Macron convierte la Defensa en prioridad de su final de mandato

El presidente francés, Emmanuel Macron, quiere situarse en el

centro del tablero para la paz en Ucrania. El mandatario francés, concentrado en la escena internacional desde que perdiera la mayoría parlamentaria en las legislativas de julio pasado para evitar contagiarse por la inestabilidad interna, es uno de los pocos interlocutores que tiene capacidad diplomática y militar para reivindicar el rol de Europa en la mesa de negociaciones por el futuro de Ucrania. Francia es el único país de la Unión Europea con armamento nuclear y, por tanto, con el poder disuasorio que otorga la herramienta atómica.

El mandatario ha aceptado la aceleración de los acontecimientos para resolver la situación en Ucrania y se ha dirigido este jueves por la noche a los franceses en un mensaje televisado en el que ha compartido su perspectiva sobre la situación actual. «Espero que Estados Unidos esté de nuestro lado, pero hay que estar listos en caso contrario», empezó afirmando Macron, que calificó de «incomprensibles» las subidas de aranceles de Donald Trump advirtiendo de que «no se quedarán sin respuesta».

En la víspera de la cumbre europea extraordinaria que se celebra hoy en Bruselas, Macron quiso dejar claro que «el camino que lleva hacia la paz en Ucrania no puede pasar por su abandono». En un mensaje de escasos diez minutos, el presidente galo sentenció que «el momento exige decisiones sin precedentes» y que el aumento del gasto en Defensa va a conllevar «reformas, elecciones y valentía». Sin embargo, el mandatario francés descartó una subida de impuestos para financiar las inversiones suplementarias en Defensa.

Sobre la cuestión de si Francia estaría dispuesta a compartir su defensa nuclear como arma disuasoria con otros socios, como ya dio a entender Macron hace meses, el presidente señaló que «pase lo que pase, la decisión final estará en manos del jefe de Estado». Macron admitió que ha abierto ese debate estratégico en el seno de la Unión Europea, pero, al mismo tiempo, quiso de esta forma atajar las críticas que sobre esta idea han circulado especialmente desde las bancadas de la ultraderecha de Marine Le Pen.

La alocución de Macron por televisión fue un mensaje grabado minutos antes, ya que a la misma hora que los franceses escuchaban las palabras del mandatario galo, éste recibía en el Palacio del Elíseo a su homólogo húngaro, Viktor Orban, con el fin de acercar posturas de cara a la cumbre de líderes en Bruselas de hoy y que el húngaro, aliado de Putin dentro del bloque comunitario, no vuelva a ser la nota discordante.

Al cierre de esta edición, continuaba la reunión entre ambos mandatarios sin que la presidencia francesa hubiera hecho ningún comentario sobre el progreso del encuentro. Sin embargo, parece que parte del éxito o fracaso de la cumbre de los jefe de Estado y de Gobierno de este jueves pasa por el poder de persuasión de Macron hacia Orban para que no salten por los aires el ambicioso plan de rearme europeo y, específicamente, su objetivo a corto plazo de apoyo a Ucrania. El presidente francés se ha empeñado en su rol de intermediario tras el terremoto que generó el encontronazo del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, con Trump el

pasado viernes en la Casa Blanca. A principios de esta semana,

Macron habló con ambos dirigentes reiterando la «determinación» de Francia para «trabajar con todas las partes interesadas para instaurar una paz sólida y duradera en Ucrania», según notificó el Elíseo.

Pocas horas después, Macron saludaba la voluntad del líder ucraniano de reanudar el diálogo con el inquilino de la Casa Blanca. El mandatario galo ya deslizó en una entrevista con el diario «Le Figaro» durante el fin de semana su propuesta de una tregua de un mes en Ucrania argumentando que la ventaja de la iniciativa era poder medirla, pues «en caso de cese el fuego sería muy difícil verificar que el frente es respetado», esgrimió Macron.

La posibilidad de un despliegue de tropas europeas, en el que Francia y Reino Unido están dispuestos a participar, sería ya en una segunda fase. París y Londres quieren ciertas garantías por parte de Washington para asegurar la protección de este contingente llegado el momento si es atacado por Rusia. En cualquier caso, no se estaría hablando del corto plazo, ya que Macron sentenció claramente a inicios de semana que «no habrá tropas europeas en territorio ucraniano en las próximas semanas». La idea del presidente francés fue apuntalada el pasado lunes por su ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot. «La tregua es un requisito previo», subrayó. «Permitirá dar fe de la buena voluntad de Vladimir Putin. Es una forma de verificar que Rusia está realmente dispuesta a poner fin a esta guerra».

Macron pretende que la cumbre de hoy en Bruselas sirva para sacar conclusiones rápidamente del repliegue estadounidense e invertir de forma decidida en la defensa europea. «Desde hace tres años, los rusos destinan el 10% de su PIB a la defensa. Debemos prepararnos para la que se viene», remarcó el inquilino del Elíseo en la entrevista que dio a «Le Figaro» el pasado fin de semana, fijando un objetivo en torno al 3% o 3,5% del PIB. Una cifra muy alejada del 2%, que ya de por sí Francia ha alcanzado con dificultad, y que muchos socios como España están lejos de lograr. «Existen fondos de cohesión estructurales y programas ya financiados que no se están utilizando», deslizó en la entrevista respecto a cómo financiar el rearme europeo.