Oriente Próximo
Haim Katz se convierte en el primer ministro israelí en pisar Arabia Saudí
El paso histórico coincide con la llegada de la primera delegación saudí a Palestina en tres décadas. Es la antesala de una posible normalización de relaciones
Haim Katz protagonizó una escena histórica al aterrizar en la tarde del martes en Riad. El titular de la cartera de Turismo del sexto Gobierno de Benjamín Netanyahu, miembro del Likud y estrecho aliado del veterano primer ministro, se convertía así en el primer miembro del Ejecutivo israelí –al menos el primero que lo hace públicamente– en pisar Arabia Saudí, un país que sigue sin reconocer la existencia del Estado de Israel y que hasta 2012 publicaba libros de texto para estudiantes de secundaria en los que comparaba a los judíos con simios. La imagen es inédita, pero entra de lleno en los planes de modernización de Mohamed bin Salmán, que gobierna con puño de hierro el Reino del Desierto con la connivencia de su padre, el rey Salmán bin Abdulaziz.
El joven príncipe heredero reconoció la pasada semana en una entrevista con la FOX que la normalización de sus relaciones con Israel estaba «cada día más cerca». Las declaraciones de MBS, el acrónimo con el que es conocido, no sorprendieron a los observadores. Apenas unas horas antes, Netanyahu aseguraba en su reunión al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que la posibilidad estaba cerca de materializarse. El paso, en caso de consumarse, cambiaría el paisaje diplomático de Oriente Próximo.
«El turismo es un puente entre los pueblos. Colaborar en el turismo puede unir a las personas y estimular el crecimiento de las economías. Intentaré forjar alianzas para promover el turismo y las relaciones internacionales de Israel», explicó Katz. El ministro israelí realizará una visita de dos días a Arabia Saudí para participar en diversos actos y foros con motivo del evento organizado por la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (OMT, por sus siglas).
El turismo es un sector que Riad busca potenciar en el marco del ambicioso –y de momento incompleto– plan Visión 2030, inaugurado por Mohamed bin Salmán en 2016 para reducir la dependencia del petróleo. Es probable que Katz mantenga reuniones con su homólogo y otros miembros del gabinete saudí. Se verá las caras con otros ministros de la región.
No se espera que el hito de Katz sea el único paso en esta dirección. De hecho, el propio ministro ha hecho público que su compañero Shlomo Karhi, el titular de Comunicaciones, será el siguiente en viajar a Arabia Saudí. Lo hará, salvo revés inesperado, la próxima semana en compañía del presidente de la Comisión de Asuntos Económicos de la Knesset, el diputado David Bitan. Otro miembro del Likud. De momento sólo asistirán miembros del partido de Netanyahu, que gobierna de la mano de ultraortodoxos y radicales de la coalición Sionismo Religioso en el gabinete más escorado a la derecha que se recuerda en la historia de Israel. Los perfiles que integran esta última alianza, los ministros de Seguridad Pública, Itamar Ben Gvir, y Finanzas, Bezalel Smotrich, presumen de ser supremacistas judíos. Netanyahu prefiere mantenerlos alejados del proceso.
Saudíes en Palestina
La visita de Katz ha coincidido con la llegada a la Cisjordania ocupada de una delegación saudí. Es la primera que visita la zona en los últimos 30 años, desde los Acuerdos de Oslo. El embajador del Reino en Jordania y Palestina, Nayef al-Sudairi, protagonizó un movimiento diplomático que ha sido interpretado como una estrategia de Riad para suavizar cualquier reacción airada por parte de la Autoridad Palestina que preside Mahmud Abás ante una eventual normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudí. Abu Mazen insistió la pasada semana desde la Asamblea General de Naciones Unidas que «se equivocarían quienes piensen que la paz puede prevalecer en Oriente Próximo sin que el pueblo palestino disfrute de sus plenos y legítimos derechos nacionales».
«La cuestión palestina es un pilar fundamental», insistió desde Ramala Nayef al-Sudairi. El embajador saudí en Jordania se reunió con el principal diplomático palestino, Riyad al-Maliki, para después verse las caras con Abás.
Mohamed bin Salmán subrayó en su entrevista con la FOX que la causa palestina sigue siendo «muy importante» y puso como condición para cerrar un acuerdo que este «facilite la vida a los palestinos». Pero no quiso dar más detalles sobre el contenido de las negociaciones a tres bandas con Israel y la Administración Biden, que incluirían garantías de seguridad para Arabia Saudí y asistencia para un programa nuclear civil, informa la Agencia France-Press.
Aparece en el horizonte más próximo otra disyuntiva para el príncipe heredero. Arabia Saudí, regido históricamente por el wahabismo, una severa interpretación del Corán, es considerado el corazón del islam por contar en su territorio con las ciudades sagradas de Medina y La Meca. Un reconocimiento sin reservas del Estado de Israel, y más aún un reconocimiento que no contara con el pleno respaldo de los palestinos, podría dañar seriamente su imagen, que quiere exportar a nivel mundial en su rivalidad regional con Irán.
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