Ministros valencianos

a tenemos cuatro ministros valencianos, cuatro. José Luis Ábalos dirigirá el Departamento de Fomento, Carmen Montón el de Sanidad, Màxim Huerta el de Cultura y Luis Planas, radicado en Andalucía, el de Agricultura. ¡Casi res! Con ello el flamante presidente ha recompensado el trabajo del primero durante estos últimos como leal y eficaz escudero, incluido el periodo duro cuando los hasta entonces prebostes del PSOE lo echaron y el hoy victorioso Pedro Sánchez prometió recorrer España con su vehículo para convencer a los militantes y recuperar el trono usurpado, haciendo buena aquella frase «los muertos que vos matáis, gozan de buena salud». Respecto a la segunda, no ha olvidado que fue suya, políticamente hablando «of course». Lo de Ábalos parecía cantado. Quien había protagonizado tan buena labor y demostrado tal fidelidad, merecía llegar a la máxima aspiración de un político, excepción hecha de la Presidencia: ser nombrado ministro. Además, importante, de gran presupuesto por aquello de las inversiones en infraestructuras. A Montón le ha entregado un mundo que le gusta, en el que ya ha demostrado sus convicciones. Y Huerta un área de relevancia por las cuestiones valencianas.

Ahora son ellos, especialmente Ábalos, quienes tienen el reto de demostrar su amor por la Comunitat o actuar como sus predecesores procedentes de esta tierra que no se hicieron acreedores ni siquiera de una placa como reconocimiento a ello. Si se ocupa de adelantar y ejecutar las obras del Corredor o, en lo que le corresponde, de satisfacer las necesidades hídricas, por poner dos ejemplos evidentes. Huerta para ayudar al Palau de les Arts como al Liceo o al Real; o, por el contrario, se ocupan exclusivamente los «intereses generales».

Por ello, expreso mi más sincera felicitación y deseo acierto total en su gestión. Así es la vida.