Respuesta europea

Irlanda y España piden a la UE que tome duras medidas contra Israel por su ofensiva en Gaza

Pedro Sánchez y Leo Varadkar reclaman a la Comisión Europea que revise los acuerdos comerciales con las autoridades israelíes

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, han enviado una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, en la que piden revisar el Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea e Israel para que se investigue si el gobierno de Benjamin Netanyahu está incumpliendo este pacto en el aspecto relativo a los derechos humanos.

En esta misma misiva, se insta al Ejecutivo comunitario a que, en caso de concluir que Israel está violando este acuerdo, proponga a las capitales europeas “las medidas adecuadas”, si bien la carta no menciona cuáles podrían ser.

La Comisión Europea ha acogido con prudencia esta iniciativa y de momento se ha limitado a confirmar que ha recibido esta carta. Todo indica que será muy difícil que pueden tomarse este tipo de medidas debido a la profunda división entre las capitales europeas sobre este conflicto entre Israel y Hamás. Las sensibilidades resultan tan dispares que en la cumbre europea del mes de diciembre en la que se abordó este tema los líderes europeos ni siquiera pactaron un texto de conclusiones común.

Mientras España, Irlanda y Bélgica encabezan el grupo de países que están criticando con más dureza la respuesta de Israel a los ataques terroristas del pasado 7 de octubre por parte de Hamás e incluso piden un alto el fuego, otro grupo de países en el que figuran Hungría, Austria y Alemania consideran prioritario defender el derecho de Israel a defenderse y prefieren al expresión “pausas humanitarias” a “alto el fuego”.

La misma brecha entre unos países y otros se ha escenificado en las votaciones de la Asamblea de Naciones Unidas. Entre la propia cúpula comunitaria, los mensajes también difieren. Mientras la alemana presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, se ha mostrado poco crítica respecto a Israel según el sentir de varias capitales, el máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, resulta demasiado pro-palestino para otro grupo de países.

El protocolo para modificar este acuerdo también deja claro que cualquier paso que pueda darse debe limitarse a establecer las medidas que “menos perturben” el conjunto del pacto, por lo que parece imposible que este pueda suspenderse en su totalidad y dañar las relaciones comerciales.

El acuerdo de asociación entre Israel y la UE entró en vigor en junio de 2000 y procura el marco legal e institucional para el diálogo político y la cooperación económica. Mientras Israel es el socio comercial número 25 para la UE y representa el 0,8% del comercio en bienes, la UE es el mayor socio comercial para Tel Aviv y supuso el 28,8% del comercio en mercancía en 2022. Este acuerdo también abarca la cooperación científica y tecnológica.

Los portavoces comunitarios aseguran que dentro de los cauces habituales del diálogo político de este acuerdo siempre se trata de manera regular el capítulo del respeto a los Derechos Humanos. En la carta conjunta enviada por España e Irlanda se subraya la profunda preocupación por la deriva del conflicto en la región y las consecuencias sobre población civil inocente, especialmente mujeres y niñas. “La operación militar israelí en la zona de Rafah supone una amenaza inminente y peligrosa que la comunidad internacional debe confrontar urgentemente”, señala el texto.

La misma carta señala que los “horrendos” ataques terroristas perpetrados por Hamás el pasado 7 de octubre “no pueden justificar ninguna violación del Derecho Internacional Humanitario en la respuesta militar, con consecuencias para la población civil en Gaza”.

Aunque parece difícil que esta carta se traduzca en represalias concretas para Israel, supone un paso más hacía un endurecimiento en el lenguaje hacía la ofensiva israelí. Hasta la propia Alemania que por sus fantasmas históricos defiende a Tel Aviv está intentado frenar la ofensiva del gobierno de Benjamin Netanyahu en Rafah, al considerar que puede suponer una catástrofe humanitaria para la población civil.

Borrell también pidió esta semana a EE UU que deje de vender armas a Israel después de que el presidente de EEUU, Joe Biden, reconociera que Israel “ha matado demasiada gente”. Si piensas que demasiada gente ha muerto, quizás tendrás que dar menos armas para evitar que muera tanta gente. ¿No es lógico? El máximo responsable de la diplomacia comunitaria recordó que los países europeos no están suministrando armas al gobierno hebreo y que en 2006 Washington suspendió el envío de armas a Israel debido al recrudecimiento de la guerra en Líbano.

Y es que Borrell no sólo se ha limitado a solicitar a Washington que pase de las palabras a los hechos sino que también ha criticado duramente la petición del gobierno de Netanyahu de que la ONU coopere en la evacuación de civiles dentro de la Franja. “Van a evacuar, vale, ¿a dónde? ¿a la luna?”, se preguntó Borrell de manera irónica este pasado lunes.

Desde que comenzó la respuesta de Israel ante los ataques de Hamás, Egipto dejó claro que no acogerá a refugiados palestinos. El Gobierno de El Cairo tan sólo está dispuesto a dejar abierto el paso de Rafá para permitir el acceso de la ayuda humanitaria. El país se niega a acoger refugiados debido a su mala situación económica y a que ,ahora mismo, ya alberga a demandantes de asilo debido a otros conflictos como la guerra en Sudán. En el plan político, Egipto alega que esto supondría validar los ataques de Israel y la expulsión de los gazatíes de la Franja.