Rusia
Yanukovich cede y acepta derogar las leyes antiprotestas
El presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, acordó con los líderes de la oposición la derogación de las polémicas leyes que provocaron el estallido de los violentos desórdenes en Kiev.
Aunque los disturbios y manifestaciones continúan en la mayor parte de Ucrania, ayer su intensidad se redujo notablemente. Quizás por ser un día laborable, pero principalmente por el primer acuerdo que han alcanzado el Gobierno y la oposición para salvar al país del abismo. Ambas partes pactaron la derogación de las polémicas leyes antiprotestas que provocaron el estallido de los violentos desórdenes en Kiev. «Se tomó la decisión política de revocar las leyes adoptadas el 16 de enero que generaron numerosas discusiones. Pero aquellas leyes que no hayan despertado críticas serán adoptadas de nuevo por el Parlamento», explicó Yelena Lukash, la ministra de Justicia, en un comunicado. Esas leyes serán redactadas de nuevo y conjuntamente por las autoridades y la oposición con el fin de que respondan a los estándares europeos. Lukash también explicó que el Gobierno está dispuesto a firmar una ley de amnistía de la que se beneficiarían todos los detenidos en las manifestaciones, pero sólo entrará en vigor si los manifestantes desalojan los edificios públicos.
Esta reunión anticipa la sesión extraordinaria de la Rada Suprema (Parlamento) prevista para hoy, en la que tanto Gobierno como oposición tienen puestas muchas esperanzas. Confían en que, de una forma o de otra, sirva para desbloquear la situación y atisbar una salida a dos meses de crisis. Pese al desencuentro palpable, el presidente confía en llegar a algún tipo de consenso en el Parlamento, al menos con dos de los tres principales partidos opositores, dado que el ultranacionalista Svoboda se cierra en banda al diálogo y aboga por la lucha en la calle hasta las últimas consecuencias.
Para llegar a un acuerdo, con el que, de paso, tensar el fino cordón que une a los políticos de la oposición con la voluntad de la calle, Yanukovich ofrece también la entrada de sus rivales en el Ejecutivo. Pero en principio la oposición mantiene su envite y exige la convocatoria de elecciones anticipadas, tanto parlamentarias como presidenciales, un escenario no descartable dada la magnitud de la crisis, lo que dejaría a Yanukovich con los días contados al frente del país.
En el terreno diplomático, Kiev también tiene la vista puesta en la cumbre entre Rusia y la Unión Europea. Aunque Rusia, principal aliado de Yanukovich, ha mantenido en general un perfil bajo durante la crisis de su vecino, el portavoz del presidente Putin lamentó la semana pasada «la intolerable injerencia extranjera en los asuntos internos de Ucrania».
Mientras políticos y diplomáticos se batían en los despachos, en las calles del centro de Kiev se vivió la novena jornada de enfrentamientos entre manifestantes y policías. Tras este tiempo los bandos conocen ya las técnicas y tácticas del enemigo, de forma que resulta complicado obtener avances significativos. Como resultado de días de trabajo con disciplina marcial, los opositores han levantado más de una decena de barricadas en el centro de la ciudad para asegurar sus posiciones de las cargas de los antidisturbios.
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