Gobierno de España
Quim Torra desafía a la Junta Electoral y no retira los lazos amarillos del Palau de la Generalitat
El president delega en sus consellers la decisión de quitar los símbolos
La pancarta que pide libertad para los “presos políticos” y los “exiliados”, con un enorme lazo amarillo, sigue colgada en el balcón del Palau de la Generalitat, pese a que la Junta Electoral Central ha advertido a Quim Torra que tiene hasta las cinco de la tarde para retirar lazos y estelades de los edificios públicos. En la reunión semanal que hoy celebra el gobierno catalán, la última en la que estarán las conselleras Elsa Artadi, que se va para intentar birlar la alcaldía de Barcelona a Ada Colau, y Laura Borrás, que lidera la lista de Carles Puigdemont al Congreso, Torra delega en sus consellers la decisión de retirar los lazos y estelades de los edificios públicos. Como último responsable del Palau de la Generalitat, pese a estar advertido de posibles responsabilidades penales y de que la Fiscalía puede actuar por un presunto delito de desobediencia con multa e inhabilitación para ejercer un cargo público, Torra no retira los símbolos. Seguirá adelante con su desafío a la Junta Electoral Central. Según ha revelado la portavoz del Govern, Elsa Artadi, el president no retirará la pancarta que cuelga del balcón. La decisión, de la que ha informado en el Consell Executiu, ha sido “acordada verbalmente” con el resto de consellers.
En paralelo, Artadi ha explicado que el gabinete jurídico de la Generalitat está redactando un escrito dirigido a la JEC -será trasladado en las próximas horas- para exigir mayor claridad a la administración electoral y Torra está trabajando con el Sindic de Greuges para valorar de qué manera debe actuar. “Si se tuviera que actuar, dónde y cómo. Sobre qué expresiones se debería actuar”, ha asegurado, sin arrojar más detalles. Con esta treta gana tiempo.
La Junta Electoral Central dio ayer 24 horas para retirar lazos y estelades de los edificios públicos al considerar que reflejan las aspiraciones de una parte de la población catalana, pero no de toda. Los servicios jurídicos de la Generalitat habían alegado al primer aviso del órgano jurídico electoral que el derecho a la libertad de expresión ampara la exhibición pública de estos símbolos en sedes institucionales. Pero la Junta Electoral Central replicó que si bien el lazo amarillo es un símbolo legítimo que pueden utilizar las formaciones políticas en su propaganda electoral, “durante los periodos electorales, por exigencia en lo dispuesto en el artículo 50.2 de la LOREG (Ley Orgánica del Régimen Electoral), no lo pueden hacer los poderes públicos porque deben mantener una rigurosa neutralidad”.
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