
Guerra
Starmer convoca hoy una cumbre europea telemática para detallar la misión de paz en Ucrania
El objetivo es ultimar la operación para el despliegue de tropas en misión de paz para que, si finalmente se alcanza un alto el fuego

El premier Keir Starmer asume este sábado de nuevo el liderazgo en Europa para garantizar que Ucrania tenga una paz “justa, fuerte y duradera”. El inquilino de Downing Street actuará de anfitrión en una cumbre virtual en la que participarán los principales líderes europeos para valorar la situación de un conflicto en la que no sólo está en juego el futuro de Kiev, sino la del todo Viejo Continente. El objetivo es ultimar la operación para el despliegue de tropas en misión de paz para que, si finalmente se alcanza un alto el fuego, se ayude a proporcionar una disuasión eficaz ante Rusia.
Starmer considera que, de haber acuerdo, las posibilidades de que el presidente ruso Vladimir Putin cumpla con lo pactado son escasas o nulas. De ahí que esté dispuesto a poner “botas británicas sobre el terreno y aviones en el aire”. Junto con Francia, quiere desplegar tropas aliadas. Más países europeos han prometido sumarse a la misión. Aunque, de momento, no han trascendido nombres.
En definitiva, Starmer ha conseguido que el Reino Unido, marginada tras el Brexit, vuelva a ser un actor clave en el tablero geopolítico. La videollamada a gran escala que celebrará este sábado pretende ser una continuación de la cita de principios de mes en Lancaster House, en la que también actuó de anfitrión, y donde los mandatarios marcaron un cambio de tono asumiendo que Europa, a partir de ahora, tiene que valerse por sí misma en materia de Defensa.
El regreso de Donald Trump ha sacudido por completo el caleidoscopio de la política internacional. Y Starmer se postula ahora como puente entre Europa y Estados Unidos. El británico ha sido clave para que Trump y Vladimir Zelensky limen asperezas tras su tenso encuentro en la Casa Blanca y lograran cerrar esta semana la propuesta de alto el fuego inmediato de 30 días que se ha presentado a Moscú.
De momento, Rusia aún no se ha comprometido abiertamente con la petición. Putin dice estar de acuerdo "con la propuesta de cese de hostilidades", pero añade que esta "debe eliminar las causas subyacentes de esta crisis". No ha detallado sus condiciones, pero siempre ha querido que el país vecino sea un estado vasallo y quede fuera de la OTAN.
Al cierre de esta edición, Trump aseguró que las conversaciones entre su Gobierno y el presidente ruso habían sido "muy buenas y productivas", y expresó su optimismo sobre el fin de la guerra. Aunque Moscú todavía juega al despiste.
El premier británico declaró esta semana que no le “sorprende del todo que Rusia adopte esta postura». «Lo han dejado muy claro. Lo han puesto de manifiesto en repetidas ocasiones», matizó en una entrevista con News Agents. «Rusia es el agresor», declaró. «Y sabemos que Putin tiene ambiciones apenas disimuladas. Así que no me sorprende que hayamos llegado a este punto. Lo que tenemos que hacer ahora es trabajar con nuestros aliados, con Estados Unidos y con Ucrania», añadió.
En este sentido, declaró que su reunión del sábado con los líderes de la Commonwealth y de la Unión Europea tenía como objetivo "ver qué avances adicionales podemos lograr" para asegurar una "paz duradera y segura con la soberanía y la seguridad de Ucrania". "Tiene que ser una paz que defienda el acuerdo, porque ya hemos tenido acuerdos anteriores y no se han mantenido porque Rusia simplemente infringe los límites", matizó.
La cuestión es que para desplegar una “fuerza de paz” en Ucrania liderada por Europa, primero debe haber un alto el fuego. Rusia ya ha dicho que se opone a que los países miembros de la OTAN proporcionen fuerzas de paz, pero si bien no puede ejercer un veto sobre territorio que no controla, su oposición dejaría a las tropas europeas en el país en una posición de riesgo, si no tiene el respaldo de Washington.
La realidad evidente es que, mientras Trump sea presidente, el pacto que subrayó la seguridad europea durante décadas ha desaparecido. Europa había podido priorizar el desarrollo económico, mientras que Estados Unidos extendió un paraguas de seguridad cada vez mayor que se extendía a casi todo el continente. Ahora, el compromiso de Trump con la OTAN es incierto, sin entender que, largo plazo, el servilismo a Putin puede tener consecuencias nefastas también para los Estados Unidos.
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