Ejecutivo
Macron confía en el centrista Bayrou para superar la parálisis política en Francia
El gran reto del nuevo primer ministro es aglutinar el apoyo de socialistas y verdes para no correr la misma suerte que Barnier
El veterano político centrista François Bayrou, presidente del partido MoDem, aliado de Macron, será el encargado de sacar a Francia de la crisis política de inestabilidad que el país arrastra desde el pasado verano. Macron ha decidido nombrar primer ministro a Bayrou, que era el nombre mejor colocado en todas las quinielas por su presunta capacidad de entendimiento con el centro derecha y los socialistas. Macron ha querido tejer un pacto de no agresión para evitar la censura del próximo gobierno y que no se repita la situación vivida con el exprimer ministro Michel Barnier, derrocado por una moción de la izquierda con el apoyo de Le Pen cuando llevaba tan sólo tres meses en el poder. El gran reto de Bayrou es aglutinar apoyos desde el centro para no correr la misma suerte. Bayrou, de 73 años, los mismos que su predecesor, Barnier, deberá ahora conformar un Ejecutivo y un programa que respete distintos equilibrios. El nuevo primer ministro tiene fama de hombre dialogante que encarna una tercera vía, una bisagra entre derecha e izquierda muy útil para un ejecutivo que deberá ampliar su base de apoyo para evitar nuevos descarrilamientos.
Tras conocerse el nombramiento, el interés estaba en la reacción de las dos formaciones políticas excluidas de las negociaciones de los últimos días en el Elíseo por el propio Macron. El Reagrupamiento Nacional de Le Pen ha anunciado que no lo censurará “a priori” según palabras de Jordan Bardella, mientras que la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon ya anuncia una moción.
La nominación del nuevo primer ministro francés ha llegado tras unas horas caóticas desde la noche del jueves. El Elíseo tenía intención de dar a conocer el nombre a la vuelta de Macron de su visita en Polonia. A partir de ese momento la cronología pareció volverse una cadena de improvisación y nervios del que conocemos una parte de los detalles. La presidencia francesa anunciaba que se posponía el anuncio hasta el viernes por la mañana. La televisión pública explicaba que durante la madrugada, a las 5 de la mañana, Macron llamaba a Bayrou para decirle que no iba a ser primer ministro. A las 8 de la mañana, el veterano político centrista acudía al Elíseo para mantener un tenso encuentro con el jefe del estado francés. Finalmente, Macron ha dado marcha atrás y con un comunicado del Elíseo anunciaba a Bayrou como nuevo primer ministro. Voces del Reagrupamiento Nacional y de la Francia Insumisa, los dos partidos excluidos de las negociaciones, denunciaban un “espectáculo lamentable”. Una situación de caos e improvisación de la que aún faltan muchos detalles por conocerse y las verdaderas razones por las que Macron ha dado marcha atrás.
Francia vive momentos de inestabilidad que se plasman en el hecho de llevar ya cuatro primeros ministros en 2024, un récord más bien propio de Italia. La falta de mayorías claras en el Parlamento desde las legislativas de julio pasado con tres bloques en la Asamblea dejó al Ejecutivo anterior en una situación de fragilidad extrema y en manos de la ultraderecha. La primera oportunidad que tuvo el partido de Marine Le Pen, la aprobación de los presupuestos, fue suficiente para liquidar a Barnier. En principio, Bayrou sí que podría contar con más apoyos que Barnier, gracias a la ruptura interna del Nuevo Frente Popular, y además mantiene buenas relaciones personales con Le Pen.
Francia deberá ahora pisar el acelerador para formar el Ejecutivo y trabajar en una nueva ley de presupuestos. De momento, el país funciona con una ley especial aprobada esta semana en el último consejo de ministros de Barnier que permite hacer frente a los asuntos corrientes y con una prórroga de las anteriores cuentas que aumentará más de lo previsto el alto déficit del país.
El episodio de la moción de censura de la semana pasada que tumbó al gobierno de Michel Barnier tan sólo tres meses después de ser nombrado es un capítulo más de una situación de inestabilidad que Francia arrastra desde el pasado mes de junio cuando Macron decidió por sorpresa adelantar los comicios legislativos como golpe de efecto tras su mal resultado en las europeas. La coalición de izquierdas bajo el nombre Nuevo Frente Popular logró imponerse en la segunda ronda tras configurarse un frente anti Le Pen pero lejos de obtener una mayoría en la cámara. Tres grandes bloques se dibujaron desde entonces (izquierda, centroderecha y ultraderecha) que hacen una configuración endiablada de la vida política en un país poco acostumbrado a la cultura del pacto. A esto hay que añadir las aspiraciones de muchas personalidades con los ojos puestos en las presidenciales de 2027 a las que Macron no puede volver a presentarse.
Bayrou, el eterno hombre bisagra de Francia
François Bayrou llega al palacio de Matignon a sus 73 años y tras una dilatada carrera en la política francesa. El presidente del partido centrista MoDem ha sido uno de los grandes aliados de Macron y se le reconoce por haber dado históricos apoyos tanto a la derecha como a la izquierda. Profesor de letras clásicas y clásico donde los haya de la política gala, Bayrou es alcalde de la localidad de Pau desde 2014, aunque sus comienzos en política datan ya de hace casi cinco décadas. El nuevo primer ministro francés empezó en política en 1979 como consejero de diversos cargos de la época. Su primer alto puesto fue el de ministro de Educación en los gobiernos del conservador Alain Juppé a principios de los años noventa. En paralelo, Bayrou fue presidiendo varias pequeñas formaciones de centro hasta la creación del MoDem (movimiento democrático) en 2007. Llega a concurrir a tres elecciones presidenciales en los 2000 consiguiendo su mejor resultado en las elecciones de 2007 cuando queda tercero con el 18% de los votos y se queda cerca de pasar a segunda vuelta. En 2017 decide no concurrir y apoyar la candidatura de Macron quien, tras llegar al poder, le nombra ministro de Justicia. Bayrou hasta entonces había dado apoyos tanto al centro derecha de Los Republicanos como al partido socialista y se consolidó como un verdadero hombre bisagra en Francia, capaz de entenderse con los dos partidos que hasta la llegada de Macron se turnaron en el poder de la V República.
El alcalde de Pau, en el pirenaico suroeste de Francia, sucede al conservador Michel Barnier, quien cayó el 4 de diciembre en una moción de censura en el Parlamento cuando intentaba aprobar los presupuestos para 2025. Una de sus primeras tareas será la de configurar unos nuevos presupuestos a principios de 2025, hasta entonces una ley especial ha sido aprobada para reconducir los de este año. Bayrou, de 73 años, los mismos que Barnier, deberá ahora conformar un Ejecutivo y un programa que respete distintos equilibrios y que permita evitar mayorías en la oposición capaces de volver a tumbar su Gobierno.
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