Bruselas

El alcalde de Bruselas denunció al terrorista detenido por reclutar yihadistas entre refugiados

El regidor interpuso una queja en septiembre contra Faycal Cheffoue por proselitismo en el parque Maximiliano, pero la Justicia no actuó. Suspendida la marcha por las víctimas a petición de las autoridades

Faycal Cheffou ha sido acusado por la Fiscalía del atentado en Bruselas
Faycal Cheffou ha sido acusado por la Fiscalía del atentado en Bruselaslarazon

El regidor interpuso una queja en septiembre contra Faycal Cheffoue por proselitismo en el parque Maximiliano, pero la Justicia no actuó. Suspendida la marcha por las víctimas a petición de las autoridades

Bélgica sigue desenredando la madeja de la célula terrorista responsable de los ataques de Bruselas y de París, envuelta en una crisis política sin precedentes. Los ciudadanos belgas asisten atónitos al cruce de acusaciones entre los diferentes organismos de seguridad belgas y los diversos estamentos políticos que se echan la culpa unos a otros de la diabólica cadena de errores que han desembocado en 31 muertos y 200 heridos,el mayor ataque jamás sufrido por el país.

Se van resolviendo algunos interrogantes. El periódico «Le Soir» identificó ayer a Faycal Cheffou como el ya tristemente célebre «hombre del sombrero», uno de los tres atacantes en el aeropuerto de Zaventem. Según el rotativo belga, el testimonio del taxista que llevó a los tres yihadistas al aeropuerto desde el piso franco de Schaerbeek habría posibilitado la confirmación.

Al cierre de esta edición, la Fiscalía belga no había confirmado su identidad, pero sí le había acusado de los cargos de jefe en actividades de un grupo terrorista, tentativa y comisión de atentados terroristas. Se trata de un periodista «freelance». Habría ejercido durante los últimos meses de reclutador para la yihad en el parque Maximiliano de Bruselas, en el que se hacinan los refugiados, en el centro financiero de la ciudad. En otro ejemplo de ineficacia, el alcalde de la ciudad, Yvan Mayeur, denunció la situación ante la Justicia en septiembre, pero ésta no tomó cartas en el asunto. Al final, fue el propio Mayeur el que interpuso una orden administrativa para que este presunto terrorista no pudiera seguir presentándose en este parque.

Por su parte, los convocantes de la Marcha Contra el Miedo anunciaron un aplazamiento sin fecha de la manifestación de hoy en recuerdo de las víctimas en respuesta a las peticiones de las autoridades. El ministro del Interior belga, Jan Jambon, y el alcalde de Bruselas habían pedido el aplazamiento durante «unas semanas» para dar prioridad a la investigación y por motivos de seguridad. «Dado que la prioridad actual de la Policía es la investigación, pedimos que no haya manifestaciones mañana», hicieron saber en una rueda de prensa en el Ministerio del Interior.

Ayer estalló otro conficto de ompetencias entre las diferentes instituciones belgas. Según el Gobierno de la región de Bruselas, las autoridades decidieron la evacuación del metro veinte minutos antes del ataque en la estación de Maelbeek, una vez conocida la envergadura de los matanza en el aeropuerto de Zaventem. Uno de los interrogantes era por qué no se había actuado de manera preventiva cuando entre uno y otro hecho transcurrieron 73 minutos. Ayer, la compañía de transportes belgas, Stib, negó haber recibido ningún aviso por parte del Gobierno federal y el ministro del Interior, Jan Jambon, se comprometió a investigar lo sucedido. Otro ejemplo más de la descoordinación política del país.

Los ataques también se sucedieron ayer entre la Policía y el Gobierno. El viernes, los ministros del Interior y Justicia, Jan Jambon y Koen Geens, respectivamente, comparecieron en el Parlamento en Comisión de Investigación para aclarar las acusaciones de Recep Tayyip Erdogan. El mandatario turco denunció que su país había devuelto dos veces a los Países Bajos a uno de los hermanos inmolados en Zaventem, Ibrahim el Bakraoui. «Sólo he podido concluir que alguien ha sido negligente, no ha sido suficientemente proactivo con un dosier con vínculos terroristas».

El presidente del sindicato mayoritario de la Policía, Vicent Gilles, en una entrevista al periódico «Le Soir», dice sentirse «profundamente herido» por lo que considera un «linchamiento público a un funcionario que no se puede defender», define al ministro del Interior como «el mayor de los cobardes» y culpa a este Gobierno federal y al anterior de haber reducido el presupuesto y los agentes. A partir de los atentados de París, el Ejecutivo se comprometió a contratar 1.400 policías suplementarios cada año. Para Gilles, estas promesas llegan demasiado tarde porque un nuevo agente necesita un mínimo de tres años para ser completamente eficaz.