
Estados Unidos
Trump pide el control sobre las plantas nucleares de Ucrania mientras Rusia ataca al país
La propuesta sorprendió al gobierno ucraniano, que sigue trabajando con Washington el acuerdo de explotación de las tierras raras

Los Estados Unidos buscan obtener el control de las plantas nucleares de Ucrania en un giro inesperado de las discusiones sobre un acuerdo de cooperación económica con el país invadido, que ya abarca más que sus metales raros, petróleo y gas.
"La propiedad estadounidense de esas plantas sería la mejor protección para esa infraestructura y un apoyo clave para la energía ucraniana", le dijo Donald Trump a Volodimir Zelenski durante su conversación el martes, según un comunicado emitido por Marco Rubio, el Secretario de Estado de EE.UU.
Según informes en los medios estadounidenses, la propuesta sorprendió al liderazgo ucraniano. Este sigue trabajando con EE.UU. para concluir el acuerdo previamente pactado sobre metales raros, que aún no ha sido firmado.
De acuerdo con RBC-Ukraine, un medio ucraniano, EE.UU. ha sugerido que Ucrania considere transferir la planta nuclear de Zaporiyia bajo el control de Washington como parte de las negociaciones con Rusia para poner fin a la guerra. Rusia, al parecer, no está dispuesta a devolver la mayor planta nuclear de Europa a Ucrania. Washington cree que estaría más abierta a entregársela a EE.UU.
La estación de Zaporiyia es propiedad estatal, y Ucrania no tiene intención de cederla a nadie, reaccionó Volodimir Zelenski ante los periodistas. Sin embargo, señaló que EE.UU. podría invertir en su restauración y modernización. Zelenski estima que tomaría al menos dos años reiniciar la estación una vez que regrese al control ucraniano. "Este tema está abierto, podemos hablar de ello, pero no discutimos la cuestión de la propiedad con el presidente Trump", enfatizó el presidente.
Dotada de seis reactores y una potencia total de 6000 MW, quinta parte de generación de la energía pre invasión, la planta fue capturada por Rusia hace más de tres años. Ocurrió en los primeros días de la invasión, tras romper las defensas ucranianas desde Crimea. Desde entonces, Rusia la ha usado como base militar y herramienta de chantaje cada vez que Ucrania ganaba terreno en el campo de batalla.
La mayoría de su personal son ucranianos. La estación no genera electricidad desde hace más de dos años debido a los riesgos de los combates cercanos. Los ingenieros trabajan bajo enorme presión psicológica, con sus hijos trasladados desde la cercana ciudad de Energodar, su hogar, a Rusia, informó Zelenski esta semana.
EE.UU. aún debe convencer a Rusia para que ceda el control de la estación, según escribe el experto en energía Volodimir Omelchenko para el Centro Razumkov en Kyiv. Cree que para Ucrania, el plan es más beneficioso que dejar una instalación nuclear en manos de “terroristas rusos”. De lo contrario, Rusia podría destruirla si se ve forzada a retirarse, advierten los expertos.
El Presidente Zelenski también aclaró que la conversación no tocó otras plantas nucleares ucranianas. Todos sus 15 reactores son estatales, no de empresas privadas, y son vitales para la seguridad energética del país, subrayó.
La propuesta parece una improvisación pura de EE.UU., dijo una fuente en Kyiv a los medios locales. Este tema aún no se ha tratado en contactos directos entre los países, destacó.
Según expertos en energía, EE.UU. podría querer arrebatarle el control a Rusia por el riesgo de que las tecnologías de su empresa nuclear estadounidense Westinghouse sean explotadas por Moscú.
Por ahora, Ucrania siente una presión creciente de Washington, que busca acceder a sus recursos sin ofrecer garantías claras de seguridad al país invadido. Kyiv está listo para firmar el acuerdo previo, pero EE.UU. exige más ahora, afirmó un funcionario ucraniano al Financial Times.
Mientras tanto, Rusia no muestra señales de buscar la paz, pese a afirmar que Vladímir Putin ordenó detener los ataques a la infraestructura energética ucraniana en un posible alto el fuego parcial. Sus misiles, drones y bombas han seguido golpeando ciudades ucranianas en los últimos días.
La ciudad costera de Odesa sufrió anoche el impacto de al menos 27 drones, causando varios incendios grandes. Según testigos y funcionarios ucranianos, Rusia usó una nueva táctica: atacó con grupos de drones desde una mayor altura y al mismo tiempo para evadir las defensas aéreas locales.
Esto hizo que los drones fueran muy imprecisos, pero a Rusia no le importa, según Oleksandr Kovalenko, analista militar de Odesa, quien destacó que su objetivo es intimidar y aterrorizar a los civiles
“Fue un horror. Es un milagro que nadie haya muerto, ya que los drones cayeron en una zona densamente poblada cerca de mi casa”, dijo Anastasia Dolnik, una economista de 29 años, a La Razón, después de que el ataque dejara a tres niños heridos.
Está claro que Trump no tiene un plan real para frenar a Rusia y detener su agresión contra Ucrania, afirmó Tetiana Marina a La Razón, una refugiada de la cercana ciudad de Jersón, donde los drones rusos continúan su “safari humano” cruel en contra de los civiles.
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