
Unión Europea
La Unión Europea está preparando una de las regulaciones medioambientales más ambiciosas de las últimas décadas
Esta medida forma parte de una estrategia más amplia de la UE para crear una economía circular, eliminando de manera sistemática las sustancias peligrosas para la salud de los ciudadanos y el medio ambiente

La Unión Europea está a punto de poner en marcha una de sus regulaciones medioambientales más ambiciosas de las últimas décadas, con la prohibición total de las sustancias perfluoroalquilo y polifluoroalquilo (PFAS) en los productos de consumo. Estos compuestos químicos, conocidos como "químicos eternos" por su persistencia en el medio ambiente, son una creciente amenaza tanto para los ecosistemas como para la salud humana. La nueva normativa podría transformar radicalmente la producción de miles de artículos de uso cotidiano que actualmente se encuentran en los hogares europeos.
Los PFAS son un grupo de más de 9.000 compuestos químicos sintéticos utilizados en una amplia variedad de productos debido a su resistencia al calor, la grasa y muchos agentes químicos. Entre los artículos más comunes que contienen estas sustancias se encuentran sartenes, envases de papel y ropa impermeable, además de ser empleados en pinturas y adhesivos para mejorar su durabilidad y resistencia. Con la entrada en vigor de la prohibición, diversas industrias, como la textil, la eléctrica y la culinaria, se verán afectadas.
Estos "químicos eternos" son conocidos por su capacidad para no descomponerse en la naturaleza, permaneciendo en el suelo, el agua y los organismos vivos durante decenas o incluso siglos. Su persistencia representa un peligro constante para el medio ambiente, mientras que estudios han evidenciado que la exposición prolongada a estos compuestos puede generar problemas de hígado y aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer.
La creciente preocupación ha llevado a varios países miembros de la UE a unirse en apoyo de la prohibición de los PFAS. Dinamarca, Alemania, los Países Bajos, Noruega y Suecia han sido los principales defensores de esta medida, subrayando que parte de estos compuestos también se encuentran en el agua, lo que aumenta el riesgo para la salud de los ciudadanos. La Comisaria de Medio Ambiente de la UE, Jessika Roswall, explicó en un comunicado que la eliminación total de los PFAS en la economía europea "llevará tiempo y requerirá una planificación minuciosa", motivo por el cual la prohibición no entrará en vigor antes del próximo año, permitiendo a la industria desarrollar alternativas.
Aunque la eliminación de los PFAS ofrecerá importantes beneficios para la salud pública, también podría generar desafíos para algunos sectores económicos estratégicos. En este contexto, la Unión Europea se enfrenta al reto de encontrar un equilibrio entre la protección del medio ambiente, la salud pública y la competitividad industrial. La Dra. Maria Kowalska, experta en política química europea, destacó la importancia de "garantizar la competitividad de la industria europea" mientras se protegen los intereses medioambientales y de salud.
Esta medida forma parte de una estrategia más amplia de la UE para crear una economía circular, eliminando de manera sistemática las sustancias peligrosas para la salud de los ciudadanos y el medio ambiente.
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