Galicia
Fin de fiesta de súper lujo en la boda de Marta Ortega
La celebración de 48 horas de la heredera de Inditex y Carlos Torretta culminó ayer con un evento de gala en el centro hípico de Arteixo
La celebración de 48 horas de la heredera de Inditex y Carlos Torretta culminó ayer con un evento de gala en el centro hípico de Arteixo.
Han sido 48 horas de fiesta. El viernes fue una jornada más familiar con la firma protocolaria ante notario en la enorme mansión de Amancio Ortega en La Coruña –3.000 metros cuadrados– y una fiesta con 400 invitados en el Club Náutico. Ayer, otra celebración, de alto copete, ellos de esmoquin y ellas de largo, en el centro de hípica Casas Novas, en Arteixo, ponía el broche final a dos días en los que grandes nombres y fortunas se han dado cita en Galicia para acompañar a Marta Ortega y Carlos Torretta en el «sí quiero» más esperado del año. Casi una boda real.
A sus 34 años, Marta Ortega ha reunido en el centro hípico, un lugar muy ligado a esta amante de los caballos y que de hecho fue levantado por su propio padre, a muchos de los amigos que ya celebraron junto a ella su cumpleaños en enero en Londres. Al filo de las 20:00 horas, la pareja, ya convertidos en marido y mujer, llegaban al lugar de encuentro. Los invitados fueron apareciendo poco a poco en autobuses de lujo o en coches particulares. A su salida del Hotel Finisterre eran despedidos con champán y por una ola de curiosos que desde horas antes ya estaban al tanto de lo que sucedía a las puertas. Las horas previas habían convertido al Finisterre en un enorme salón de belleza, con hasta 30 peluqueros para los asistentes a la fiesta.
Amancio Ortega, de corbata
Athina Onassis (una de las primeras en llegar a la cita), Isabelle Junot, Jon Kortajarena, Rosauro Varo y Amaia Salamanca, Eugenia Silva y Alfonso de Borbón, Alberto Núñez Feijoo y Eva Cárdenas, Rafael Medina y Laura Vecino... Así hasta 400 amigos y familiares recibidos por la pareja y los padres: Amancio Ortega, de corbata, y Flora Pérez; y el diseñador Roberto Torretta y Carmen Echavarría.
Marta Ortega, que el día anterior dejó a todo el mundo boquiabiertos con el impresionante Valentino diseñado por Pierpaolo Piccioli, lució ayer un vestido plateado y un semirecogido en el pelo. A su lado, siempre, Carlos, elegante de esmoquin y con su habitual recogido engominado. La empresa de eventos Pro Firts se encargó de aderezar el centro hípico con una plataforma elevada para evitar que los invitados pisasen la arena. De la decoración floral, muy presente, se encargó la firma francesa Thierry Boutemy.
Antes del evento de la noche, muchos de los invitados se dejaron ver por las calles y los restaurantes de A Coruña, ya sea por la mañana como por la tarde, haciéndose «selfies» que bulleron en las redes sociales. Los mariscos de la región fueron tan celebrados como la felicidad de la pareja. Pasará mucho tiempo antes de que los vecinos de A Coruña, una ciudad tan discreta como su ciudadano más rico y famoso, Amancio Ortega, olvide estas 48 horas de jets privados en su pequeño aeropuerto, rostros conocidos y millonarios en sus calles y un Hotel Finisterre a reventar de famosos de medio mundo.
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