Carmena tiene autobuses sin estrenar por falta de personal

Los sindicatos en la empresa municipal denuncian que al menos 50 de los nuevos 200 vehículos de la EMT no se han movido aún de las cocheras. Aseguran que la falta de plantilla les impide compaginar sus turnos con la formación que reciben antes de ponerlos en servicio.

La acumulación de horas extra de la plantilla de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT) –los sindicatos calculan que la deuda que tiene la empresa con ellos se acerca ya a los 100.000 días libres– está impidiendo a los ciudadanos disfrutar de algunos de los 200 nuevos autobuses que el Ejecutivo de Manuela Carmena adquirió en diciembre del año pasado para renovar una flota cuya antigüedad, denunciaron entonces, era de más de ocho años. El Ayuntamiento de Madrid adquirió 130 autobuses estándar, 40 propulsados por gas natural y 30 híbridos, una inversión que superó los 63 millones. Sin embargo, los usuarios del transporte público de la capital aún no han disfrutado de muchos de ellos. Al menos 50 unidades se encuentran paralizadas y sin estrenar repartidas en las diferentes cocheras de la compañía una vez más, denuncian los trabajadores, por el problema de las horas extra.

Cada vez que un conductor de la EMT tiene que ponerse al volante de un nuevo modelo de autobús la empresa le facilita unas horas de formación equivalentes a una jornada de trabajo en la que reciben explicaciones técnicas sobre su funcionamiento: «Nos dicen desde cómo funciona el sistema start-stop a la ubicación de las llaves de corte en el caso de los vehículos de gas», explica Carlos Gentil, portavoz del sindicato Unión Profesional-CSIT, que calcula que la EMT necesita incorporar más de cien conductores para cubrir las horas de formación sin descuidar el servicio. Lo mismo ocurre con el personal de mantenimiento que, según las citadas fuentes, también recibe un cursillo para trabajar con las nuevas tecnologías de bajas emisiones que llevan los modelos que ha adquirido recientemente la compañía. Las consecuencias más inmediatas de este problema las sufren los trabajadores y también los madrileños. «Los vehículos viejos se incendian y muchos por la tarde, cuando ya superan las ocho horas en servicio, se quedan sin aire acondicionado», asegura Javier Herranz, portavoz del sindicato UGT en la EMT. Gentil confirma la versión de su compañero: «Trabajamos con material viejo, en algunos casos con más de 800.000 kilómetros urbanos y que circulan las 24 horas. A mediodía muchos van ya con el chivato de temperatura alta encendido todos los días».

En los últimos meses hasta diez autobuses de la EMT se han incendiado mientras prestaban servicio por las calles de Madrid, los dos últimos la semana pasada. Sólo en las cocheras de Fuencarral y Entrevías hay dos y cuatro vehículos quemados, respectivamente, a la espera de convertirse en chatarra. Entrevías es, según los sindicatos, el centro de operaciones «más castigado» al contar con vehículos de mayor antigüedad. «Algunos de los que se han incendiado no son tan viejos, se trata de autobuses de 2008-2009 en los que la falta de personal está provocando problemas de mantenimiento y limpieza de la grasa de los motores que acaba combustionando con el calor», añade el representante de CSIT.

El pasado abril la empresa llegó a un acuerdo con su comité para sacar la flota más moderna a la calle. Otra promesa «incumplida», según CSIT, que subrayó que «los conductores han pedido que se cambie la dotación de algunas líneas por seguridad», pero que los fines de semana «no están saliendo los autobuses nuevos».

La compañía, por su parte, niega que aún haya autobuses sin estrenar en las cocheras. «Todos los autobuses adquiridos por EMT en el año 2016 están dados de alta y prestando servicio en calle. Se trata de un total de 200 unidades repartidas del siguiente modo: 30 en el centro de operaciones de La Elipa, 46 en Sanchinarro, 42 en Entrevías, 14 en Fuencarral y 68 en el de Carabanchel». Asimismo, añadieron que «el primer bus del pedido se dio de alta el 7 de noviembre de 2016 y el último el 3 de junio de 2017», hace apenas diez días, y explicaron que «todo el personal de conducción adscrito a líneas donde prestan servicio estos vehículos ha realizado los pertinentes cursos de prácticas. La formación inicial a todo el personal de taller ya se ha realizado y, posteriormente, se realiza una formación específica (aprovechando el periodo de garantía de los autobuses».

Una versión que, sin embargo, desmienten no sólo los sindicatos, sino también los consejeros que los partidos de la oposición tienen en la dirección de la EMT y que denuncian la total opacidad con la que la actual dirección de la empresa está llevando a cabo sus últimas operaciones. Sergio Brabezo, el representante de Ciudadanos en el consejo de administración de la EMT, aseguró que, de los 200 vehículos que adquirió el Ayuntamiento de Madrid en diciembre, seguro que «cien están en la calle». También recordó el edil de la formación naranja que 76 de los vehículos de la nueva flota llegaron con un problema de carrocería en su puerta delantera que, en marzo, la empresa aseguró que se arreglaría «en tres días». Tras su reparación estos vehículos fueron equipados con la tecnología de la EMT. «Hemos hecho una petición de información sobre un tema que pone en peligro la seguridad de los trabajadores de la EMT», subrayó Álvaro González, el concejal que representa al PP en la empresa pública preguntado por este tema.

A mediados del pasado diciembre Carmena hacía una rueda de prensa para anunciar que «después de un parón de tres años» la EMT volvía a comprar autobuses para renovar su flota. Las primeras unidades entraron en servicio en las líneas 6 y 25 antes de que entrara 2017. El Ayuntamiento tiene previsto comprar otros 500 vehículos a lo largo de este año y del que viene.