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Bélgica libera al único inculpado hasta ahora de los atentados

Fayçal Cheffou, identificado como «el terrorista del sombrero» y detenido por el 22-M, queda libre por falta de pruebas. La Fiscalía minimiza la denuncia del alcalde de Bruselas sobre su labor de reclutador y reabre la búsqueda del tercer yihadista

El "hombre del sombrero"todavía no ha sido identificado
El "hombre del sombrero"todavía no ha sido identificadolarazon

Fayçal Cheffou, identificado como «el terrorista del sombrero» y detenido por el 22-M, queda libre por falta de pruebas. La Fiscalía minimiza la denuncia del alcalde de Bruselas sobre su labor de reclutador y reabre la búsqueda del tercer yihadista

Las investigaciones que intentan esclarecer los atentados del pasado 22 de marzo en Bruselas volvieron ayer a vivir uno de esos giros de guión inesperados que tanto desconcierto generan. Contra todo pronóstico, la Fiscalía anunció la liberación de Faychal Cheffou, identificado como el «hombre del sombrero» en los medios belgas, ante la falta de pruebas que pudieran inculparlo como el hombre huido del aeropuerto de Zaventem tras los atentados y que dejó sin explotar la carga más sobresaliente.

En un escueto comunicado y sin rueda de prensa, la Fiscalía informó de que «los indicios que habían conllevado la detención de Fayçal Cheffou no se han visto sustentados con la evolución de la investigación en curso» y esto había conllevado su puesta en libertad por parte del juez instructor. A pesar de que en estos días, la Fiscalía belga en ningún momento había confirmado que Cheffou fuera «el hombre del sombrero» se le imputaron los cargos de pertenencia a banda terrorista, intento y comisión de asesinatos terroristas a falta de que su ADN fuera cotejado con las huellas del taxi y del piso de Schaerbeek en el que se encontraron los explosivos que los terroristas no utilizaron. Además, la prensa belga aseguraba que el taxista encargado de desplazar a los tres atacantes al aeropuerto y clave en el esclarecimiento del caso, había reconocido a Cheffou como uno de los tripulantes que partieron desde el apartamento que servía de laboratorio de los explosivos y piso franco.

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Independientemente de que Cheffou sea o no el fugitivo más buscado, su perfil resulta, al menos inquietante. Se definía a sí mismo como periodista freelance ya que colgaba vídeos en Internet en defensa de los Derechos Humanos de los refugiados. En estas imágenes denunciaba que las organizaciones humanitarias que atienden a los demandantes de asilo en Bélgica no fueran respetuosas con los preceptos del Ramadán en los horarios de comidas. Precisamente estos colectivos elevaron una queja contra Cheffou ya que alertaron de que intentaba captar a yihadistas entre estos demandantes de asilo e inmigrantes sin papeles, hacinados desde el otoño en el parque Maximiliano de Bruselas, en pleno distrito financiero bruselense y muy cerca del centro de poder europeo. El propio alcalde de la ciudad Yvan Mayeur tomó cartas en el asunto y denunció esto ante la Justicia belga que no accedió a sus demandas. Al final el burgomaestre de Bruselas tuvo que conformarse con una orden de alejamiento, en el mes de septiembre, para que dejara de merodear por este parque. Unos intentos de proselitismo terrorista que no parecen preocupar demasiado a las autoridades belgas que han decidido su liberación.

Este nuevo capítulo deja varias preguntas en el aire. La más obvia: quién es el hombre con chaqueta clara que se cubre el rostro en las imágenes que han dado la vuelta al mundo. No es la primera vez que su identidad genera confusión. Los medios belgas en un primer momento aseguraron que se trataba de Najim Laachraoui, el considerado artificiero en los atentados de París y de Bruselas. Su ADN se encontró en, al menos, dos de los cinturones que utilizaron los kamikazes para inmolarse en París y también se cree que se comunicó por mensaje de texto telefónico con varios de los terroristas el día de los ataques. Las huellas genéticas de Laachraoui también aparecieron posteriormente en una casa alquilada en las localidades belgas de Auvelais y en un apartamento de la calle Henri Bergé en Schaerbeek, que fueron utilizados por el grupo terrorista como base logística y en la que se encontraron 15 kilos de explosivos. Fue un estudiante modélico de una escuela católica y formado en ingeniería, se radicalizó y viajó a Siria en 2013, y fue interceptado junto a Salah Abdelam en la frontera austrohúngara. Este perfil le etiquetaba dentro del núcleo logístico de la célula de París y Bruselas.

Esta hipótesis era la más plausible desde el punto de vista de la organización del comando: tenía sentido pensar que la célula no quisiera prescindir de la vida de un puesto clave como el artificiero. Desgraciadamente, la identificación de Laachraoui como uno de los terroristas inmolados suscitó más interrogantes.

¿Es el terrorista huido un nuevo enigma Salah Abdeslam, el único superviviente de la matanza de París? ¿Se arrepintió en el último momento o sigue con vida porque resulta más útil a la yihad vivo que muerto? ¿Será el auténtico cerebro y reclutador de la célula? ¿Por qué desperdiciar la carga de explosivos más letal, que acabó siendo desactivada por los artificieros? El papel de Cheffou tampoco parece claro, no se encontraron explosivos en su domicilio, algunos testigos incluso aseguran haberlo visto en la estación de Metro de Maelbeek antes de los atentados del vagón de metro y personas de su entorno conocían a Abdeslam y Laachraoui, pero no hay vínculos directos con los actores claves de la célula (al menos por ahora) y muchos jóvenes musulmanes habían trabado relación con los hermanos Abdeslam.

También existe la teoría de un quinto atacante, huido tras las explosiones de Maelbeek. Incluso estos días ha llegado a circular un retrato robot de este supuesto fugitivo cuya validez fue desmentida por el Ministerio Fiscal belga. Asimismo, fuentes terroristas francesas trabajan también con la hipótesis de un segundo fugado en los atentados del metro

Ayer, la Fiscalía también anunció la acusación formal este lunes a otros tres detenidos de participación en grupo terrorista, al tiempo que se informaba del nuevo balance de víctimas de los ataques. Según las autoridades belgas se han confirmado 35 muertos y 350 heridos, aunque no se descartaba que la cifra final de fallecidos alcance los 40. Por otra parte, se anunció que hoy se procederá a un simulacro de apertura del aeropuerto de Zaventem, para, sí todo es correcto, abrirlo mañana