Castilla y León contratará enfermeros para los alumnos con necesidades sanitarias

Los alumnos con necesidades sanitarias especiales contarán con enfermeros en sus centros educativos para ofrecerles «una mejor atención». Así lo aseguró el consejero de Educación, Fernando Rey quien, con el de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, presentó un conjunto de medidas que se regularán «en los próximos días» para garantizar la conciliación entre las prescripciones médicas de los estudiantes y su formación.

«Cada año se evaluarán las necesidades de los alumnos y se contratarán tantos profesionales sanitarios como se necesiten. No partimos de un presupuesto concreto porque este servicio se prestará en todos los sitios en los que se precise y con la inversión que requiera», apuntó.

Esta unión entre Consejerías, a la que se sumará también la de Familia e Igualdad de Oportunidades, permitirá que «ningún alumnos se quedé atrás, sea cual sea su condición», aseveró Fernando Rey.

Hasta el momento, solo hay 32 profesionales de Sanidad que actúan en centros formativos, sobre todo en aquellos de Educación Especial y para la atención a menores con discapacidad en algunas zonas rurales. A ellos se sumará «nuevo personal que en algunos casos hará una labor de itinerancia entre colegios», detalló Sáez Aguado.

Asimismo, el centenar de escolares que por problemas de salud están en sus domicilios de forma temporal y los 4.000 que reciben atención educativa en las aulas hospitalarias verán también reforzados sus servicios «con un profesorado formado y motivado y mejores recursos ligados a Internet y las nuevas tecnologías para que no pierdan el contacto y la marcha del resto de sus compañeros», añadió Rey.

Además, esta nueva norma regulará las medidas a adoptar ante una urgencia o una emergencia sanitaria en los centros escolares -hasta ahora se hacía a través de protocolos-, así como la administración de fármacos -que deberá ser siempre bajo petición de los padres y con receta médica- así como el botiquín.

En la actualidad, los colegios actúan «guiados por el principio de prudencia y colaboración con las familias». Ahora, los centros dispondrán de una solicitud y permiso autorizado de los padres siempre que la administración de los medicamentos no exceda las condiciones ordinarias. Si esto no fuera así, se solicitará a los servicios sanitarios la colaboración correspondiente.