Argentina
La muerte de Nisman dibuja un nuevo escenario político en año electoral
La inesperada muerte del fiscal Alberto Nisman es uno de los acontecimientos que más ha conmocionado a Argentina desde el retorno de la democracia y dibuja un nuevo escenario político de consecuencias imprevisibles en un año marcado por una apretada carrera electoral.
Aunque el informe preliminar de la autopsia confirma que falleció a consecuencia de un disparo en la sien procedente de la pistola que apareció bajo su cuerpo, en el baño de su vivienda, y que no hubo participación de terceros en su muerte, la sombra de la duda planea sobre la investigación.
Después de ocho años de trabajo, el fiscal de la causa del atentado contra la mutual judía AMIA concluyó que Irán planificó el ataque y Hezbullá lo perpetró y llegó a denunciar a la presidenta argentina, Cristina Fernández, por considerar que el acuerdo alcanzado con Teherán en 2013 implicaba el supuesto encubrimiento de los sospechosos del ataque que dejó 85 muertos en 1994.
Una denuncia sin precedentes que el fiscal tenía previsto detallar hoy mismo ante un grupo de legisladores en una comisión parlamentaria sostenido por grabaciones de conversaciones telefónicas recogidas en 300 CDs.
Tras la demanda, Nisman había confiado a algunos periodistas en los últimos días que su propia vida estaba en juego en este proceso, aunque nadie podía imaginar apenas hace 24 horas que sus palabras serían premonitorias.
Su muerte ha puesto a Cristina Fernández en el ojo del huracán una vez más y ha entrado de lleno en la agenda política.
Frente al hermetismo gubernamental, la oposición se ha lanzado en cascada a pedir una investigación a fondo, la derogación del acuerdo con Irán y una declaración de la presidenta.
“Sin duda, es uno de los acontecimientos políticos más importantes en Argentina, tanto por la gravedad institucional que representa como por lo inesperado”, sostiene el analista Patricio Giusto, director de Diagnóstico Político.
“Las consecuencias políticas de esto todavía es muy difícil aventurarlo pero se supone que van a ser muy importantes por todas las pruebas que aparentemente había recopilado, que demostrarían que la presidenta Cristina Fernández estaría detrás de una maniobra de encubrimiento de lo que fue el crimen de la AMIA”, continúa en declaraciones a Efe.
A su juicio, con este golpe, Cristina Fernández “queda muy debilitada”, aunque la clave está en la labor del fiscal que suceda a Nisman en la investigación de la causa, que se designará de forma definitiva después del próximo día 31.
Además, “esta muerte inesperada desata un nuevo escenario político en el país”, sostiene este analista, que insiste en que será muy difícil levantar el “manto de la sospecha” que rodea al caso durante el resto del mandato de Cristina Fernández, que concluye ocho años de gobierno el próximo diciembre.
“Más allá de que se compruebe que fue un suicidio y no un asesinato inducido ni nada de eso, esa sospecha va a acompañar a la presidenta hasta el fina de su mandato, si efectivamente lideró o coordinó una operación de encubrimiento relacionada con el atentado de la AMIA”, concluyó.
Tras la conmoción provocada por la muerte de Nisman, la investigación sobre el atentado contra la AMIA se convierte en una prueba de fuego para medir la fortaleza de las instituciones y la calidad de la democracia argentina
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