Angel del Río
Cerro del Tío Pío: De cuna del chabolismo a mirador de la ciudad
La primera vivienda fue la de Pío Felipe, construida en 1918. Despúes llegaría la explosión chabolista. En la década de los 60 llegaron a vivir más de 4.000 vecinos
En la sede del Parlamento regional, hay un cuadro de Antonio López, titulado «Madrid desde Vallecas». Comenzó a pintarlo el manchego desde el parque del Cerro del Tío Pío, convertido ahora en uno de los más sugerentes miradores de la ciudad, y en el que el Ayuntamiento está haciendo fuertes inversiones para adecuar sus infraestructuras y ampliar las prestaciones de ocio y deporte. Tras este mirador del Madrid actual, hay una curiosa historia de lucha por la vida, sudor proletario y batalla vecinal de varias décadas por conquistar el derecho a una vivienda digna. Este Cerro del Tío Pío, expresión ahora de la ciudad moderna, fue la cuna del chabolismo en la geografía suburbial madrileña. Durante más de 60 años, las condiciones de vida eran muy precarias; el hacinamiento, brutal, y los índices de pobreza, elevados.
¿Qué fue ese cerro?
Allá por principios del siglo XX, lo que hoy es el distrito de Puente de Vallecas, era aún un pueblo que tardaría casi medio siglo más en anexionarse a Madrid. Por aquel entonces, la zona que nos ocupa era conocida como Palomar de Rivera, terrenos de cultivo y otros abandonados, con algunas humildes casas de campo dispersas por el territorio.
En el año 1918, aparece la primera vivienda construida en el Cerro. Es la del propietario de gran parte de esos terrenos baldíos, oriundo de Piedralaves, que desde niño había vivido en Vallecas, y que allí había casado con Aniceta Budia, natural de Villalba de la Sierra, también vecina vallecana desde su niñez. El promotor del primer gran núcleo chabolista que nacía en Madrid se llamaba Pío Felipe Fernández. La casa que se había construido era modesta, pero amplia: cuatro habitaciones y un establo, en el que el tío Pío, guardaba el carro y las mulas que empleaba en la recogida de chatarra y basuras, negocio que le reportaba pingües beneficios, con los que pudo comprar terrenos en la zona, que más tarde alquilaba o vendía para que cada cual se construyera su chabola bajo su propia responsabilidad, ya que carecían de licencia de construcción, sobre unos terrenos oficialmente declarados como rústicos, no urbanizables.
En esa situación de ilegalidad, los vecinos construían sus chabolas, o infraviviendas, al amparo de la clandestinidad de la noche y que, con frecuencia, a la mañana siguiente eran derribadas por la Guardia Civil, aunque se terminó bajando la guardia de la vigilancia y la zona se convirtió en el principal foco de chabolismo de Madrid, un modo de vida tercermundista, ya que, como era lógico, carecían de red de abastecimiento de agua, de saneamiento, alcantarillado y electricidad.
El personaje del barrio era, sin duda, su creador, Pío Felipe, y así se conoció desde el principio a este paraje: Cerro del Tío Pío. Este inquieto personaje fue, en 1906, vocal del Centro Instructivo Obrero Republicano en los barrios vallecanos de Doña Carlota y Nueva Numancia, y en 1928, del Centro Social Ciudadano y Ateneo de Vallecas.
El crecimiento del chabolismo
En 1925, el Ayuntamiento de Vallecas ya reconocía oficialmente a esta zona marginal como Barrio de Pío, y en el registro municipal aparecían empadronadas 90 personas, en 22 viviendas, aunque el censo real era mucho más elevado. La procedencia de los vecinos era, fundamentalmente, de Murcia, Guadalajara, Cuenca y Madrid, todos ellos jornaleros sin recursos para acceder a una vivienda digna.
En 1930, el Ayuntamiento cambió la denominación del barrio por la de Colonia Pío Felipe. Veinte años más tarde, el número de habitantes era de 544. No sólo se había construido chabolas, también infraviviendas, más espaciosas y de una relativa calidad, si se comparaban con las del núcleo primitivo.
Tras la Guerra Civil y el éxodo del campo a la ciudad, creció sobremanera el número de personas que, procedentes de Andalucía, Extremadura y la entonces Castilla la Nueva, se asentaron en el ya conocido como Cerro del Tío y en los barrios limítrofes en clara expansión chabolista del Pozo del Tío Raimundo, Entrevías y las cuevas del Tejar de Luis Gómez. En 1950, Vallecas se anexiona a Madrid, es a partir de ese momento cuando el Cerro del Tío Pío se convierte en el mayor asentamiento de chabolas de la capital.
En 1960, el Cerro del Tío Pío llegaba ya a los 4.148 habitantes. Cinco años más tarde, el poeta Pedro Garfias, publicaba un libro de poemas titulado: «Cerro del Tío Pío». El autor definía este núcleo como: «Símbolo de todos los suburbios de España, de todos los suburbios del mundo». Aún por aquellos años los vecinos carecían de agua corriente, luz y alumbrado público, aunque en 1958 se habían hecho algunas mejoras urbanísticas.
Tal era el estado de precariedad, que en el año 1962, por iniciativa de la embajada del Reino Unido en Madrid, se fletó un barco que llegó desde Londres a Bilbao con casi dos toneladas de ropa destinadas a los niños del Cerro. En este sentido, también la entonces célebre tenista Lilí Álvarez, solía visitar de incógnito el barrio para llevar ayuda a los más pequeños.
En la década de los años sesenta se instalaron cuatro fuentes públicas, que inauguró «solemnemente» el entones alcalde de Madrid, conde de Mayalde, así como una guardería, varias farolas y lavaderos públicos, aunque la luz eléctrica no llegaría a las viviendas hasta finales de la década.
El nacimiento de las primeras asociaciones vecinales reivindicativas en Vallecas, hizo despertar a la administración municipal, y 500 familias del Cerro del Tío Pío fueron realojas en viviendas dignas, dentro del Plan de Reordenación y Realojamiento de Vallecas.
La creación de la empresa pública OREVASA, permitió, en el año 1979, el realojamiento de un total de 12.000 familias en el conjunto de Vallecas, entre ellas las del Cerro del Tío Pío, aunque el desarrollo de esta operación fue lento y costoso.
En 1985, se construyó el parque que hoy es el Mirador de Madrid. Los diseñadores decidieron aprovechar los escombros existentes de las chabolas para crear con ellos siete montículos artificiales que daría, más tarde, nuevo nombre al parque, el de «Las Siete Tetas».
Desde el mirador de este reportaje, hemos contemplado el desarrollo histórico de ese Mirador de Madrid, que ahora forma parte de una ciudad moderna, pero que tuvo un pasado difícil como cuna del chabolismo en la capital de España.
Curiosidades históricas del mirador vallecano
En 1958, el Opus Dei construía en el Cerro el colegio Tajamar, inaugurado cuatro años después y en 1965, en un modesto barracón, la iglesia parroquial de San Alberto Magno. El cantante extremeño Luis Pastor vivió en el barrio. Ha sido escenario para el rodaje de varias series de televisión, como: «Física o química», «Fuga de cerebros» «Aida», «Vive cantando» o «Estoy vivo». En 2014, Pablo Iglesias, vecino de la zona, registraba el partido Podemos, en el Cerro del Tío Pío.
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