América Latina

Victoria en Panamá del delfín de Martinelli

«Misión cumplida, Ricardo», clama José Mulino tras imponerse en las presidenciales del domingo

No hubo sorpresas. José Mulino ganó las elecciones presidenciales en Panamá con un 34% de los votos y una ventaja de 10 puntos sobre su más cercano competidor, Ricardo Lombana. El anuncio del Tribunal Electoral, en voz de su presidente Alfredo Juncá, se conoció antes de las 9 de la noche. En ese momento, la tendencia fue declarada irreversible con el 85% de las mesas escrutadas. El presidente elector es considerado el delfín del exmandatario Ricardo Martinelli (2009-2014), exiliado desde febrero en la Embajada de Nicaragua tras haber sido condenado por corrupción cuando aspiraba a competir como candidato presidencial.

«Este que está aquí no es títere de nadie. Yo no estoy aquí porque me puso alguien», dijo Mulino durante su primer discurso de victoria en un hotel de Ciudad de Panamá, en medio del júbilo de sus seguidores. «¡Misión cumplida, carajo (...), misión cumplida, Ricardo [Martinelli]!», clamó.

La victoria de Mulino confirmó lo que todos los sondeos vaticinaban. Desde que sustituyó a Martinelli como candidato, heredó su respaldo y se convirtió en el favorito gracias al recuerdo de una época de crecimiento económico, pero también en el bolsillo de los panameños. Como vicepresidente de aquellos años, y presentándose como la dupla de Martinelli, reiteró ese mensaje. De hecho, el domingo tras votar se dirigió a la embajada nicaragüense para retratarse con su jefe político.

Mulino prometió que su Gobierno será «pro inversión, pro empresa privada, pero sin olvidar a los que tienen hambre, a los que quieren un empleo y de los que necesitan agua potable en todo el país todos los días». Pero también habló de lo judicial, afirmando que «se acabó la persecución política, se acabó la manipulación del Ministerio Público, se acabó la manipulación de jueces y magistrados. A partir del 1 de julio se recobrarán las llaves de los candados que han tenido presos, dañando reputaciones sin vergüenza».

Se espera, entonces, que Martinelli pueda ser liberado de la condena que le hizo huir a la embajada del régimen de Daniel Ortega. Antes de las elecciones, Transparencia Internacional Panamá había advertido del peligro de que un triunfo de Mulino se tradujera en impunidad para casos de corrupción documentados y juzgados.

«Un abrazo Ricardo [Martinelli] hasta allá donde estás. Como dije, se acabó la persecución política en este país, el país está harto de las peleas politiqueras que no nos han conducido a nada bueno, no me considero enemigo de nadie, y espero que nadie me considere su enemigo», subrayó Mulino.

El candidato José Gabriel Carrizo, del partido gubernamental, fue el primero en reconocer la victoria, llamando a Mulino a «unir a todos los panameños». A pesar de ser esa la organización más grande del país, el aspirante no quedó entre los tres primeros. Allí quedaron Lombana en segundo lugar, quien anunció que aspira a ser el próximo líder de la oposición, y el expresidente Martín Torrijos (2004-2009) en el tercer puesto. Todos los adversarios de Mulino reconocieron su victoria.

El 76% de los panameños acudió a las urnas para elegir al mandatario, pero también a 71 diputados y a los Gobiernos locales. Curiosamente, los candidatos que más diputados lograron en la próxima Asamblea Nacional fueron los que se presentaron por libre. En total, habrá 21 diputados independientes.