Sevilla
«Cuatro bodas y un funeral»
Los 11 consejeros de Moreno tomaron posesión y «el balón echó a rodar» mientras los anteriores inquilinos de San Telmo ultimaban la mudanza
Los 11 consejeros de Moreno tomaron posesión y «el balón echó a rodar» mientras los anteriores inquilinos de San Telmo ultimaban la mudanza
Los universos son cíclicos. Se crean o nacen; se expanden, frenan en seco, se contraen; colapsan y, eterno retorno, vuelta a empezar. El trajín de San Telmo, con la puesta de largo de los consejeros de Juanma Moreno en el Salón de los Espejos escondía tras las bambalinas el adiós de los que se van. El engranaje del poder. «He dejado todo recogido y he pasado la fregona», bromeaba más allá del arco de seguridad una asesora de comunicación. La política se rige por los principios de la vida. Unos llegan, otros marchan; en el marco de lo que supone la cuarta celebración institucional por parte del Gobierno PP-Cs, tras las dos jornadas de investidura y la toma de posesión del máximo dirigente popular en el Parlamento andaluz. Bajo la luz cenital de la antigua Escuela de Mareantes –con la venia de Vázquez Consuegra–, el día después del «Blue Monday», «cuatro bodas y un funeral».
El protocolo marcaba chaqueta, hasta para los fotógrafos. Fuera de San Telmo hace frío. Unos ocho grados a la intemperie. En el interior, calefacción máxima. Tras presidir la toma de posesión de su 11 inicial –Marín, Bendodo, Del Pozo, Velasco, García Valera, Imbroda, Aguirre, Blanco, Crespo, Ruiz y Carazo–, Juanma Moreno señaló, haciendo referencia también al consejero de Educación y ex seleccionador nacional: «La pelota echa a andar».
Por entonces, el socio de investidura de Moreno, Vox, ya había enviado un comunicado con su reclamación de inmediata expulsión de 52.000 inmigrantes irregulares. A un WhatsApp de Vox le sucede una catarata de titulares. Tanto el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, como el hombre fuerte del Ejecutivo de Moreno, el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, con prudencia el primero y habilidad el segundo, echaron balones fuera. «No me corresponde» hablar de inmigración, señaló el médico rural. «Llevo 14 minutos en el cargo –dijo Bendodo tras comprobarlo en su Garmin de corredor de fondo– y mi primera llamada ha sido a Totalán para conocer cómo va el rescate de Julen». «Todo por su orden vamos a ir abordándolo, tenemos una hoja de ruta marcada y transparente, conocida por todos, firmada con luz y taquígrafos, con 21 medidas para los cien primeros días y 90 medidas en la hoja ruta del gobierno del cambio con Ciudadanos y un documento de investidura entre PP y Vox que también vamos a cumplir a rajatabla», garantizó Bendodo.
Vox pide foco, así en las bodas como en los entierros. A su entrada al Salón de los Espejos, la secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, la máxima autoridad socialista presente en la sala junto a Jiménez Barrios, saludó a todos los portavoces parlamentarios y miembros de la Mesa de la Cámara. Al juez Serrano, portavoz de Vox en las Cinco Llagas, lo miró a la cara –en el neocórtex, tras la oreja derecha, está la zona del cerebro implicada en la interpretación de los pensamientos internos de otras personas– y se dio la vuelta. «Fingimos lo que somos; seamos lo que fingimos», escribió Calderón. Como decía Camba, «todo hombre que muere por una idea es un apóstol». El partido de Abascal tiene doce diputados en la Cámara como doce discípulos. Serrano recordó que el acuerdo de investidura de PP y Vox incluye una defensa expresa de la Semana Santa, después de trascender un artículo pretérito de la titular de Igualdad, Rocío Ruiz, de Cs, en el que califica la celebración como «desfiles de vanidad y rancio populismo cultural». Tal fue el revuelo que se vio obligada a pedir perdón por una tribuna de hace cinco años. «No representa ni lo que pienso ni lo que defenderé como consejera». Ruiz, precisamente, fue una de las consejeras, al igual que el popular Jesús Aguirre, que al tomar posesión del cargo juró o prometió no desvelar las deliberaciones del «Consejo de Ministros», lo que provocó la sonrisa, primero, y la risa, después, en el Salón. Moreno estuvo rápido en su intervención y señaló que «todo se andará», que España «es una gran nación» pero toca trabajar por Andalucía. Marín juró el cargo dos veces, a las
11:17 como vicepresidente y a las 11:19 como consejero de Turismo, Regeneración Democrática, Administración Local y Justicia. Marta Bosquet se emocionó más que él. En ese intervalo de 120 segundos Juan Marín se convirtió en el cargo de Cs con más poder de España, como vicepresidente de un Gobierno con un presupuesto de más de 34.000 millones. Tras tomar posesión, la consejera de Empleo, con el tesón de los hermanos Wright, apuntó que «esta misma tarde» empezaba a trabajar «contra la precariedad laboral» porque «habrá muchos padres de familia viéndonos ahora y que no llegan a fin de mes».
Entre los asistentes, los alcaldes de Almería y Málaga –al que el Gobierno le da «buenas vibraciones»–; el negociador de Cs, Villegas, y Loles López, flamante portavoz parlamentaria del PP-A, que entró en la sala a las 10:49; Rafa Carmona, otrora consejero en el Gobierno que no fue de Arenas; o el propio presidente de honor del partido y Gabriel Amat, a los que citó expresamente Moreno en su intervención. El presidente también subrayó la necesidad de «una nueva forma de hacer política», «un nuevo estilo» al fin de «prestigiar la vida pública». Desde «la sensatez» y «con la máxima honestidad», prometió que «no van a defraudar». Einstein advirtió sin referencia física alguna que la gravedad no era una fuerza, como sostenía Newton, sino una deformación del espacio, lo que puede remitir a los más de 36 años del PSOE en la Junta. El PP y Cs –los que llegan– ya venden la especie de que son indivisibles como un número primo. El PSOE –los que se van– se aferra a sus desvelos en San Telmo, entre Calderón de la Barca –«La vida es sueño»–, y el título de la obra de Milena Busquets: «También esto pasará».
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