Cumbre de la UE

Los Veintisiete apoyan el rearme europeo propuesto por Von der Leyen

La UE sortea el veto de Orban sobre la ayuda militar y económica a Ucrania

BRUSSELS (Belgium), 06/03/2025.- (L-R) EU Council President Antonio Costa, Ukraine's President Volodymyr Zelensky and European Commission President Ursula von der Leyen arrive for an European Council meeting in Brussels, Belgium, 06 March 2025. The EU leaders are convening for a special summit to discuss ongoing support for Ukraine and enhance European defence. (Bélgica, Ucrania, Bruselas) EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON
Antonio Costa y Ursula von der Leyen conversan con Volodimir Zelenski antes del Consejo Europeo en BruselasCHRISTOPHE PETIT TESSONAgencia EFE

Los líderes europeos se han reunido este jueves en la capital comunitaria en una cumbre que puede suponer un nuevo impulso para que la UE entre en una nueva era de rearme, en la que el manto protector de Estados Unidos no puede ya darse por garantizado. “Este es un momento existencial para Europa”, ha proclamado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. En el texto de conclusiones aprobado, los Veintisiete se comprometen a una Europa “más soberana, más responsable de su propia defensa y mejor equipada para actuar y lidiar de manera autónoma con los retos inmediatos y futuros con un enfoque de 360 grados”.

Los consensos vigentes desde la II Guerra Mundial parecen haberse hecho añicos en tan solo un mes de mandato de Donald Trump y el club comunitario se adentra en un terreno desconocido. “Europa ha perdido mucho tiempo, pero todo puede cambiar hoy”, ha asegurado el primer ministro polaco, Donald Tusk, quien también se ha mostrado confiado en que la UE puede ganar la carrera armamentística si reacciona a tiempo y con contundencia. “Estoy convencido de que Rusia perderá esta carrera, del mismo modo que la Unión Soviética perdió una carrera armamentística similar hace 40 años. Y este es también el único método para evitar un conflicto a mayor escala”, ha asegurado.

Los jefes de Estado y de Gobierno han debatido por primera vez el plan esbozado por Von der Leyen este pasado martes y que pretende movilizar 800.000 millones de euros en los próximos años. Parece haber consenso en que esta propuesta va en la dirección correcta, pero aún muchos interrogantes. Entre ellos, el papel de la industria europea y si será posible que la financiación no sea tan solo a través de créditos reembolsables sino también con garantías a fondo perdido, como el paquete Next Generation EU para hacer frente a los estragos económicos de la pandemia.

Dentro del paquete de Von der Leyen, la propuesta más novedosa establece un nuevo instrumento de 150.0000 millones de euros en créditos blandos reembolsables para que los Estados europeos los gasten de manera conjunta en capacidades paneuropeas como misiles, munición, la defensa antiaérea, drones y otras necesidades como la ciberseguridad o la movilidad. Esto permitirá a los países europeos comprar de manera conjunta, evitando duplicidades, e incrementar su apoyo a Ucrania. Algunos países como Polonia quieren subvenciones a fondo perdido y la máxima representante de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas, ha asegurado que “todas las opciones están sobre la mesa”.

Pero el plan Von der Leyen prioriza, sobre todo, el gasto nacional. Bruselas permitirá a los Estados miembros acogerse a una cláusula nacional de escape dentro del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que les autorizará a saltarse los límites de las reglas fiscales europeas si invierten en Defensa. Esto significa que los países europeos no se enfrentarán a sanciones, aunque los mercados financieros podrán penalizarles con mayores tipos de interés al intentar colocar su deuda. Esta cláusula será limitada y tendrá como tope el aumento del 1,5% del PIB durante los próximos cuatro años. Según los cálculos del Ejecutivo comunitario, si todos los países europeos de media recurren a esta posibilidad, se podría crean un espacio fiscal de hasta 650.000 millones de euros durante este periodo. España ha defendido que esta posible activación de las cláusulas de escape de las normas fiscales sea coordinada entre todos los Estados para no penalizar a países en concreto de cara a la financiación en los mercados.

España se opone a financiar el rearme con los fondos de cohesión que aún recibe nuestro país. "La cláusula de escape la vamos a utilizar todos los Gobiernos, no fondos de cohesión [redirigirlos a defensa]", explicó Pedro Sánchez en una rueda de prensa tras concluir el Consejo Europeo.

Contra todo pronóstico, la tradicionalmente austera Alemania no solo saluda esta propuesta y quiere ir más allá ampliando este periodo de computo. Aunque Berlín y La Haya han sido las dos capitales que durante estos meses se han negado a un nuevo paquete de deuda conjunta europea, Alemania ha dado un giro radical tras la victoria en las elecciones de Friedrich Merz, quien está dispuesto a impulsar un plan masivo de rearme y obra pública en su país.

Esto también desconcierta a otros países con finanzas menos solidas, entre ellos España, que temen que un endeudamiento de Alemania afecte a toda la zona euro en su conjunto y aumente el coste de financiación.

Además, los Veintisiete han invitado al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski tras la humillación sufrida por parte de Donald Trump la semana pasada en la Casa Blanca. “Hemos apoyado a Ucrania desde el primer día, lo hacemos ahora y lo haremos en el futuro, incluidas las eventuales negociaciones de paz, cuando se considere que ha llegado el momento adecuado para negociar”, ha asegurado el presidente del Consejo Antonio Costa. Pero a pesar de las buenas palabras, la unidad europea no es perfecta. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, amenaza con no apoyar el texto de conclusiones sobre el apoyo militar a Ucrania que debe refrendarse por unanimidad. Para que el líder húngaro no monopolizase la reunión, fuentes diplomáticas han elaborado una declaración a Veintiséis que permita que el texto salga adelante. Un enjuague diplomático que permite al club comunitario no depender del veto de Orban y restarle poder, aunque sea a costa de evidenciar grietas en el apoyo europeo.