Política

Elecciones generales en Tailandia

La sombra alargada del clan Shinawatra

Las injerencias de Thaksin desde el exilio

Yingluck Shinawatra, ayer, votando
Yingluck Shinawatra, ayer, votandolarazon

BANGKOK- La primera ministra en funciones de Tailandia, Yingluck Shinawatra, tiene una esperanza desde el pasado mes de noviembre, que los comicios de ayer sirvan para legitimar su poder. Esta mujer de negocios y con un claro perfil empresarial tomó el relevo de su hermano mayor Thaksin en la política cuando cuando se impuso en las elecciones generales de 2011, convirtiéndose en la primera mujer que dirigía las riendas de Tailandia.

Thaksin, en el exilio en Dubái, fue el gran ausente en las elecciones de ayer, pero su presencia se hacía sentir por todas partes. Estuvo al frente del país desde 2001 hasta 2006, año en el que fue derrocado por un golpe de Estado, el decimoctavo desde el fin de la monarquía autoritaria en 1932. Thaksin había sido un hombre querido y respetado entre los campesinos del norte, los denominados «camisas rojas» de las provincias rurales. Capitalista convencido, tuvo como prioridad mejorar el nivel de vida de sus paisanos a través de suculentos programas sociales. Sus rivales le acusaron de popular y populista, a partes iguales.

La decisión menos inteligente de Yingluck fue la de intentar aprobar una ley de amnistía en noviembre del año pasado, con el claro fin de que su hermano Thaksin, un mulitmillonario en el exilio en Dubái que tiene un fuerte poder en el círculo político más estrecho de la primera ministra, pudiese volver a Tailandia sin cumplir la pena de cárcel de dos años por delitos de corrupción.

Las protestas no se dejaron esperar y consiguieron que el Senado paralizase la ley de amnistía, por lo que Thaksin seguirá en su exilio en Oriente Medio. Este multimillonario de las telecomunicaciones tiene el gran apoyo de la mayoría de campesinos y las clases más bajas del país. Mientras, su hermana Yingluck, forzada por las protestas callejeras de Bangkok, orquestadas desde el movimiento opositor «camisas amarillas», optó por convocar elecciones anticipadas.

Desde su elección en 2011, la primera ministra en funciones ha subrayado que trabajaría duro, defendiendo el pasado político de su familia y su experiencia en la empresa privada como una buena combinación para ayudar al país a salir adelante y encaminarlo hacia el crecimiento y la prosperidad. En concreto, una de las batallas más importantes a las que se hizo frente fue a la implantación de una política de subsidios de arroz de los agricultores para aumentar los ingresos rurales y reforzar a la clase media en el campo.

«Mi padre fue un político, y así lo han sido también mis hermanos, así que sé de política desde que era una niña», dijo Yingluck, nacida en 1967 en la provincia norteña de Chiang Mai, en su primera rueda de prensa cuando muchos pusieron en duda sus credenciales políticos. Además, Yingluck cuenta con una formación universitaria en Política que cursó en EE UU y está casada con el empresario Anusorn Amornchat, con el que tiene un hijo. A los miembros de su partido, les dijo que planeaba usar sus atributos de mujer para promover la reconciliación nacional, pidiéndole a sus compañeros: «Su confianza como solían confiar en mi hermano».