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Los actos de recuerdo a Arafat abren viejas heridas entre Hamás y Fatah

La decisión de suspender los actos de recuerdo en Gaza por el décimo aniversario de la muerte del histórico dirigente palestino, Yaser Arafat, ha disparado la rivalidad entre los movimientos Al Fatah y Hamás y amenaza el acuerdo de reconciliación alcanzado por ambos en abril. El acto, que iba a desarrollarse mañana martes, fue cancelado por el Comité Central de Al Fatah, que preside Mahmud Abás, en respuesta a una notificación del Ministerio del Interior en la Franja de que no puede garantizar la seguridad de la concentración.

La decisión seguía a una cadena de explosiones junto a vehículos y viviendas de una docena de líderes de Al Fatah en Gaza el pasado viernes, que ha despertado el fantasma de un nuevo enfrentamiento armado interpalestino.

Funcionarios de Al Fatah creen que el blanco de los atentados fue "sabotear"una conmemoración en la que se esperaba la participación de cientos de miles de gazatíes, y aseguran que pone en riesgo la ansiada reconciliación.

"Hamás nos informó de que políticamente y en términos de seguridad no podía garantizar la seguridad del mitin", se quejó ayer Zakaria el Agha, miembro del Comité Central de Al Fatah, para quien "este comportamiento tendrá ciertamente un impacto negativo en el proceso de reconciliación interno".

Los dos grandes movimientos palestinos pusieron fin a sus rivalidades con un acuerdo que en junio vio concretada su primera fase en la forma de un gobierno de transición tanto para Gaza como para Cisjordania.

Sin embargo, la guerra del último verano en la Franja durante la operación militar israelí "Margen defensivo"y la disputa acerca de quién debe pagar a los funcionarios que antes eran de Hamás, retrasan el proceso y la convocatoria de elecciones generales, como estaba previsto.

En ese sentido, el acto en memoria de Arafat, que iba a celebrarse en Gaza por primera vez desde 2007, cuando Hamás tomó la Franja por las armas, debía simbolizar una nueva era en las relaciones de ambos movimientos.

Aunque ninguna organización las ha reivindicado, dirigentes del movimiento nacionalista han acusado abiertamente a los islamistas de estar detrás de la ola de explosiones, en tanto que estos últimos responsabilizan a los primeros de buscar excusas para abandonar la Franja a su suerte frente al bloqueo de Israel.

"La decisión del Ministerio del Interior responde al temor de un mayor deterioro de la seguridad y de que las fuerzas no puedan controlar la situación en caso de que el mitin se celebre y la seguridad se deteriore", se justificó Eyad al Bozom, portavoz del Ministerio, en una nota de prensa.

Y se quejó de que el primer ministro palestino, Rami Hamdala, que iba a participar en el acto en la Franja, no se comunica con las fuerzas de seguridad y no ha pagado los sueldos a la seguridad, lo que crea "dificultades logísticas".

Para Azam al Ahmad, jefe del equipo negociador de Al Fatah en las conversaciones de reconciliación, Hamás está "provocando la tensión"de forma artificial y "poniendo obstáculos en el proceso para terminar con las divisiones internas".

"Hamás no está interesado en ninguna reconciliación y de hecho se opone a la celebración del acto multitudinario", señaló.

Uno de los máximos dirigentes del movimiento islamista, Musa abu Marzuq, rechazó las acusaciones y aseguró que sus hombres no tienen nada que ver con las explosiones contra líderes nacionalistas.

En ese sentido, al condenar la serie de ataques, pidió al primer ministro palestino que no cancele el viaje que tenía previsto realizar mañana a la Franja e hizo un llamamiento a la unidad entre las facciones.

Temiéndose un deterioro de la situación, la Liga Árabe ha intervenido para pedir que se investiguen los ataques, y expresado su extrañeza de que algunas de las explosiones se produjeran en la zona preparada para conmemorar el décimo aniversario del fallecimiento de Arafat.

Asimismo, la organización panárabe instó a que no afecten de ninguna forma los pasos que se han adoptado para alcanzar la reconciliación palestina, de la que depende también la reconstrucción de la Franja después de la ofensiva israelí del pasado verano.