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Obama quiere que el Congreso apruebe poner fin al espionaje masivo de la NSA

El presidente estadounidense, Barack Obama, visita el Coliseo de Roma (Italia).
El presidente estadounidense, Barack Obama, visita el Coliseo de Roma (Italia).larazon

El presidente de EE.UU., Barack Obama, presentó ayer formalmente su plan para poner fin al espionaje masivo y acumulación de datos telefónicos por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), con el que quiere recuperar la confianza ciudadana, y pidió al Congreso que lo apruebe lo antes posible.

Los detalles de la propuesta ya fueron adelantados esta semana por la prensa estadounidense y confirmados por el propio Obama, quien explicó, en un comunicado, que su propósito es que esos datos dejen de estar en manos del Gobierno y permanezcan bajo el control de las compañías telefónicas.

«He decidido que el mejor camino a seguir es que el Gobierno no debe recoger ni almacenar esos datos de forma masiva», precisó Obama, que hoy visitó al papa Francisco en el Vaticano en el marco de una gira por Europa y Arabia Saudí.

Dentro del plan de Obama, serán las compañías telefónicas las que mantengan el control sobre esos datos y los conserven por un periodo máximo de 18 meses, como establece la legislación actual.

La NSA únicamente podrá acceder a ellos en circunstancias específicas, siempre tras haber obtenido autorización del tribunal secreto creado por la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA, en inglés) y cuando haya una sospecha razonable de que el número telefónico está conectado a un terrorista.

No obstante, altos cargos de la Casa Blanca explicaron a condición de mantener el anonimato en una conferencia telefónica que, en ciertas situaciones «de urgencia» para la seguridad nacional, el Gobierno no tendrá que pedir autorización judicial para acceder a los datos.

En un discurso en enero pasado, Obama ya anticipó que había que buscar la forma de que la NSA dejara de tener el control sobre esos registros telefónicos, pero sin mermar la utilidad que, a su juicio, tiene esa herramienta para la lucha antiterrorista.

Obama fijó entonces un plazo, que vencía este viernes, para que el Departamento de Justicia y los organismos de inteligencia le presentaran posibles reformas.

Los cambios por los que se ha decantado el Gobierno «asegurarán que tenemos la información que necesitamos para satisfacer nuestras necesidades de inteligencia, al tiempo que mejoramos la confianza ciudadana en la forma en que se recolecta y gestiona esa información», sostiene hoy Obama en el comunicado enviado por la Casa Blanca.

Además, el presidente indica que ha ordenado al Departamento de Justicia volver a autorizar el programa existente de recolección de datos de la NSA durante 90 días más para dar tiempo al Congreso a aprobar una nueva normativa con las modificaciones propuestas.

Los legisladores llevan ya varios meses debatiendo sobre posibles reformas de los programas de la NSA y se han presentado dos proyectos de ley hasta la fecha.

En octubre pasado el demócrata Patrick Leahy, presidente del Comité Judicial del Senado, y el legislador republicano Jim Sensenbrenner presentaron una medida con la que el Gobierno puede solicitar acceso a los registros telefónicos si demuestra que son relevantes para una investigación en marcha.

El pasado martes, los líderes del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes divulgaron su propio plan, en el que la NSA puede solicitar el acceso a un registro telefónico cuando haya una «sospecha razonable» de terrorismo y, con posterioridad, pedir la autorización al tribunal secreto.

El alcance y los detalles de los programas de espionaje masivo de la NSA, la mayoría puestos en marcha a raíz de los atentados contra EE.UU. del 11 de septiembre de 2001, quedaron expuestos el año pasado con las filtraciones de Edward Snowden, que trabajaba para esa agencia y que actualmente está asilado en Rusia.

Las revelaciones de Snowden sacaron a la luz que EE.UU. espió las comunicaciones personales de algunos líderes considerados «amigos» de Washington, entre ellos la canciller alemana, Angela Merkel.

En enero pasado Obama ordenó poner fin al espionaje a mandatarios de países aliados, pero aclaró, no obstante, que los servicios de inteligencia de EE.UU. seguirán recopilando información sobre los Gobiernos extranjeros para conocer sus intenciones.

En la cumbre Unión Europea-Estados Unidos celebrada ayer en Bruselas, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, aplaudió las reformas al espionaje de la NSA anunciadas por Obama y prometió que ambas partes van a dar «más pasos» para «restaurar la confianza» mutua.