Hondo pesar en Valladolid por la muerte de José Antonio Gil Verona

Hondo pesar en el Ayuntamiento vallisoletano, tras conocerse el fallecimiento, en la madrugada del martes de José Antonio Gil Verona, que fuera edil en dicho Consistorio en los últimos cuatro años. Gil Verona había nacido en la capital vallisoletana en 1964 y era catedrático de la Escuela Universitaria de la Universidad de Valladolid. Allí fue jefe de estudios en funciones de la Diplomatura de Logopedia, y entre 1997 y 2000 fie vicedirector del Instituto de Investigación en Ciencias de la Educación de la UVA.

Asimismo, también fue miembro de la Liga Española contra la Epilepsia y de la Sociedad Anatómica Española desde 1993 y hasta 2007 presidió la Asociación Española de Lucha contra la Epilepsia. Entre 2003 y 2007 dirigió el Museo de la Ciencia en la capital y entre 2009 y julio de 2010 fue gerente de la Fundación Alberto Jiménez-Arellano Alonso y director del Área de Extensión Universitaria de la UVA.

Entre su trabajo de investigación escribió cinco libros, una treintena de artículos científicos y más de 60 comuniaciones para congresos.

Tras conocerse el fallecimiento de Gil Verona, el alcalde de la ciudad, el socialista Óscar Puente lamentaba la inesperada muerte.

«Hemos trasmitido las condolencias a primera hora a la familia y a sus compañeros. Ha sido una noticia muy triste para el consistorio ya que se trata de una buena persona a la que todos conocimos y con la que trabajamos juntos».

Desolado se encontraba el presidente del Grupo Municipal Popular, José Antonio Martínez Bermejo, quier recordó que Gil Verona era una «persona muy querida» y del que destacó su «capacidad intelectual» que aportaba en el día a día en el trabajo municipal. También ensalzó que supo «demostrar sus capacidades» en todas las instituciones de las que formó parte a lo largo de su trayectoria profesional.

Por su parte, el vicerrector de Relaciones Internacionales y Extensión Universitaria de la UVA, José Ramón González, destacaba la gran valía profesional, que invirtió una gran parte de su vida a la investigación científica, concretamente a la epilepsia.