Angel del Río
1968: Un año prodigioso en la historia de la ciudad
La capital ganó una torre, un scaléxtric, varios aparcamientos y se abrió el hospital Gregorio Marañón
La capital ganó una torre, un scaléxtric, varios aparcamientos y se abrió el hospital Gregorio Marañón.
El del 68 fue un año de revueltas estudiantiles, fruto de los acontecimientos de mayo en París. El 1 de marzo, el gobierno decide el cierre de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense, «por alteración de la vida académica». Los estudiantes, reunidos en asamblea, son desalojados por la Policía Nacional. Éstos cortan el tráfico y pinchan los neumáticos de varios autobuses, y se produce una carga policial que se salda con varios heridos y detenidos.
En 1968, el Ayuntamiento da el visto bueno a un proyecto que iba a resultar polémico: la construcción de la llamada Torre de Valencia, de 28 plantas de altura, en la manzana de O´Donnell-Menéndez Pelayo, frente al parque del Retiro. En mayo de 1969, se otorgaba la licencia definitiva. Durante su construcción, iniciada un año después, se apreció que rompía la estética visual, tras la Puerta de Alcalá. El alcalde, Arias Navarro, decidió paralizar las obras, aunque urbanísticamente estaban ajustadas a derecho. La empresa promotora recurrió a los tribunales, y ante la posibilidad de perder el pleito, el Ayuntamiento levantaba, en 1971, la orden de suspensión, y las obras se reanudan.
El polémico edificio, volvió a ser noticia en 1986, cuando se descubrió un plan secreto del gobierno de Juan Barranco, que intentó comprar el edificio a sus propietarios, a través de una empresa intermedia, para después demolerlo y acabar con el «pastiche» del franquismo. Descubierto el pastel, se desistió de la idea, que habría costado al pueblo de Madrid 8.000 millones de pesetas.
Desaguisado urbanístico
Madrid viviría en 1968, un año de importantes inauguraciones. El 16 de mayo, el ministro de Obras Públicas, Federico Silva Muñoz, y el alcalde de la capital, Carlos Arias Navarro, abrían el puente múltiple construido sobre la glorieta de Carlos V, que poco después sería conocido popularmente por los madrileños como el «scalextric» de Atocha, formado por tres pasarelas: Paseo de las Delicias-Paseo del Prado; Prado-Santa María de la Cabeza y un ramal que remontaba el centro de la calle del General Primo de Rivera para enlazar con el anterior. Los pasos elevados tenían una longitud total de 1.262 metros; pesaba millón y medio de kilos y había costado 94 millones de pesetas. Ya el día de su inauguración, el alcalde reconocía que: «se ha cometido un desaguisado urbanístico necesario y provisional en este punto, que algún día desaparecerá cuando se traslade de sitio la estación ferroviaria de Atocha». Así fue, porque este punto se convirtió con el paso de los años, en la zona más contaminada de Madrid, y en marzo de 1985, era desmontado. Por el mismo había circulado una media de 300.000 vehículos diarios,
En enero se abrió el aparcamiento subterráneo de la plaza de Santa Ana, con capacidad para 335 plazas; en mayo, el de la Plaza de España, y en diciembre, el de Fuencarral. En mayo, coincidiendo con las fiestas de San Isidro, se inauguró el parque Sancho Dávila, de 54.000 metros cuadrados de superficie, y en julio, la Ciudad Sanitaria Francisco Franco, antiguo Hospital Provincial, que a la muerte del dictador, pasaría a llamarse Hospital Gregorio Marañón, en 1987.
Otro acontecimiento inédito ese año fue la organización, por primera vez en la feria taurina de San Isidro, de dos celebraciones: un ciclo de 18 corridas en la plaza monumental de las Ventas, y 4 en el coso de Vista Alegre, en Carabanchel.
Prodigioso año el del 68, en el que Madrid alcanzó la cifra de 3 millones de habitantes gracias al nacimiento de la niña, María del Carmen García Fernández. Se cumplen ahora 50 años de aquella fecha histórica.
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