Algeciras
«Hermanos de sangre» y también de tierra
San Fernando y Algeciras reconocen el legado universal de Paco de Lucía y Camarón de la Isla
San Fernando y Algeciras reconocen el legado universal de Paco de Lucía y Camarón de la Isla
Estaban ligados por la misma infancia de pies descalzos, en calles y playas; por la luz y el viento del Estrecho; por el flamenco y el genio; y, también, por la osadía inflamable de los tímidos cuando se agarran a la verdad. José Monge, Camarón de la Isla (San Fernando, 5 de diciembre de 1950-Badalona, 2 de julio de 1992), y Francisco Sánchez Gómez , Paco de Lucía (Algeciras, 21 de diciembre de 1947- Playa del Carmen, México, 25 de febrero de 2014). Las ciudades gaditanas de San Fernando y Algeciras sellarán el 2 de junio su hermanamiento, coincidiendo con el 25 aniversario de la muerte de la voz que cantó a Lorca en «La leyenda del tiempo». El acto se desarrollará en el Real Teatro de Las Cortes de San Fernando. Se pretende «rendir tributo» a «dos genios del flamenco que juntos hicieron leyenda», uno al cante y el otro a la guitarra.
«Conocí a Paco de Lucía en Jerez. No me quería tocar la guitarra. Estábamos en una fiesta con los Domecq. Iba yo con Rancapino y entré allí. ‘Que cante, que cante’. ‘Ea, que va a cantar un porquito este chiquillo...’. Entonces me conocían por El Pijote. Le dijeron a Paco que me tocara y Paco le decía a Cepero: ‘Tócale tú’. Y yo decía: ‘Pues no tocarme ninguno. Y me toqué yo y canté yo y acabé con todos. Y después, me fui solo por ahí. Lo menos tres días después, vi a Paco y al final nos enrollamos. Hace muchos años que canto con él y que somos amigos», contaba Camarón. Juan José Téllez, triple biógrafo de Paco de Lucía, señala que el guitarrista de Algeciras y el cantaor de la Isla llevaron el flamenco «a otros sitios antes nos explorados». «Cuando era niño, yo trabajaba en la Venta de Vargas. Yo lo he pasado muy malamente. Allí estaba todo el día metido porque mi gente no estaba muy bien económicamente. Mi padre era herrero. Tenemos todavía la herrería, pero está cerrada. No va nadie, ya no se trabaja. Ya no hay herrerías. Ya viene todo de aluminio o de plástico. ¿Estudiar? No, iba al colegio y me escapaba antes al mediodía», señalaba José Monge sobre su infancia. Paco de Lucía también se escapaba para jugar al fútbol en las calles. De hecho, se traslada a Centroamérica en su última época «porque los niños siguen jugando en las calles». Por su madre lusa, a Paco se le conocía como «el de Lucía». Los problemas económicos obligaron a su padre, Antonio Sánchez Pecino, a sacarle de la escuela. Paco de Lucía dedicó su tiempo a tocar, practicar, estudiar horas. Francisco Sánchez Gómez rompió a tocar de verdad una guitarra con siete años, pero «ya sabía los ritmos de una seguiriya o una soleá. Eso es lo que me ha dado ventaja». Camarón llevaba la música dentro. Le latía en la garganta. Era un prodigio del ritmo y un aglutinador de tendencias sin perder la pureza. Dos inteligencias innatas e inherentes. Paco de Lucía decía que se inspiraba casi siempre «en mi pueblo, en los recuerdos de la niñez, que son los más puros». Camarón y Paco, «complementarios, hermanos de sangre. Se encontraron y formaron una pajera única, irrepetible. Eran los Lennon y McCartney del flamenco», en definición de Téllez. «Para conocer Algeciras es imprescindible conocer a Paco de Lucía y para conocer a Camarón es necesario conocer la ciudad que lo vio nacer. Añadiré que para conocer a Paco se hace imprescindible también ser cómplices de esas amistad y profesionalidad que desarrolló junto a Camarón», indicó J. Ignacio Landaluce, alcalde de Algeciras. Las dos ciudades hermanas desarrollarán estrategias y eventos de promoción del flamenco. «Canto siempre igual pero nunca canto igual», decía Camarón.
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