El líder del PSPV, Ximo Puig, evitó ayer cuestionar el liderazgo del secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, aunque sí reconoció que existe «desconcierto» en el partido. En este sentido, consideró necesario que la formación política se «levante» para convertirse en una alternativa «firme y potente».

A su llegada al Pleno del Congreso de los Diputados y antes de la Ejecutiva Federal socialista, Puig señaló que nadie ha planteado en ningún órgano del partido la dimisión de Rubalcaba, pese a los dos últimos episodios: la polémica con la Federación catalana por incumplir la disciplina de voto y la moción de censura de Ponferrada.

Sin embargo, el «cambio» sí es urgente, aunque, según Puig, ha de venir de la mano de la «unidad». En este sentido, subrayó que el partido es un mero reflejo de la sociedad española, que vive un «tiempo complejo». Indicó que hay «desconcierto», ya que la situación es complicada y las soluciones no son fáciles.

Demandó, por tanto, «una reacción democrática, un nuevo acuerdo territorial y una nueva propuesta de país».

Por otra parte, respaldó la posibilidad de los que diputados Carmen Montón y César Luena entren a formar parte de la dirección del grupo parlamentario en el Congreso, decisión que recordó que depende directamente del secretario general.

El diputado y expresidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, sobre el liderazgo de Rubalcaba, se limitó a recordar que ganó el Congreso y que «los secretarios generales se respetan».