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Despidos

El taxista César, uno de los 50.000 beneficiados por Avalmadrid

El caso de este taxista no es una excepción, la entidad madrileña ha concedido avales por más de 2.100 millones de euros desde los años ochenta.

César Corrales finiquitó su deuda con Avalmadrid por la compra de su taxi el pasado mes de febrero. «Mi experiencia fue buenísima», insiste. Foto: CIPRIANO PASTRANO larazon

El caso de este taxista no es una excepción, la entidad madrileña ha concedido avales por más de 2.100 millones de euros desde los años ochenta.

César trabajaba como transportista hace diez años. Conducía un camión que le obligaba a estar muchas horas fuera de casa y decidió que era el momento de cambiar, de buscar una profesión que le permitiera pasar más tiempo junto a su familia. Así fue como «empecé a trabajar como conductor de taxi», explica César Corrales a LA RAZÓN. Al poco de comenzar a recorrer las calles de Madrid, vio el momento de dar un paso más, de convertirse en su propio jefe. «Tenía que comprar la licencia y el coche. Era un gasto que no podía afrontar yo solo y sabía que en los bancos me iban a poner muchas pegas y a exigir muchas cosas», expone. Fue así como decidió ponerse en contacto con Avalmadrid.

«Estos días he escuchado muchas cosas malas sobre la entidad y, aunque entiendo que mi experiencia no es la única, no creo que sea justo decir que todo lo que se ha hecho está mal. Yo tengo un futuro profesional gracias a ellos», insiste.

En febrero de 2009 César fue a su sede para solicitar los 75.000 euros que necesitaba para hacer frente a su idea de emprendimiento. Ya tenía hipotecada la casa familiar y temía no poder hacer frente a esta nueva deuda. «Fue todo bastante fácil. Me pidieron mi nómina, la de mi mujer y una memoria de la idea de negocio que tenía para el taxi», explica César.

Aunque la entidad madrileña ejercería de avalista, sería Bankia el banco que le daría el dinero y fueron ellos los que le pusieron algunas pegas. «Me pedían un avalista más, decían que fuera mi padre, pero yo no quería endeudar a mi familia». A este taxista no le quedó otra que volver a Avalmadrid a informar de los requisitos extra que le exigían. «El funcionario que me atendió, muy amable, me insistió en que les dijera a los del banco que yo a ellos no les tenía que dar nada, que la entidad de la Comunidad sería la que ejercería de avalista. Y, así, si se diera el caso de que yo no cumpliera con los pagos, serían ellos los que se ocuparían de hacer frente a la deuda. Desde ese momento no tuve más problemas».

Este taxista es consciente de que en la entidad se han podido hacer cosas mal, «supongo que habrá personas que hayan falseado su documentación, pero si lo haces todo bien, creo que es una muy buena solución para las personas que necesitan un aval y cuentan con un proyecto viable».La única condición que le pusieron a este mostoleño es que «debía pagar toda la deuda en diez años», por lo que, a lo largo de la última década ha estado abonando «entre 900 y 1.000 euros en función del Euribor». No ha faltado a ningún pago.

Por todo esto, «yo solo puedo hablar bien de Avalmadrid. Ellos fueron los que me dieron el empujón para poder tener mi propia empresa, mi taxi», insiste César. Y es que una de sus mayores preocupaciones es que «tuviera que implicar a mi padre en la deuda, ya que está prejubilado». Así, desde el pasado mes de febrero César está «limpio», ha conseguido cumplir. Es más, «ahora me dicen que tengo que solicitar la devolución de unos mil euros», comenta con alegría. Él tiene claro que «volvería a solicitar un nuevo aval a esta entidad, aunque, por lo que me han dicho algunos compañeros, ahora las condiciones no son tan ventajosas».

Como explican desde Avalmadrid, «se han concedido 5.000 avales por más de 2.100 millones de euros en su historia (se creó en 1982)» y añaden que, 11.000 empresas se han beneficiado de este apoyo financiero. Asimismo, «6.000 de ellas mantienen operaciones vivas» con la entidad.

A pesar de estos datos, la entidad podría estar en la cuerda floja, ya que el propio vicepresidente de la Comunidad, Ignacio Aguado, apuntó el pasado mes de agosto a su cierre por presuntas irregularidades y trato de favor en la concesión y posterior seguimiento financiero de las operaciones realizadas de préstamo, crédito o avales por parte de AvalMadrid desde 2007 a 2018. Por esto, en la Asamblea Unidos Podemos, Más Madrid y PSOE se han unido para promover una comisión de investigación que determine qué ha ocurrido en este organismo público. Así, el líder socialista, Ángel Gabilondo insistió en que «estamos muy preocupados porque hay un modo de entender la política y de hacer las cosas que beneficia a intereses particulares. Avalmadrid ha sido llamada la atención por el Banco de España y por varias instituciones porque se concedían créditos sin las suficientes garantías mínimas de seguridad y se daban a personas que eran próximas o allegadas». Gabilondo cree que aunque sólo el 31 por ciento de Avalmadrid es dinero público, «los nombramientos del consejo de dirección se hacen desde el Gobierno y creemos que tenemos que utilizar los instrumentos parlamentarios para aclarar social y políticamente lo sucedido».

Apoyo de sindicatos y CEIM

No obstante, también hay organismos que defienden el mantenimiento de la entidad. Tanto el presidente de la Confederación de Empresarios Madrileños (CEIM) como los representantes sindicales de CC OO y UGT aseguran que debe continuar. El presidente de CEIM, Miguel Garrido, calificó como «positivo y necesario» un instrumento al que han acudido más de 15.000 empresas. Eso sí, «creemos que, como en todo, hay que hacer un análisis pormenorizado de la situación, hay que estudiar las fórmulas y hay que pensar qué es lo mejor para el tejido empresarial madrileño, porque eso va a redundar en beneficio para el conjunto de los ciudadanos», apostilló el presidente de CEIM, tras una reunión institucional con la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso.

Por su parte, Jaime Cedrún, portavoz de Comisiones Obreras, inisistió en que «un instrumento como este, se llame Avalmadrid o se llame de otra manera, tiene que existir porque es necesario para nuestro sistema productivo y para financiar algunos proyectos que son muy solventes pero que no tienen acceso a otra financiación».