Manifestaciones violentas
Hong Kong pretende prohibir las máscaras en las manifestaciones
Para algunos, un mártir y, para otros, un alborotador, pero para el cirujano que le operó de urgencia tras llegar al hospital con una bala en el pecho es, ante todo, un tipo con suerte. Se trata de Tsang Chi-kin, el joven de 18 años que salió a protestar el pasado martes en el 70º aniversario de la fundación de la República Popular China por las calles de Hong Kong y a quien, tras un altercado con varios policías, un agente le disparó convirtiéndolo en el primer herido de estas características en la ciudad desde que a finales de junio comenzaran las protestas antigubernamentales. Ayer, la policía presentó cargos contra él por provocar disturbios y asalto a la autoridad, pero Tsang no se pudo presentar al juicio porque permanece ingresado en el hospital.
Su caso es el último de la larga serie de incidentes que se están viviendo en la ex colonia británica desde hace tres meses. Cada fin de semana, se suceden las manifestaciones – aprobadas o ilegales- y, en cada ocasión, terminan con múltiples enfrentamientos entre policía y manifestantes y numerosos heridos y detenidos. En concreto, el martes la policía arrestó a 269 personas; disparó 1.400 rondas de gas lacrimógeno, 900 balas de plástico, 190 pelotas de goma y seis balas. Por su parte, los manifestantes ocuparon las calles, lanzaron cócteles molotov, incendiaron barricadas y usaron como armas adoquines y parte del mobiliario urbano, que también les sirvió para vandalizar estaciones de metro y diversos comercios.
Para ponerle coto a estos meses de agitación social y violencia, el Ejecutivo de Carrie Lam, planea prohibir desde este viernes el uso de cualquier tipo de máscara durante las manifestaciones. Para lograrlo, la líder se reunirá hoy con su gabinete y tratará de recurrir a la Ordenanza de Regulaciones de Emergencia, una norma que se redactó en 1922 cuando Hong Kong todavía era una colonia británica y que permite sin necesidad de que lo apruebe el Parlamento local “imponer las normas que consideren deseables para el interés público” en caso de “urgencia y peligro”.
Lo cierto es que rara es la ocasión en la que se ve un rostro al descubierto y la gran mayoría de los manifestante usan todo tipo de máscaras para ocultar su identidad por el miedo a las posibles represalias. La medida viene promovida por formaciones progubernamentales como la Alianza Democrática para la Mejora y el Progreso de Hong Kong o la Federación de Sindicatos, que lo consideran una vía para disuadir a los manifestantes más radicales y violentos. Otras organizaciones como la Asociación de Jóvenes Policías han solicitado que se imponga un toque de queda o se permita retener e interrogar a los arrestados durante 90 horas, casi el doble de lo estipulado actualmente.
De salir adelante esta iniciativa, habrá que ver si consigue disuadir a aquellos que salen a la calle cada fin de semana, algo que se antoja complicado después de los últimos acontecimientos y con un herido de bala -aunque estable- todavía en el hospital. La ciudad respira tensa y, por el momento, para este sábado y domingo ya han programadas varias concentraciones en distintas partes de la ciudad.
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