Austin

Herido un empleado de FedEx al explotar un quinto paquete bomba en Texas

El paquete iba remitido a Austin, donde se han registrado varias explosiones que han dejado dos muertos en las últimas semanas

La explosión ha provocado heridas leves a un empleado de la compañía postal FedEx, pero no se teme por su vida
La explosión ha provocado heridas leves a un empleado de la compañía postal FedEx, pero no se teme por su vidalarazon

El paquete iba remitido a Austin, donde se han registrado varias explosiones que han dejado dos muertos en las últimas semanas.

Cinco bombas en Texas y cientos de policías resueltos a encontrar al nuevo «Unabomber». Los explosivos, cada vez más sofisticados, han provocado ya dos muertos y cinco heridos. El último un empleado de FedEx, la empresa de mensajería, al que le explotó un paquete en un centro de distribución en Schertz, San Antonio. Un segundo paquete, con el mismo remitente, fue desactivado por los artificieros.

«Aunque la preocupación y la ansiedad son reales», explicó el alcalde de Austin, Steve Adler, «no puede inmovilizarnos. Tiene que hacernos más decididos. Tiene que hacernos más vigilantes». Lo cierto es que el caso, que arrancó con la detonación de un paquete bomba colocado delante de una vivienda, mantiene ocupados a no menos de 500 agentes, entre policía local, detectives de homicidios, agentes del FBI y expertos en contraterrorismo y explosivos.

La creciente sofisticación de los artefactos, y «el hecho de que estos explosivos parezcan dirigirse a individuos concretos y no a una multitud de personas hace pensar que se trata de un individuo y no de un grupo con una inclinación o una causa política particular». Eso opina Weldon Kennedy, ex agente del FBI, que en declaraciones al «USA Today» no dudaba en atribuir al asesino unos conocimientos sólo al alcance de personal muy cualificado en el diseño y construcción de explosivos. Esto es, un ingeniero con experiencia militar, un miembro de las Fuerzas Armadas o un policía. Pero la cuarta bomba estalló en una acera, mientras que la quinta y la sexta viajaban por mensajería.

El reguero de atentados ha acabado ya con la vida de Anthony House, de 39 años, despedazado cuando abría el primero de los paquetes, y Draylen Mason, un joven estudiante de contrabajo de 17 años, muerto tras recoger el segundo paquete en la puerta de su casa.

Donald Trump, al que las autoridades locales ya han agradecido las facilidades de la Casa Blanca, comentó junto al príncipe saudí Mohamed Bin Salman, su convencimiento de que «el autor de los ataques es un dividuo o individuos muy enfermo» y que los expertos «harán todo lo posible para llegar al fondo del asunto. La Policía de Austin insiste en la necesidad de que cualquier paquete sospechoso sea notificado de inmediato.