Siria
Los rebeldes sirios prosiguen su avance y preparan el asalto sobre Homs
La conquista de esta estratégica ciudad dejaría aislada la base naval de Rusia en Tartús, que pide a sus ciudadanos salir de Siria
Continúa el fulgurante avance de las fuerzas rebeldes con el objetivo cada vez más firme de llegar a la capital siria y derrocar el régimen de Bachar al Asad. Al cierre de esta edición la amalgama de milicias lideradas por el yihadista Hayat Tahrir al Sham -que tiene su origen en el Frente Al Nusra, antigua fuerza afiliada a Al Qaeda- se encontraba a las puertas mismas de la ciudad de Homs, un punto estratégico de la geografía siria en la línea entre Damasco y el feudo del régimen en el noroeste del país.
La semana de bombardeos de la aviación siria y rusa -Moscú es uno de los apoyos más sólidos de Asad, y solo con el auxilio de las fuerzas rusas la dictadura siria pudo sobrevivir a la guerra civil que ahora se reactiva- no ha logrado, por ahora, frenar el avance terrestre de las milicias opositoras, que cuentan con la aquiescencia y las simpatías ya indisimuladas de Turquía. Si el fin de semana pasado cayó la ciudad de Alepo, la segunda en importancia y centro económico del país, esta semana lo ha hecho Hama, cuarta ciudad. La cabeza visible de la ofensiva, y líder de HTS, Abú Mohammed Al Golani, aseguraba ante las cámaras de la CNN que su objetivo es el de tomar el poder en Damasco la “construcción de Siria” y el regreso de los refugiados en Turquía y Líbano, sin mención alguna a la posibilidad de implantar un nuevo califato en la zona.
El otro gran apoyo de Damasco, la República Islámica de Irán, anunció ayer el envío de misiles y drones además de militares a las fuerzas del Ejército regular sirio. Aunque menguada por la ofensiva israelí de los dos últimos meses, el régimen sirio cuenta con la participación de Hizbulá que, aunque menguada por los dos meses de ofensiva de las fuerzas israelíes en el Líbano aguarda en la franja occidental de Siria. Todos ellos, Rusia, Irán y la mayor milicia proxy de Teherán en Oriente Medio sufren hoy las consecuencias financieras y militares de su participación en distintos frentes bélicos, lo que ha sido aprovechado por una insurgencia que aguardaba su momento desde hace años desde su base en Idlib.
La eventual toma de Homs por parte de los insurgentes liderados por Hayat Tahrir al Sham puede suponer un golpe fundamental para el futuro del régimen sirio. La ciudad, a la que separan algo más de 160 kilómetros de Damasco por carretera, se sitúa en la ruta entre la capital y la región occidental y costera de Latakia, bastión de mayoría alauita -la secta en la que se apoya el régimen del Partido Baaz. La pérdida del control de Homs dejaría aislada una zona de vital importancia no solo para Siria, sino para Rusia, pues Moscú tiene en el puerto de la localidad de Tartús una estratégica base naval y aérea. Precisamente, este viernes Moscú pidió a los ciudadanos rusos que abandonen Siria lo antes posible.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG con sede en el Reino Unido y larga experiencia en el monitoreo de la situación en el país, miles de personas vienen abandonando Homs en las últimas horas. En la tarde de ayer, la misma organización aseveraba que las tropas del Ejército sirio habían comenzado a retirarse de la ciudad, un extremo que Damasco negaba poco después.
En espera de la contraofensiva del régimen y mientras los rebeldes islamistas prosiguen su avance hacia Damasco, las Fuerzas Democráticas Sirias, organización prokurda en control de aproximadamente el 25% del territorio sirio, en el noreste, aprovecharon la situación para hacerse con la ciudad de Deir Ez Zor, antiguo bastión del Daesh. El comandante de las FDS, Mazlum Abdi, se mostraba ayer abierto a abrir un proceso de diálogo con Turquía y Hayat Tahrir al Sham ante la “nueva realidad” en Siria por los avances de las distintas facciones rebeldes. Por su parte, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan afirmó ayer de manera nítida su respaldo a la ofensiva destinada al derrocamiento de Bachar al Asad. “Nuestra esperanza es que esta marcha en Siria proceda sin accidentes ni problemas”, admitió el mandatario turco, quien además recordó cómo ha intentado, sin éxito y en numerosas ocasiones, reunirse con Asad para “determinar el futuro de Siria” de manera conjunta.
Entretanto, el ejército israelí aprovecha igualmente la debilidad del régimen sirio para continuar sus bombardeos contra infraestructura utilizada por Hizbulá -con la que acordó hace diez días una tregua en Líbano que ninguna de las dos partes ha respetado desde entonces- en la frontera entre ambos países levantinos. Concretamente, los ataques israelíes han tenido como objetivo el paso de Arida, ahora fuera de servicio, y carreteras de la zona de Al Qusayr.
Por su parte, las autoridades jordanas anunciaron ayer el cierre de su frontera con Siria en razón de las condiciones de seguridad y tras detectarse cruce de fuego en la zona. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, grupos armados se hicieron en la jornada de ayer con el control de uno de los pasos entre ambos países, concretamente el situado junto a la ciudad siria de Nassib.