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Ataque masivo
Rusia ataca con una lluvia de 90 misiles y 60 drones las principales centrales eléctricas de Ucrania
El mayor ataque ruso de este tipo alcanza, entre otras, la mayor central hidroeléctrica de Zaporiyia y obliga a tres países a proporcionar electricidad a Ucrania
Rusia lanzó en la noche del viernes casi 90 misiles y más de 60 drones suicidas en uno de los mayores ataques contra la infraestructura energética de Ucrania. Se escucharon explosiones en todo el país mientras las defensas aéreas sobrecargadas intentaban proteger la infraestructura crítica y a los residentes de las zonas densamente pobladas. Aunque el Ejército ucraniano logró interceptar la mayoría de los drones, sólo 37 misiles fueron derribados. Otros, incluidos 22 misiles S-300/400, 12 Iskander-M y 7 Kinzhal causaron daños masivos en áreas desde la región de Leópolis, cerca de la frontera del país con Polonia, hasta su segunda ciudad más grande, Jarkiv, en el este.
Al menos cinco personas murieron, tres siguen desaparecidas y decenas resultaron heridas. La madre de una gimnasta ucraniana murió en el ataque contra una instalación industrial en la ciudad sureña de Mykolaiv. Se espera que su hija, Svitlana, compita en un torneo de gimnasia en trampolín en Alemania el sábado contra tres atletas rusos que, según Ucrania, apoyan directamente la invasión. Tres personas murieron en Zaporiyia, donde un misil ruso destruyó todo un distrito de viviendas particulares. «Traté de sacarlos con mis propias manos de los escombros pero no los encontré», reveló una mujer, que perdió a su hijo de 35 años y a su nieta de 8 años en el ataque.
Ocho misiles también impactaron contra la presa gigantesca de Dnipro, uno de los símbolos de la ciudad. Provocaron un incendio y daños importantes a las dos centrales hidroeléctricas allí ubicadas. También mataron al conductor de un trolebús que circulaba por la carretera situada encima de la presa. La estructura de la presa en sí sigue siendo sólida, aunque su bombardeo reavivó los recuerdos de la desastrosa destrucción de la presa de Kajovka el verano pasado, que provocó decenas de muertes y daños masivos al medio ambiente y la agricultura.
La situación más difícil en estos momentos se da en Jarkiv, donde el ejército ruso intentó destruir las principales instalaciones energéticas que abastecen a la ciudad, alcanzandolas al menos 15 veces. Según la administración regional, alrededor de 700.000 consumidores se encontraban sin electricidad el viernes. Lo importante es que el sistema energético no se haya desintegrado, informó sin embargo el primer ministro de Ucrania, Denis Shmigal, prometiendo que todos los consumidores tendrían electricidad en sus hogares en un plazo de 24 horas. «Gracias a la protección adicional de nuestras instalaciones eléctricas hemos resistido los ataques», aseguró.
La única línea de suministro a la central eléctrica ocupada de Zaporiyia también sufrió en el ataque, pero fue restaurada horas después. La central nuclear más grande de Europa permanece en manos rusas desde hace más de dos años, y su estabilidad se ve afectada por los continuos bombardeos, la presencia de soldados rusos armados y la presión sobre el personal ucraniano. «El mundo ve los objetivos de los terroristas rusos muy claramente: centrales eléctricas y líneas de suministro de energía, una presa hidroeléctrica, edificios residenciales e incluso un trolebús. Rusia está en guerra contra la vida cotidiana de la gente», reaccionó Volodimir Zelenski ante uno de los mayores ataques contra las infraestructuras de Ucrania.
«No hay tales retrasos para los misiles rusos, como en los paquetes de ayuda a nuestro Estado. Los drones iraníes Shahed no muestran tal indecisión, como algunos políticos», subrayó el presidente ucraniano en referencia a la alarmante falta de urgencia en la prestación de ayuda militar por parte de los socios del país, especialmente de EE.UU., donde Ucrania se convirtió en rehén de la política interna. Zelenski instó a los países socios a entregar defensas aéreas modernas a Ucrania y subrayó el enorme costo de los retrasos.
Mientras tanto, el Financial Times informa que Estados Unidos ha pedido a Ucrania que detenga sus exitosos ataques con drones contra las refinerías de petróleo de Rusia. Alega que Estados Unidos teme que los ataques puedan provocar un aumento de los precios mundiales del petróleo, lo que afectaría a los resultados de las elecciones presidenciales de noviembre.
En el contexto de los ataques masivos rusos, este informe provocó reacciones acaloradas en el país, que considera que los ataques contra las refinerías son importantes para su defensa y potencialmente capaces de salvar vidas de muchos ucranianos al dañar la capacidad de Rusia para hacer la guerra. Algunos señalan que es inmoral que Estados Unidos intente detenerlos, dado que el aliado casi no ha brindado nueva ayuda militar vital en el último medio año.
«Estos son objetivos absolutamente legales desde el punto de vista militar. Usamos las capacidades y recursos que tenemos», afirmó el viernes la viceprimera ministra Olga Stefanishina. A su vez, el asesor de la oficina de Zelenski, Myjailo Podoliak, calificó tales informes de «falsos» y aseguró que «nadie dictará a Ucrania las condiciones para llevar a cabo esta guerra».
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