Cataluña
El PDC se pone en marcha marcando más distancias con el PP que con Pujol
Hoy se cumple el segundo aniversario de la confesión del fraude del ex president. La nueva CDC asume su legado político
Hoy se cumple el segundo aniversario de la confesión del fraude del ex president. La nueva CDC asume su legado político
Es díficil, acaso imposible, hallar en la historia reciente de Cataluña un terremoto político mayor que el ocurrido hoy hace dos años, cuando Jordi Pujol confesó que había ocultado a Hacienda una fortuna en el extranjero durante más de 30 años. El bombazo de Pujol sacudió enormemente los cimientos de una CDC que, ya entonces, arrastraba varios escándalos de corrupción (en particular el caso Palau, todavía sin sentencia). La dirección de Convergència no tardó en llegar a la conclusión de que había que liquidar el partido fundado por el propio Pujol en 1974 y dar lugar a una nueva formación, libre de pecados. Esa formación ya está en marcha. Es el Partit Demòcrata Català (PDC) y su primer reto no es liberarse de la sombra de Pujol, sino de la del PP.
La votación del pasado martes para escoger la Mesa del Congreso de los Diputados todavía persigue al PDC, incapaz de explicar con claridad cuántos de sus 8 votos entregó al PP para facilitar la elección de una vicepresidenta popular. Los soberanistas buscaban con esa maniobra obtener a cambio la condición de grupo parlamentario propio (supone, entre otras cosas, más dinero). Pero ni la vieja Convergència ni la nueva han querido clarificar su votación, argumentando que el voto a la Mesa del Congreso es secreta. Su única obsesión ha sido negar la existencia de un pacto con el PP. Este se ha convertido en el primer reto de la dirección del PDC, escogida este sábado.
«¿Cómo podemos tener sintonía con un partido que ha hecho lo que ha hecho en temas como el 9N al utilizar las alcantarillas del Estado?», dijo la coordinadora general del PDC, Marta Pascal, en Rac 1 para dar a entender que no hay margen para el entendimiento con el PP. Y añadió: «Si nos hubiéramos puesto de acuerdo para dar unos votos, evidentemente estaríamos hablando de un pacto y ese pacto no ha existido».
Con estas palabras, Pascal trató de desmentir lo que es un secreto a voces, básicamente porque así lo han verbalizado protagonistas de la negociación como el portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, que aclaró de dónde salieron los votos extra que obtuvieron sus candidatos a la Mesa del Congreso. «Han salido de aquellas formaciones que ya se puede imaginar y que están a mucha distancia del PP, como son PNV, Coalición Canaria y Convergència», desveló.
Pese a las evidencias, el PDC intenta despegarse del PP. «Reitero, de nuevo, que no hay ningún acuerdo político de ningún tipo con el PP», afirmó el portavoz de CDC en el Congreso, Francesc Homs.
El ahínco con el que la nueva CDC marca distancias con el PP contrasta con los equilibrios que tratan de mantener con Pujol, una especie de muerto civil que, sin embargo, merece la consideración del PDC. La nueva coordinadora general no tuvo problemas en admitir que su formación no reniega del legado político del patriarca de CDC, aunque aprovechó este comentario para manifestar su incredulidad respecto al fraude fiscal de Pujol. Dos años después persisten las dudas sobre el origen de la fortuna, pero el PDC tiene otros problemas.
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