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Sitges se rinde a la inspectora Amaia Salazar de Dolores Redondo

“Legado en los huesos”, la segunda parte de la trilogía de Baztán, llega a los cines con mucho más misterio e intensidad

Francesc Orella junto a Fernando González Molina y Marta Etura
Francesc Orella junto a Fernando González Molina y Marta Eturalarazon

“Legado en los huesos”, la segunda parte de la trilogía de Baztán, llega a los cines con mucho más misterio e intensidad

A Belén Ortiga le encantaba Dolores Redondo. Si hubiese sido escritora, tenía claro que sería como ella. No tenía ninguna duda. Tenía dudas sobre su lado de la cama favorito, pero no sobre esto. Le encantaba su trilogía de Baztán y la enigmática forma en que utilizaba a las brujas. “No hay que creer que existen, no hay que decir que no existen”, escribe en “Legado en los huesos” y ella estaba de acuerdo. En Sitges, una noche creyó que una bruja la seguía y pensó que lo mejor sería creer que no lo era. Intentó creer que era una rana, una linterna, una pierna cubierta de calcetines, pero no lo lograba. Alguien había detrás y empezaba a gritar de forma muy desagradable. Al final lo creyó, ahí no había ninguna bruja, y al girarse vio que era su amiga Carmen. “¡Es que no me oías!”, le dijo esta enfadada después de estar gritando su nombre en plena calle. Mi nombre suena muy desagradable si se grita, pensó. Iba a decirle a Carmen que era una bruja, pero no lo podía decir, no podía creerlo. Pero no había duda, era una bruja porque tampoco podía decir que no existía. Pensó en utilizar el gerundio “muriendo” de forma dramática y morirse poco a poco, pero tampoco. Miró a Carmen a los ojos y decidió que lo mejor era no definir a las personas. Al final le dijo, “¿vienes a ver “Legado en los huesos” conmigo?” “¿Marta Etura es la inspectora?”, preguntó Carmen. “Claro”, contestó Belén y pensó que Dolores Redondo nunca escribiría un diálogo tan intrascendente.

Sitges ha vuelto a vibrar con el terror del valle del Baztán. “Legado en los huesos” es la segunda entrega de la trilogía, con una inspectora Amaia Salazar múcho más segura de sus habilidades deductivas y mucha mayor presencia. “Es mas fuerte, porque ha tenido un hijo y eso le ha hecho crecer”, reconoció ayer Etura. Junto a la actriz nos reencontramos con su fiel compañero de patrulla policial que interpreta Carlos Librado y el eficiente inspector Montes,(Francesc Orella), que en esta segunda parte ha aprendido a respetar a su jefa. Dentro de la historia también aparecerán nuevos personajes como el juez que interpreta Leonardo Sbaraglia y el inquietante sacerdote al que da vida Imanol Arias. Belén estaba convencida que si Imanol Arias fuese el león de la Metro rugiría con un gran talento dramático. Así de buen actor es. “Sigue siendo un thriller, pero es menos convencional que “El guardián invisible”, con más elementos de misterio, magia y drama”, señaló el director Fernando González Molina. Belén no podía estar más de acuerdo porque “Legado en los huesos” era su parte favorita de la trilogía. “El componente emocional es más fuerte porque al tener un hijo, la inspectora ha crecido emocionalmente”, insistió Etura. “Pues a mi me gustó más “Legado en los huesos”, dijo entonces Carmen y Belén no se lo tuvo en cuenta. Era una bruja, qué iba a saber ella.

El argumento de la película arranca con la inspectora poniéndose de parto. Un asesino que se está siendo juzgado se suicida frente a sus narices y deja una nota dirigida a ella.

Cuando la jefa de policía se reincorpora al trabajo, el caso la llevará de vuelta a su comarca natal y la arrastrará en una investigación que la absorberá más de lo esperado. Mientras investigue el caso, su marido será en encargado de cuidar del hijo de ambos, en una distribución de papeles poco común hasta ahora en el cine pero que “no es más que un reflejo de lo que pasa en la sociedad, donde cada vez más, las mujeres trabajan y los hombres cuidan a los hijos”. Belén pensó que si tuviese un hijo lo llamaría Ezequiel y si fuese niña, Bruja. “La verdad es que me siento afortunada porque no son habituales los personajes protagonistas femeninos”, añadió Etura.

La lluvia es otro de los protagonistas del filme, en un in crescendo que ayuda a enfatizar la claustrofobia de la cinta y la presión asfixiante en la que caerán los personajes, con un clímax final envuelto en unas fuertes inundaciones. “Lo más difícil ha sido rodar durante 19 semanas seguidas y mantener la tensión siempre alta para que todo el equipo diera lo mejor de si mismo”, reconoció González Molina, uno de los pocos directores infalibles del cine español. Donde pone la cámara, pone la magia y el éxito de taquilla. “El guardián invisible” fue vista en cine por más de 600.000 espectadores en España; “Legado en los huesos”, que se estrena el próximo 10 de octubre; y “Ofrenda a la tormenta”, que no se podrá ver hasta el 3 de abril de 2020, a buen seguro que arrastrarán a los mismos, sino más, espectadores. De momento, la película ya ha vendido sus derechos a Netflix, como ya ocurrió con la primera entrega, lo que asegura su inmediato éxito internacional.