Elecciones en Israel
Netanyahu apela al voto de los colonos para ganar en Israel
Israel acude hoy a las urnas. El impulso del centrista Benny Gantz pone en peligro la presumible victoria del primer ministro
Israel acude hoy a las urnas. El impulso del centrista Benny Gantz pone en peligro la presumible victoria del primer ministro.
A escasas horas para la apertura de las urnas en Israel, en lo que supondrá una repetición electoral tras el fracaso de Benjamin Netanyahu en abril de conformar coalición tras ganar los comicios, los principales contendientes –el actual primer ministro y el líder del centrista Azul y Blanco, Be-nny Gantz– se esforzaron ayer para intentar convencer a los votantes de que apuesten por las principales facciones que se disputarán la formación del Ejecutivo, tratando de evitar así la dispersión del voto a partidos minoritarios de derecha y centro izquierda.
Desde el viernes está prohibida la publicación de nuevas encuestas, y dadas las fallidas previsiones durante la campaña de 2015 y la del pasado abril, pocos se animan a emitir sus cábalas sobre el futuro vencedor. Sobre las diez de la noche de hoy se conocerán las estimaciones de las encuestas a pie de urna, pero hasta la mañana del miércoles los israelíes no tendrán claro quién es el ganador definitivo.
Aprovechando el tirón del «anuncio dramático» que lanzó la semana pasada Netanyahu, en el que prometió la anexión definitiva de los bloques de asentamientos judíos de Cisjordania y del Valle del Jordán –territorio fronterizo con Jordania capturado por Israel en 1967, y considerado «territorio palestino ocupado» por los palestinos y gran parte de la comunidad internacional– el actual «premier» trasladó la reunión semanal del Ejecutivo a un asentamiento judío en esta estratégica región, donde dio un paso más en su voluntad de anexión. «Hoy el Gobierno decidirá sobre la puesta en marcha del proceso de construcción del asentamiento de Mevuot Jerijó», aseguró Netanyahu.
Hasta la fecha, Mevuot Jerijó, como otras decenas de asentamientos aislados, eran considerados ilegales incluso por el propio Estado de Israel, ya que en la mayoría de casos fueron levantados fuera de las «tierras del Estado» ubicadas en el área C de Cisjordania –bajo administración civil y militar israelí– y muchas veces sobre tierras privadas palestinas.
Los palestinos alertan que en caso de perder esta área fértil, la viabilidad para un hipotético Estado palestino se esfumaría, ya que es de las pocas zonas de Cisjordania con amplios terrenos para el desarrollo agrícola y urbano. Como ya hizo reiteradamente en el pasado, el presidente palestino, Mahmud Abas, amenazó con cancelar los acuerdos de cooperación con Israel.
Desde la plataforma «Yamina» liderada por Ayelet Shaked –que representa al sionismo religioso y buena parte de su electorado reside en las colonias de Cisjordania– temen una fuga de votos derechistas hacia la opción «ganadora» del Likud. Por ello, exigió a Netanyahu «detener los ataques contra nuestro partido, porque ya nos comprometimos a que le recomendaríamos como primer ministro». Y sobre el anuncio de anexión, puntualizó: «Ya nos mostró las fotos lindas, pero no habló del precio a pagar. Los asentamientos serán islas aisladas en territorio palestino, únicamente conectadas por carreteras. Y Netanyahu está de acuerdo con dicho plan».
El ex comandante en jefe del Ejército Benny Gantz expresó su temor a que el primer ministro no acepte el resultado electoral: «Primero atacaron a la Policía, luego a la Fiscalía y los juzgados, al asesor letrado del Gobierno, y ahora es el turno de la comisión electoral central», dijo el opositor, quien a su vez exhortó a los votantes de los izquierdistas Frente Democrático y Avoda-Guesher a apostar por su candidatura como «única vía para implementar sus políticas».
En la recta final de la campaña, se desató la polémica cuando, con un Ejecutivo en funciones, Netanyahu intentó pasar una ley para aprobar la colocación de cámaras en centros electorales, una medida considerada como método de disuasión para «atemorizar» al electorado árabe, cuya alta participación podría suponer una de las claves para un vuelco político en el país. Avigdor Liberman, líder del partido de derecha laico Israel Beitenu –cuya negativa a entrar en la coalición de Netanyahu abocó a la repetición electoral– proclamó que si «tras las elecciones no obtiene el apoyo de 61 diputados, Netanyahu será sustituido por sus compañeros del Likud».
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