Literatura
Un autor incómodo
En mayo de 1961, aprovechando su primer viaje a Estados Unidos, desde la ciudad de Nueva York, un escritor ampurdanés enviaba un largo cuestionario al entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy. En la carta, el autor convertido en reportero buscaba que JFK se mojara y le brindara sus impresiones sobre España y Franco. Con su iniciativa lo que logró es que el Servicio Secreto realizara un perfil sobre él y que el presidente le enviara una respuesta muy políticamente correcta. En el informe se decía que el interesado «no se considera a sí mismo como un escritor de libros políticos», aunque sus novelas eran consideradas como críticas con el régimen franquista. Este documento se refiere a José María Gironella, un escritor que permanece hoy olvidado. No me sienta bien la toga de juez, así que no sé si estamos ante un olvido justo o todo lo contrario. Su obra hace tiempo que dejó de estar al alcance de los lectores, aunque en su momento fue probablemente el autor más leído por varias generaciones de lectores. Escribo esto tras leer ese informe para Kennedy y tras comprobar que hace poco se conmemoró el primer centenario de su nacimiento y no se hizo nada, absolutamente nada, por recordar a quien escribió «Los cipreses creen en Dios» o «Un millón de muertos». Gironella fue en vida un autor incómodo, tanto para los franquistas como para la oposición a la dictadura. Eso es lo que hace de él un escritor al que es difícil reivindicar, pese a que eran muchos, demasiados quienes lo leyeron haciendo de Gironella un autor rico, pero que no murió en las mejores condiciones económicas. Habría que volver a él y para eso sería necesario consultar su archivo, hoy depositado en Girona. Lástima que las autoridades de la ciudad sobre la que tanto escribió no se hayan tomado la molestia de clasificar un fondo que tienen desde hace unos diez años.
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