Angel del Río
Aprender de los errores de Colau
Carmena sigue el modelo o la doctrina Ada Colau, que ya ha evidenciado serios perjuicios para el turismo en Barcelona
Carmena sigue el modelo o la doctrina Ada Colau, que ya ha evidenciado serios perjuicios para el turismo en Barcelona.
Por muchas ilusiones que nos hagamos, no le vamos a pedir peras al olmo, ni manzanas al madroño, ni grandes ideas a Manuela Carmena porque es imposible. Pero si no es capaz de crear, al menos que no estropee lo que hay, como por ejemplo, la bonanza del sector turístico en la capital de España.
Comunidad y Ayuntamiento de Madrid coincidieron en la idea de potenciar el turismo a través de campañas conjuntas de promoción y divulgación de nuestras excelencias, sobre todo en una situación en la que el Brexit abre nuevas puertas para el reparto de visitantes en varios países de Europa.
Pero la alcaldesa se puede cargar esa iniciativa con medidas tan desajustadas para los intereses económicos del sector, como la moratoria que afecta a apartamentos turísticos y hoteles del centro y que podría extenderse a otros distritos de la ciudad. Una moratoria que frena la actividad hotelera pero que no ataca a los pisos turísticos ilegales, lo que supone una auténtica aberración al sentido de la lógica y de la justicia. Carmena sigue el modelo o la doctrina Ada Colau, que ya ha evidenciado serios perjuicios para el turismo en Barcelona. Y lo más curioso es la respuesta que ha dado el concejal del gobierno de Ahora Madrid, José Manuel Calvo: «El interés municipal es aprender de este tipo de experiencia», en referencia a la Ciudad Condal. ¡Toma ya! Pues sí, hay que aprender de la experiencia ajena y no copiarla, para no caer en los mismos errores.
Madrid goza de una gran infraestructura hotelera, desde los establecimientos de lujo hasta los pequeños hostales; una situación que no está agotada y todavía se puede mejorar.
Sin embargo, la moratoria de la alcaldesa de la capital se la puede cargar porque, mientras paraliza las licencias de las viviendas turísticas –requisito que, por otra parte, no es obligatorio para desarrollar la actividad–, mientras que las empresas hoteleras no podrán abrir un establecimiento en edificios residenciales, se consiente, por otra parte, los pisos turísticos en situación totalmente irregular.
Señor Calvo: está bien aprender de experiencias municipales ajenas, para no caer en nuevos errores, salvo que haya intereses inconfesables o, simplemente, obstinaciones que pueden ser lesivas para el interés común de todos los madrileños.
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