Crisis del PSOE
Gómez de Celis y Susana Díaz escenifican una paz idílica tras la guerra
Promesas de «lealtad» y «colaboración» institucional en la toma de posesión del nuevo delegado del Gobierno en la comunidad
A Pedro Sánchez hay que reconocer, en lo referente a Andalucía, dos movimientos estratégicos que han neutralizado por ahora a Susana Díaz. El presidente del Gobierno «tiró» primero de la consejera María Jesús Montero como ministra de Hacienda y luego, en una decisión cantada para muchos, colocó a Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, su jefe de campaña e íntimo enemigo de la presidenta, como delegado del Gobierno en Andalucía. Cualquier roce entre Junta y Gobierno será entendido como otra batalla interna del PSOE y la mirada se centrará en Díaz y su ansia de poder. De ahí el interés por escenificar durante la toma de posesión del cargo estatal celebrada ayer una paz idílica, difícil de creer tras la guerra protagonizada por ambos bandos.
El concepto «lealtad» fue el más repetido, junto al de «colaboración» institucional. El nuevo delegado del Gobierno repitió que las políticas aplicadas por la Junta son un «referente» para el Ejecutivo de Pedro Sánchez. «Toca alinear el mejor equipo –curiosamente, Celis y Díaz se confiesan béticos– y ese equipo, ahora, es el tándem que vamos a construir compartiendo metas, Gobierno de España y Gobierno de Andalucía, con Pedro en la Moncloa y Susana en San Telmo». Celis se mostró muy cercano a la presidenta, casi rememorando la etapa en la que ambos eran concejales del Ayuntamiento hispalense, y en su intervención no dudó en citar a la propia Díaz: «Cuando es el PSOE el que gobierna en España, a Andalucía le va bien». Para añadir que «a España también le va mejor cuando a Andalucía se la deja aportar a este proyecto común su talento, conocimiento y esfuerzo».
No dudó Celis en recordar que esa «lealtad» debe «viajar siempre con billete de ida y vuelta». Mientras, Díaz además de felicitarlo le invitó a convertirse en un defensor más de los intereses y reivindicaciones justas de la comunidad andaluza ante el Estado. Andalucía siempre es una «garantía» para España, sobre todo, para garantizar la cohesión territorial del país. Y quiso dejar claro que su Gobierno hará una defensa firme de los intereses de Andalucía y sus justas reivindicaciones, como una financiación adecuada que garantice que todos los andaluces puedan acceder a los servicios públicos en igualdad con el resto de España, o unas inversiones adecuadas para el progreso y desarrollo de la comunidad. Se ha mostrado convencida de que en la defensa de los intereses de esta tierra va a contar con el «apoyo, la colaboración leal y la cooperación» de Gómez de Celis.
Díaz definió a Gómez de Celis como un trabajador «incansable y una persona que se va a entregar con pasión y con esfuerzo. Será un gran delegado, pensando siempre en mejorar la calidad de vida de los andaluces».
Desde el PP, su presidente andaluz, Juanma Moreno, deseó que Celis «anteponga los intereses» de Andalucía en la «batalla particular» entre Sánchez y Díaz: «Por encima de la guerra personal y política están los intereses generales de la ciudadanía».
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