan surgir en el grupo y evitar así, en lo posible, que éstos salgan a la luz pública.

Cansancio de la alcaldesa

Aunque no hace mucho Manuela Carmena desmintió que hubiera dicho sentirse cansada y arrepentida de haber asumido la alcaldía, lo cierto es que ahora sí parece estar cansada, mejor dicho, harta, de tener que estar bregando un día sí, y al otro también, con las discrepancias internas entre las distintas sensibilidades de las fuerzas que componen Ahora Madrid; de apagar fuegos de controversias y actitudes personales encontradas de algunos de sus ediles. ¿Puede tirar la toalla si esta situación continúa? El tiempo lo dirá, pero de momento parece que ha insinuado a sus más íntimos que no está dispuesta a seguir instalada en esta situación, y en la reunión de ayer, aunque no lo manifestó abiertamente, algunos intuyeron ese «cansancio».

¿Y qué pasaría si Carmena dejara la alcaldía? Lo más probable es que Ahora Madrid perdiera el Gobierno y pasara a ser oposición, lo que sería una pérdida irreparable para esta especie de coalición de partidos ya que el Ayuntamiento de Madrid es su joya de la corona, especialmente para las previsiones de futuro de Podemos, que ya piensa, incluso, en revalidar esa alcaldía con candidatos de renombre a nivel nacional.

Caso de renuncia de la alcaldesa, volveríamos a la misma situación de mayo de 2015. El Pleno tendría que elegir a su sucesor, o sucesora (tres mujeres mantienen en este momento las portavocías de PP, PSOE y Ciudadanos), entre los candidatos propuestos por los partidos con representación municipal. Lo más probable es que el candidato de Ahora Madrid no tuviera el respaldo suficiente para conseguir la alcaldía, pues a los votos en contra de PP y Cs, habría que sumar, previsiblemente, los del PSOE, que en esta ocasión no apoyarían al candidato de Ahora Madrid tras la experiencia vivida en lo que va de legislatura.

En la hipótesis de nueva elección de alcalde lo más probable es que el PSOE presentara su propio candidato. ¿Antonio Miguel Carmona o Puri Causapié? Difícil, sobre todo si esta situación se produjera antes de celebrarse el congreso de los socialistas. En estos momentos, Carmona no está muy bien posicionado dentro del partido como para recibir el apoyo de todos los compañeros de su grupo. ¿Volvería a contar con el apoyo de Esperanza Aguirre, como ya se lo propuso ésta en mayo de 2015, a fin de evitar la proclamación de un alcalde podemita? Hay serias dudas, pero un desaire de su grupo podría tener consecuencias imprevisibles, pues en el caso de la elección de alcalde, el voto de Carmona resultaría determinante. Si la «alcaldable» fuera Causapié, ¿tendría el apoyo de Carmona? Dudoso.

En Ciudadanos no se han planteado ninguna hipótesis en este sentido. Por lo que respecta al PP, hay dos opciones: apoyar al candidato que presentara el PSOE, para impedir que Ahora Madrid siguiera gobernando, o buscar apoyos para que Esperanza Aguirre cumpliera el gran sueño de su vida, el colofón a su carrera política: ser alcaldesa de la capital. La cosa se complica, porque ahora el PP de Madrid tiene nueva presidenta del partido, Cristina Cifuentes, quién tendría que dar el visto bueno a cualquier operación en este sentido. Si Aguirre consiguiera ser alcaldesa, habría frenazo y marcha atrás en sus previsiones de retirarse de la política a corto plazo. Recibiría un espaldarazo que la animaría a seguir, y una Aguirre alcaldesa de la capital de España, podría ser incómoda para las pretensiones de futuro del «nuevo» partido liderado por Cifuentes.

Así de enredado está el panorama en el Consistorio. Evitarlo pasa por limar las asperezas internas en Ahora Madrid, evitar que la alcaldesa termine cansándose y abandone, por eso están dispuestos sus concejales a dar una de cal y otra de arena: manteniendo el debate interno, pero haciendo «concesiones» puntuales a Carmena para que no se vaya. De su permanencia depende que sigan gobernando la ciudad.