Estados Unidos
Kailash Satyarthi, la voz de los niños
Activista social con formas “gandhianas”, Kailash Satyarthi ha liberado a unos 80.000 niños esclavos forzados a trabajar en la India, una labor reconocida hoy con el Premio Nobel de la Paz junto a la paquistaní Malala Yousafzai.
Su trabajo ha sido señalado con numerosas distinciones como el español Galardón Internacional Alfonso Comin en 2008, el Premio Internacional de Derechos Humanos Robert F. Kennedy de Estados Unidos, o el Premio Internacional Derechos Humanos Fredric Ebert de Alemania, entre otros.
Nacido el 11 de enero de 1954 en la ciudad de Vidisha en el estado indio de Madhya Pradesh, Satyarthi abandonó su carrera como ingeniero eléctrico a los 26 años para luchar contra el trabajo infantil en la década de los ochenta.
En 1983 fundó la ONG Bachpan Bachao Andolan (BBA, Movimiento para Salvar la Infancia) en la India, que con 50 millones de trabajadores es el país del mundo con mayor incidencia de empleo infantil.
La organización de Satyarthi lleva a cabo redadas en talleres y fábricas donde se usa mano de obra esclava infantil, en ocasiones sin informar a la Policía del lugar concreto para evitar que avisen a los criminales.
Creó la etiqueta “Rugmark” que certifica que las alfombras indias que se venden en el extranjero no han sido fabricadas con mano de obra infantil.
Además, organiza campañas de concienciación con protestas que siguen el modelo pacífico de Mahatma Gandhi.
Pero la lucha de este activista ha traspasado las fronteras indias y la Marcha Global contra el Trabajo Infantil, organismo que ayudó a fundar.
“Recuerdo que cuando comencé a luchar en contra de la explotación infantil hace unos 20 años la cifra global alcanzaba los 250 millones de niños y ha bajado hasta los 168 millones”, dijo a Efe en una reciente entrevista Satyarthi.
El activista advirtió de las consecuencias que la explotación trae para los menores, que “están atrapados en la esclavitud y pierden toda su infancia, aspiraciones, futuro, oportunidades, educación y, lo más importante, su libertad”.
“El crecimiento y la economía de mercado no pueden prosperar dando la mano a la esclavitud y el tráfico infantil. No puedes hacer este mundo mejor, más pacífico y apto para vivir teniendo el peso de la esclavitud infantil no en tu espalda, sino en tu cara”, reclamó.
Cuando Narendra Modi, que en su infancia trabajó vendiendo té, fue elegido primer ministro en mayo Satyarthi tuiteó: “Un niño vendedor de té desafía a sus detractores y se convierte en el mandatario de la India. Ahora es su papel asegurarse de que ningún niño es forzado a trabajar”.